«Sacamos adelante el torneo olímpico porque fuimos más equipo que nunca»

-¿Cómo está?

-Cansado (dice con una sonrisa)... Han sido días de mucho viaje, de celebración... Pero al final ya estoy en casa, un poco más tranquilo. Ahora, un poco de relax y a saborearlo.

-¿Cuánto tiempo estuvieron fuera de casa?

-Bufff. Pues la preparación ha sido mes y medio... En total habrán sido casi dos meses, con algún día libre entre medias. Ha sido duro. Pero al final ha tenido su recompensa.

-El balonmano español tenía ganas de revancha, tras quedarse fuera de los Juegos de Río, y se han desquitado en Tokio...

-La verdad que sí. Al equipo le dolió mucho esa eliminación de cara a los Juegos de Río de 2016. Y teníamos muchas ganas de desquitarnos en estos de Tokio.

-Vaticinaban un torneo con todos los partidos de una exigencia máxima. Y no se han equivocado lo más mínimo.

-Es que todos los partidos han sido durísimos. Ni uno ha sido fácil. Ha habido que pelear durante todos los minutos. Y eso nos ha hecho estar más juntos. Hemos sacado adelante el torneo olímpico por ser más equipo que nunca.

-¿Qué ocurre tras la semifinal ante Dinamarca? ¿Quién dice en el vestuario que hay que levantar pronto la cabeza porque queda un partido con una medalla en juego?

-Esos momentos, tras perder una semifinal, son duros. Hay poco que decir. Pero en esas primeras horas hay que intentar olvidarse de todo. Y focalizarse en ese partido por el tercer y cuarto puesto. Porque el equipo que antes se recupere anímicamente, va a tener ventaja. Por eso enseguida empiezan los gritos. Para intentar levantar el ánimo, para saber que queda un partido y hay que darlo todo. Que es el último esfuerzo.

-En ese partido por el bronce ante Egipto, su final de partido fue soberbio...

-(se ríe). Bueno, intento ayudar al equipo. Y si el equipo confía en mí, lo agradezco. Asumo más responsabilidades que de costumbre, porque tengo la confianza de mis compañeros. Yo lo único que intento es ayudar y dejarme la vida en cada acción.

-La última jugada no puede ser más emotiva. Una asistencia suya supone que alguien que está viviendo sus últimos segundos como jugador de balonmano, el capitán Raúl Entrerríos, marque el gol que selle la victoria y una medalla de bronce olímpica...

-¡Me alegré un montón! Se lo merecía Raúl. Porque ha sido un poco el referente de esta generación. Si para todos ha sido dura la preparación, él, con este año extra... Ese partido por el bronce era el último para él y por eso nos alegramos todos mucho. Para mí esta gente, los veteranos del grupo, se merecían terminar de esta manera con la selección. El bronce es lo mínimo que se merecían. Porque en el campo se ven muchas cosas, pero hay muchas más detrás que no se ven. Son jugadores que siempre están haciendo equipo. Por eso, al final nos vamos de Tokio muy contentos.

-Su papel en la selección ha sido determinante en Tokio 2020...

-Llevo los últimos años con mucha confianza en la selección. El entrenador y el resto del equipo confían en mí. Tengo más responsabilidad que cuando llegué, aunque me gustaría haber hecho mejor muchas cosas (risas). Pero siempre dejándolo todo en la pista. Ojalá que el futuro pueda ser aún mejor.

-¿Cómo se ven los próximos Juegos? Porque ya no queda tanto...

-Que quede un año menos hace que se vea un poco más cerca. Dentro de no mucho podemos repetir esto o mejorarlo. Veremos quiénes están en el equipo y quiénes no. Pero hay muchos jugadores de la actual selección que seguiremos. Y seguro que los que vengan nuevos van a ayudar mucho.

-Deseará que uno de ellos sea su hermano Dani...

-Fue una pena que no estuviese en Tokio por la lesión. Yo, a nivel personal, quiero que esté por ese sueño de estar juntos en la selección. Pero también por el equipo. por el nivel y la responsabilidad que ya tenía. Pero seguro que nos queda mucho por vivir y mucho por ganar.

-¿Y ahora, tras los Juegos, que hará Álex Dujshebaev?

-Estoy en Castellón, con la familia, en una casa que tienen mis suegros. Pero estaré muy poco. Apenas dos o tres días. Y vuelta a Polonia -juega en el Kielce-. Cuando estás en estos niveles, la exigencia es máxima.

-Suena a muy poco tiempo de descanso ¿No teme a una lesión por tanto esfuerzo?

-¡Espero que no! Pero la temporada va a ser dura para la gente que hemos estado en los Juegos Olímpicos. Porque van a ser dos años seguidos sin un descanso largo. No quedará otra que recuperarse entre los partidos de la temporada, a intentar tener el máximo descanso posible.