El Uneatlántico debuta hoy en la élite

Se acabó la espera. Llegó el momento de cumplir el sueño de enfrentarse a los mejores en una División de Honor que arranca este domingo con su primera jornada. Su objetivo de la pasada temporada era ascender a la élite y durante gran parte de la Liga lideró el Grupo B de la División de Plata. Cuando se detuvo la competición a falta de tres jornadas surgieron las dudas, pero al final la cancelación de todo el deporte anuló la fase de ascenso y el Uneatlántico Pereda llegó al fin a la élite, aunque no se pudo dar el gusto de celebrarlo como hubiera querido.

Ahora, casi seis meses después, el equipo que dirige Santi Abascal regresa al parqué con una plantilla que mantiene diez jugadoras de la pasada campaña y que se ha reforzado en puestos estratégicos para dar ese salto de calidad que implica el medirse con las mejores.

Las incorporaciones de Yadira Morales, Alba Fernández, Marina González (todas ellas procedentes del Alcobendas), Danielle de Sousa (Grafometal La Rioja), Isaura de Almeida (Rincón Fertilidad Málaga) y Paula González (Kukullaga Etxebarri) buscan, como explica Valentín Pastor, presidente del Balonmano Pereda, «competir dignamente en División de Honor en un momento con una complejidad terrible tanto en el aspecto económico como social».

El ascenso supone que «los gastos se incrementen a todos los niveles y, sin embargo, los ingresos son muy difíciles dada la actual situación sanitaria, ya que los abonos, las taquillas y los patrocinadores penden de un hilo», continúa Pastor.

Cuadrar presupuestos es el principal problema fuera de lo deportivo. «El que lleva muchos años en esta categoría conoce un poco que cifras se manejan, pero nosotros sabemos que hay un techo que no debemos pasar», explica el mandatario.

Será complicado, pero nadie en el Uneatlántico Pereda puede ocultar las ganas de arrancar esta aventura y los nervios previos a esas grandes citas que están marcadas en el calendario. Al frente del banquillo se mantiene Abascal: «Ahora tenemos otros objetivos -la permanencia-, otro equipo y un reto difícil», pero no hay nada que asuste a las guerreras. «Somos un club humilde que siempre ha defendido el trabajo de cantera, así que tuvimos muy claro que debíamos mantener el bloque de jugadoras que teníamos y, a partir de ahí, hemos intentado reforzar con jugadoras jóvenes», explica Abascal, dejando claro que el Pereda podrá cambiar de categoría, pero se mantiene firme en su filosofía de aprovechar el potencial que crían en casa.

La pretemporada «fue un poco atípica y más costosa que otras», asegura el técnico. Establecer turnos para ir al gimnasio, habituarse a los protocolos y ser estrictos con su cumplimiento hacen que las rutinas fueran muy diferentes a las vividas anteriormente. Lo que no ha sufrido cambios es lo que Abascal pide a su vestuario: «siempre me ha gustado que el equipo lo deje todo, que transmitan algo, que seamos intensas. La actitud, la valentía, que compitan y que den la cara siempre, independientemente del resultado», forma parte del ADN del Uneatlántico Pereda.

A la jornada inaugural el equipo no llega aún «en una condicion óptima todavía», continúa el técnico, ya que «al haber varias incorporaciones, el equipo está todavía poco conjuntado. Además, tenemos las bajas de Ana Barquín, que continúa lesionada de la mano y Lidia Blanco, con una fuerte sobrecarga en los cuádriceps».

Mientras, el vestuario del Pereda no deja de contar los minutos que quedan para saltar al Pabellón Huerta del Rey. La capitana, Sheila Cepeda, explica que están «demasiado ilusionadas y contentas», aunque les «cuesta un poco cambiar el chip al saber que este año nos vamos a enfrentar a una categoría que es la mejor de España y con rivales de mucho nivel y calidad».

Así todo, a las jugadoras santanderinas poco las intimida a estas alturas. «Estamos muy concienciadas de que el objetivo es la permanencia y no manejamos más posibilidades. Unidas y juntas, como hicimos todo hasta ahora, es la forma de lograrlo», añade. La líder del vestuario tiene claro cual será su papel de puertas para dentro: «ayudar a mantener la cabeza siempre fría».

El gran cambio al que se enfrentan, además del de categoría, es «el sistema de velocidad. En División de Honor suben muy rápido y bajan a defender igual de veloces. El físico es fundamental porque todas tenemos que estar en muy buena forma para seguir ese ritmo», reflexiona Hiraldo.

Otra de los pesos pesados del vestuario, Vero Berastain, sigue la línea de su compañera. «Es muchísimo el cambio de Plata a División de Honor. Realmente, hasta que no pusimos el pie en La Albericia no nos hemos creído que estamos en la élite del balonmano español, y creo que no vamos a terminar de verlo como una realidad hasta que no lleguemos hoy al pabellón y suene el pitido inicial». En ese instante ya no habrá vuelta atrás.

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