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Ganar fuera siempre es positivo. no hace falta consultar los los manuales de la permanencia; es una perogrullada. Pero cuando se juega ante el colista y hay tanto que remontar para salvar la categoría, ya resulta imprescindible. Eso hizo al Unicaja, que sigue penúltimo tras ... ganar 27-26 en Antequera, pero que suma dos puntos, por mucho que suene a tópico, vitales. El duelo entre colista y vicecolista; entre los dos equipos en posiciones de descenso, quizá no destilara el mejor balonmano de la historia, pero desbordó emoción. Y por mucho que los cántabros cometieron errores se marcharon de la cancha con los dos puntos, que es lo único que cuenta. El análisis de juego, para otro día. El de casta, aprobado con matrícula de honor.
Comenzó el Antequera mandando, consciente de que se jugaba media permanencia en casa y que debía ganar como fuera a los cántabros para no quedar descolgado, quién sabe si definitivamente. Así fue como Da Silva e Inestrosa pusieron a los suyos por delante en medio del desconcierto de un Sinfín que salió demasiado fío al partido, pero que pronto reaccionó con un parcial de 0-3 para ponerse por delante gracias a los tantos de Óscar García, Diógenes Cruz y Ramiro.
Se abrió entonces una fase de intercambio de goles hasta que una buena parada de Moyano a Óscar García dio una ligera ventaja a los malagueños. El propio Óscar solventó la papeleta antes de que una falta en ataque de Inestrosa propiciara el posterior tanto de Pla para colocar el 7-8 en el marcador. Tuvieron ahí la oportunidad de marcar distancias los sinfinistas gracias a la exclusión de Moreno y Diógenes Cruz marcó el 7-9, pero a su reintegro, y tras una buena intervención de Pau que evitó que los andaluces recortaran distancias, el omnipresente Inestrosa marcaba el 9-10 antes de que el duelo entrara en una fase de mayor intensidad defensiva. Castro respondió con el 9-11 y el marcador no se movió. Y así, con ventaja de dos goles para los cántabros, se llegó al descanso (11-13) pese al tiempo muerto con el que Víctor Montesinos trató de dejar más encarrilado el partido antes de marcharse a los vestuarios.
El segundo tiempo arrancó como el primero,: con un Antequera más entonado. De nuevo Inestrosa tomaba el mando de los suyos, secundado con dos paradas consecutivas de Moyano que llevaron el empate al marcador bien entrado el minuto 32. Tres tensos minutos sin goles inauguraron el naufragio cántabro. Moreno ponía por delante al Antequera en el 36 y todo comenzó a salir mal. Moyano se sacaba una buena parada, Ortega y Da Silva aumentaban la renta y Lastra cometía una falta en ataque en medio de un desbarajuste general que obligaba a Montesinos a detener el partido. Pero era muy tarde. Moyano se había venido arriba y detenía consecutivamente dos lanzamientos de Lon para un lento Unicaja al que Inestrosa –sí, otra vez Inestrosa– cazaba además al contraataque.
Ni siquiera tenían suerte los santanderinos: un balón al poste, una parada de Pau a la que Moyano respondía con otra y dificultades para encontrar posiciones de disparo mantenían la renta local entre los tres y los cuatro goles hasta que por fin, en el minuto 43 y tras el enésimo tanto de Inestrosa, llegó la reacción: un tanto de Lon, una contra que culminó en tanto Ramiro, y una parada de Pau seguida de un tanto de Diógenes Cruz devolvían la autoestima a los cántabros y, de paso, les metían de nuevo en partido (20-19, minuto 45).Esta vez era el Antequera el que debía pedir un tiempo muerto para detener la sangría.
Sus instrucciones tuvieron éxitos y la renta local volvió a crecer, pero Muñiz, Pau y Castro propiciaron que se llegara a los diez últimos minutos con empate a 22 que mantenía a los suyos muy vivos gracias, sobre todo, a la inspiración del portero sinfinista, que parecía haber tomado el relevo a Moyano y era quien mantenía a los suyos en partido.
Y del mismo modo que comenzaba un nuevo partido comenzó un intercambio de goles entre dos equipos con unas necesidades agónicas de puntuar que evidenciaban en sus imprecisiones el porqué de su clasificación hasta que, con 26-25 en el marcador, Víctor Montesinos pidió un tiempo muerto a falta de un minuto y 17 segundos para el final. Aún era posible incluso la victoria. Y Ramiro y Diógenes Cruz obraron el milagro. El primero en finalización de jugada. El segundo a la contra. Después, una intensa defensa en el último minuto propició una victoria tan agónica como valiosa. Poco importaban las imprecisiones anteriores. El Sinfín seguirá su ciclo andaluz con dos puntos más que le acercan a los puestos de permanencia a costa, de paso, de hundir a un adversario directo.
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