Secciones
Servicios
Destacamos
Hace una década Berto Pla (Santander, 1992) y Diego Muñiz (Santander, 1991) juraron amor eterno al Sinfín. Los capitanes han decidido poner punto final a su carrera, colgar las botas y soltar el balón cuando termine el curso. Pla lo hará en Guadalajara cuando suene la bocina final de un partido que decidirá si el futuro de los santanderinos está en Asobal otra temporada más. Muñiz no saltará a la pista en la última jornada ante los alcarreños, ni el sábado ante el Barcelona en La Albericia, pero si estará apoyando desde la grada a sus compañeros. Con la salida de Pla y Muñiz se va parte de la historia del club santanderino, que tendrá, a partir de ahora, en Herrero Lon el único vestigio de una etapa ya para el recuerdo. El primero en llegar fue Diego Muñiz. Acababa de superar la mayoría de edad. «Era mi primer año en sénior y llegaba de Astillero, que en aquel momento era filial de un Sinfín que jugaba en Plata».
Muñiz deja el balonmano por motivos laborales. «Me resulta imposible por las condiciones actuales de mi trabajo poder entrenar o jugar con normalidad. Mi idea era jugar este año con total normalidad, pero es imposible». El '2' negro es mecánico industrial y en su actual puesto está pendiente del teléfono. «No puedo desplazarme con el equipo para jugar fuera y dependo de los turnos para los entrenamientos», cuenta. El pivote todavía tenía ganas de seguir en la pista, pero las circunstancias han tomado la decisión por él. Esta temporada Diego Muñiz solo ha podido vestirse de corto en tres partidos de Liga y en los cuartos de final de la Copa del Rey. Dos en la primera vuelta ante Helvetia Anaitasuna y Ademar León. El tercero fue el último derbi cántabro ante el Bathco Torrelavega, que se celebró hace menos de dos semanas.
Cuando el pivote abandonó la pista, en silencio, la decisión ya estaba tomada. «Mi compromiso sigue siendo el mismo y siempre que puedo vengo porque este club para mí supone algo más que un equipo en el que juegas. Esto es mi casa, el Sinfín es mi familia», explica Muñiz. El santanderino siempre ha estado ahí. Igual no lideraba en la pista, pero si lo hacía animando desde la grada. «En todo momento siempre le he dicho al club que si les hacia falta estaba ahí», así que con la lesión del pivote egipcio Omar Sherif, que tuvo que pasar por quirófano tras romperse el tabique nasal, le tocó vestirse de corto de nuevo para la Copa del Rey y el derbi cántabro. Diego Muñiz dio un paso al frente y volvió a las convocatorias. «Es una sensación muy extraña ya que te notas muy perdido, te ves lento y te sientes más torpe, pero ese era mi sitio. Esa es la esencia de este equipo: la fuerza del grupo y el carácter para superar cualquier situación».
Después de trece años, «ahora mismo solo quedábamos ya Lon y yo en el vestuario, ya que Pla llegó para la temporada siguiente». En el caso del extremo izquierdo, la decisión ha pillado a contrapié a todos. «Este año se han reunido muchos factores que me han llevado a decidir que esto acababa aquí», cuenta Berto Pla. Tras varias semanas dándole vueltas a la cabeza, el santanderino desgrana poco a poco los motivos que llevaron a la conclusión de que colgar la camiseta era una opción más real de lo que parecía hace solo unos meses. Por un lado, «estar en forma y al 100% como requiere un jugador de élite me cuesta mucho por las molestias que arrastro». Por otro, motivos profesionales: «actualmente tengo que dedicarle tiempo y esfuerzo al centro de entrenamiento Cota Zero en el que trabajo». El último factor, pero no por ello el menos importante en la lista, es que Berto Pla quiere «seguir ayudando al Sinfín como entrenador y coordinador de la base». El extremo izquierdo inicia ahora otro camino que le llevará a «formarme como entrenador» y transmitir el «esfuerzo, dedicación y pasión» que ha desplegado durante una década por las pistas de toda España.
Para Pla, el Blendio Sinfín «es la vida» y no puede entenderla sin el club que le ha dado recuerdos imborrables como «los dos ascensos a Asobal. Sobre todo el primero, porque viví muy dentro lo que significaba tanto para la familia de los 'Servandos' como para el propio club». Lo engañoso de la memoria que tiende a quedarse con los buenos momentos no ha borrado el peor recuerdo para el '7' negro: «Me rompí los ligamentos de la mano derecha y se diagnosticó también un proceso de artrosis. El primer médico al que consulté me dijo que no podría volver a jugar al balonmano de élite». Por suerte, Pla volvió a dar una lección de resiliencia. El doctor Higinio Ayala «me convenció de la operación y pude volver a jugar». Esa será una de las enseñanzas que Berto Pla inculcará a las perlas de la cantera sinfinista: en La Albericia nadie se rinde.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.