Andrea ya preside el birle de El Malecón

Por ubicación de la entrada principal, los espectadores que entran a la bolera Severino Prieto se encuentran de frente y en la zona de tiro con el panel de vidrieras colocadas en homenaje a los jugadores masculinos que han ganado en el recinto el Campeonato de España de Primera. A partir de ahora, los aficionados que ingresen en La Bolerona tendrán que mirar hacia atrás, hacia lo alto del birle, donde ya posa la primera mujer en ocupar una zona de privilegio en las alturas del recinto sagrado del mundo de los bolos.

Andrea Gómez, campeona nacional en 2022, es la primera jugadora en tener su vidriera en El Malecón, un logro que supone además romper una nueva barrera para la categoría femenina. «Es un avance más para nosotras, al final vamos dando pasitos. De eso se trata, de dar pasos seguros y cada año lograr más cosas y que poco a poco se nos trate como nos merecemos, que para eso dedicamos mucho esfuerzo y tiempo. En época de temporada nos dedicamos 100% a ello», apunta la de Casar de Periedo, que en un brillante torneo disputado el 21 de agosto se impuso a Naomi Solórzano, Miriam Velarde y Rebeca Bustara.

Ese día Andrea mostró ese carácter ganador y ese temple sobre el corro que le convierten en una de las mejores jugadoras del circuito. Cuando es capaz de domeñar el genio que tanto le da y tanto le quita la jugadora, criada a imagen y semejanza de otra Campeona de España como Angélica Ruiz, está a la altura de cualquier rival, lo que le convierte en favorita a llevarse cualquier gran campeonato.

Ese carácter, esa forja y madera de campeona, es lo que la ha llevado a ocupar el primer lugar de entre en las féminas en las alturas de 'La Bolerona'. Las vidrieras en la Severino Prieto se empezaron a colocar en los años 90 y reconocen a todos los campeones de España de la bolera. En la parte alta hay imágenes, entre otros, de Tete Rodríguez, Santos Fidel Ruiz, Fidel Linares, Rubén Rodríguez, Jesús Salmón, Juan José Ingelmo o del último en incorporarse, Víctor González, que lo hizo el pasado año tras ganar el Nacional del 2022. Un elenco de estrellas, de figuras, que están ahí por ser los mejores en el mejor lugar, reconocido por muchos, para jugar a los bolos. Por ganar en el momento preciso y en el lugar preciso.

La obra de Andrea, hecha por el artesano Tomás Sainz a partir de una fotografía en la que la jugadora lanza desde el tiro, ha causado gran sensación en la de Peñacastillo. «Ha quedado muy bonita, es un trabajazo. He ido siguiendo cómo lo hacían y me parece una maravilla», reconoce. El del pasado curso fue el segundo título de España para la de Casar, que ya se había impuesto en 2020 en otra bolera mítica, la de El Parque de Maliaño.

De momento, para que haya un hueco a su lado habrá que esperar, ya que, salvo sorpresa, la Semana Bolística 2024 se celebrará en Treceño (de cara a 2025 ya suena Camargo, aunque esta petición todavía no es formal), por lo que Gómez se mantendrá en solitario en la zona del birle al menos otro año más. Con todo, a la importancia de ganar el título más importante del curso las jugadora unen ahora el premio de tener un lugar reservado en el olimpo de los dioses de los bolos, una atalaya privilegiada para contemplar la arena más mítica del mundo de la madera y un espacio donde ser vistas por aficionados y visitantes que acudan a ver las competiciones al Malecón. «Es un orgullo ser la primera mujer en contar con una vidriera, es una recompensa al trabajo de muchos años, tanto por mi parte como por el resto de jugadoras».

Criada en la cantera de Casar de Periedo, Gómez inició su carrera en la peña Monte Corona antes de pasar a Campoo de Yuso, donde se consolidó entre la élite y sumó sus primeros títulos. Tras un fugaz paso por la Bolística, la de Cabezón se enroló en el proyecto ganador formado por Nel González en Peñacastillo.

El descubrimiento de la vidriera se realizó en un sencillo acto, aunque no será hasta las grandes competiciones de 2024 cuando el grueso de aficionados que acuda a ver, por ejemplo, La Patrona, pueda contemplar un avance más dentro de una categoría todavía necesitada de referencias y que, eso sí, no deja de pelear por ocupar su lugar.