El Sinfín empieza su pretemporada más difícil

Donde hay incertidumbre todo es posible. El Sinfín arrancó ayer una pretemporada llena de novedades y marcada por el devenir económico de la entidad. Así todo, «esperamos mucho de esta temporada», asegura Berto Pla, uno de los líderes del vestuario santanderino. El extremo izquierdo verbaliza la situación deportiva con una precisión que no deja lugar a dudas: «Es un proyecto con un entrenador nuevo y nuevos compañeros». A partir de ahí solo queda focalizarse en el objetivo para la campaña 2022/23. El Sinfín buscará la permanencia en Asobal con una plantilla corta que contrarrestará con jugadores de cantera. «Somos conscientes de que el club está en un momento delicado, pero tenemos la suerte de que hay jóvenes que lo están haciendo muy bien y que creemos que pueden dar ese paso adelante, primero en los entrenamientos y esperemos que en el futuro en la Liga», añade el mayor de los Pla, que en esta temporada volverá a compartir vestuario con su hermano Luis, que regresa a La Albericia tras su paso por el Santoña.

La pista de La Albericia vivió el inicio de «una temporada nueva e ilusionante», añade José Manuel Herrero Lon, pivote y uno de los capitanes del Sinfín. Es cierto que no se puede ignorar «la situación económica, que ha causado que la plantilla a nivel profesional se haya reducido», explica el veterano. Pero «tenemos mucha ilusión y es una oportunidad para que la gente joven trabaje, se sacrifique y pueda competir y dar buenos minutos, como ya ocurrió el año pasado». Durante las próximas cinco semanas, la plantilla santanderina tiene como metas que «los nuevos compañeros, que son pocos, se vayan adaptando y vayamos cogiendo la idea del nuevo entrenador en el tema táctico, de sus entrenamientos y podamos funcionar como un equipo lo más pronto posible».

Entre las caras nuevas que pisaron ayer por primera vez la pista sinfinista destacaron dos: Marcos Aguilella y Rubén Garabaya. El extremo derecho y el entrenador debutarán en Asobal vistiendo el negro del equipo santanderino. El primero, recién terminados sus estudios de biotecnología en Madrid, reconoce que «llevaba tiempo queriendo subir un punto el nivel de competición que llevaba hasta ahora», así que tampoco se lo pensó mucho cuando lo llamaron desde el Sinfín. Aguilella tiene claras sus expectativas tras aterrizar en la capital cántabra: «Espero vivir la experiencia que llevaba tiempo queriendo experimentar y aprender de mis compañeros y de los rivales». Al extremo le gustaría «una adaptación rápida para ayudar en todo lo que pueda al equipo y conseguir la permanencia».

En cuanto al entrenador, el asturiano Rubén Garabaya, dirigió ayer por primera vez a su plantilla con las únicas ausencias del portero egipcio Ali Mohamed y el central argentino Nico Bono. El Sinfín se enfrenta a una planificación, explica, en la que «desde el punto de vista de la preparación física se acumulará el mayor volumen de trabajo en las semanas dos y tres», mientras que en relación al trabajo de pista, la parte técnico-táctica «vamos a construir la casa empezando por los ladrillos más pequeños», es decir, «arrancando con la técnica individual y, a partir de ahí, meter situaciones de táctica individual y posteriormente incorporaremos las de táctica colectiva». Garabaya afrontará la temporada con un cuerpo técnico prácticamente renovado, en el que destacan como segundo al mando Luis Miguel Garabaya y el preparador físico principal Sergio Carrascón.

El asturiano es consciente de que su plantilla es «escasa» y que se estrenará como entrenador principal en la élite con un «equipo corto» con el que aspira a mantener la categoría. El nuevo técnico asume el reto siendo consciente de que será «duro y tendremos momentos complicados», pero en La Albericia no conjugan el verbo rendirse. Garabaya lo tiene claro y reconoce que «si algo caracteriza a este club y a este equipo es que nunca se rinde, no da su brazo a torcer ni da un partido por perdido. Esa es la filosofía que quiero mantener y a partir de ahí, construir».

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