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RAFA GONZÁLEZ
SANTANDER.
Jueves, 31 de octubre 2019, 07:20
El Liberbank Sinfín se ha convertido en el gran damnificado del WOpen de pádel que se disputa esta semana en el pabellón de La Albericia ... . Sí, el recinto en el que disputa sus partidos -y tiene su sede- el club santanderino. En el que juega y entrena, aunque esta semana no puede hacerlo y debe trabajar exiliado en pistas alternativas y en algún caso poco adecuadas, en horas además complicadas. Algunas, incluso, imposibles por las especiales circunstancias que rodean a uno de los pocos equipos que Santander tiene en la máxima categoría de cualquier deporte. De hecho, una entidad que en los últimos tiempos compite año tras año con Textil y Gimnástica por ser el tercer club de deportes de equipo con más socios de Cantabria tras el Racing.
«Perjudicarnos, evidentemente, nos perjudica», se lamentaba ayer el entrenador sinfinista, Rodrigo Reñones. «Cambiamos de instalaciones tres veces en una semana para entrenar en una cancha que no es la nuestra y en unas instalaciones que no tienen lo necesario para un equipo de élite, con el suelo más duro y en algunos casos sin llegar a las medidas reglamentarias en Asobal», explicaba.
«Es una situación preocupante y en mi caso también decepcionante, porque no esperaba que se tratara así al club», se lamenta Reñones. El santanderino es consciente de que «las instalaciones son municipales y el Ayuntamiento puede traer los eventos que crea conveniente donde estime oportuno, por supuesto, pero creo que también debe dar respuesta a sus equipos, y más todavía si compiten en la máxima categoría», reflexiona. Más aún cuando su rival, el Nava, «sí va a poder preparar el partido en óptimas condiciones».
Rodrigo Reñones, Entrenador
«Los horarios que nos han propuesto tampoco nos ayudan, porque nos cambian muchas horas. Por ejemplo, los miércoles entrenamos por la mañana y hoy -por ayer- no hemos podido hacerlo. Además, al cambiar horarios un jugador no podrá entrenar por cuestiones de estudios». Para concluir, el santanderino lanza una reflexión: «Tenemos que valorar lo que tenemos y lo que cuesta llegar arriba para cuidarlo entre todos y que siga el proyecto; que no sea cosa de un par de años. Nos tenemos que ayudar un poco», propone el técnico.
No solo él. El Sinfín como club y su presidente han hecho público su malestar por la decisión de la Casona. No cuestionan su legitimidad, conscientes como son que se trata de una instalación municipal existente antes del propio equipo, pero no por ello dejan de mostrar su decepción. Aunque se tratara originalmente del pabellón del Teka, y aunque el Sinfín jugara sus primeras temporadas en Numancia, hace ya años que es su feudo habitual. El de un equipo de Asobal, máxima categoría del tercer deporte de equipo en España: el balonmano. Una disciplina, además, con especial tradición en Cantabria. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre con el Racing y los Campos de Sport, el Liberbank no tiene un derecho exclusivo, como sí pasa con los verdiblancos en virtud de la operación entre la venta y la cesión de su antiguo estadio y solar a la Casona.
El caso es que el Instituto Municipal de Deportes de Santander ha reubicado al cuadro cántabro en tres instalaciones diferentes: el pabellón de la Universidad de Cantabria, el Manuel Cacicedo y el interior de La Albericia, en los que habitualmente se realizan actividades de categorías base o escuelas municipales. Ni el cuerpo técnico ni la plantilla ocultan su preocupación por el riesgo que supone entrenar en dichas instalaciones, aunque confían en no tener que lamentar más problemas físicos después de la ola de lesiones que ha tenido que superar el equipo en el último mes y medio.
Servando Revuelta tampoco entiende la decisión, que puede llegar a perjudicar gravemente los intereses de uno de los clubes más representativos de Cantabria. «Nos toca en una de las semanas más importantes para el club. Tenemos un partido clave, pero no podemos prepararle con la necesaria tranquilidad ni concentración. Vamos a entrenar, con el riesgo que ello supone, en una pista de cemento y en otra que no tiene las medidas reglamentarias, pero parece que aquí da todo igual. Tenemos jugadores internacionales que no están acostumbrados a este tipo de instalaciones y ello es un riesgo ante una semana clave para nuestras aspiraciones», lamenta.
La situación no afecta en lo que a sus partidos oficiales se refiere, puesto que los cántabros disputan sus dos próximos partidos a domicilio. Este sábado (18.30 horas) en Nava y la semana que viene, cuando de todos modos ya tendrían libre el pabellón, en Cuenca. Aun así, tanto jugadores como aficionados se han hecho eco de la situación y han mostrado su malestar porque el Instituto Municipal de Deportes haya seguido adelante con la decisión de apartar de la instalación habitual a un equipo de la máxima categoría que representa a Cantabria y, más en concreto, a Santander.
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