Andros y Peñacastillo se citan en semifinales de la Copa Federación

El acto de apertura iba a ser un partido de contrastes entre dos partidas que han acabado la Liga con sensaciones diferentes. Borbolla, campeón de la Copa Presidenta y de la Supercopa, ha sido tercero después de una gran temporada, pese a un tramo final de juego más irregular, mientras que Andros, que tiró por la borda sus opciones al título a las primeras de cambio, ha vivido un ocaso liguero sin tensión ni puntos en disputa. En los duelos particulares, empate en Noja y victoria visitante en El Carmen.

A los costeros les pasó, de entrada, lo mismo que en el último partido liguero ante Camargo, que subieron muy bien y birlaron muy mal. Pese a tener las bolas bien situadas los diecinueve de subida no se convirtieron en bolada, lo que permitió a su rival ponerse por delante gracias a un último birle de tres de Lolo Lavid. Más sólidos en los inicios del encuentro, los de Las Fraguas aumentaron la distancia en un segundo parcial en el que se quedaron a un palo del cierre (Lolo birló tres con la última) y en el que Borbolla, directamente, ni participó.

Pese a un impasse mediado el duelo, en el que los nojeños recortaron distancias gracias a una buena bajada, el dueño del partido era Andros. Campeones el pasado curso y con Gonzalo Egusquiza en la formación inicial, Óscar González tiró del carro para devolver el marcador a la senda correcta para los suyos gracias a un emboque de valor veinte que redondeó una gran subida. En total, 72 bolos. Imposible para los ayer locales. En su línea de altibajos Borbolla cerró de mano en el quinto parcial, aunque los del Valle de Iguña, de nuevo con El Junco clave, sentenciaron su pase a semifinales.

En el otro partido de la tarde, Peñacastillo se volvía a ver las caras con la Madrileña en un duelo desigual en el que, eso sí, los capitalinos contaban con dos jugadores de Primera como Luis Gerardo Saiz y Javier del Rivero. Bajo las premisas básicas del pez grande contra el pez chico, los de Cañas arrancaron con buen pie al embocar en dos ocasiones desde la distancia máxima con el cachi en la posición más sencilla a la mano.

Fue el preludio de una victoria cómoda del subcampeón de Liga. Los madrileños dieron la cara, especialmente en la apertura de veinte metros, pero la eficacia de los de Cañas y la diferencia de nivel entre ambas cuadrillas fue un obstáculo demasiado alto para los ayer visitantes.

De tiro corto, catorce metros, la Madrileña dejó franco el segundo parcial a Peñacastillo al no cerrar, aunque en el cuarto, después de una buena subida que dejó las bolas bien colocadas para la bajada, obligaron a los santanderinos a 44. Era ya una obligación, pero el potencial birlador de los favoritos fue suficiente para cerrar el partido.