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Ganar o ganar. Esa es la cuestión para Andros, que decía la obra teatral. Todo lo que no sea llevarse el título de la División de Honor será una decepción para una peña que ha cambiado el mapa de la madera en el Valle de ... Iguña y que, después de cuatro años en la máxima categoría sin levantar el trofeo, se ha llevado para El Carmen la figura del gran capitán bolístico por excelencia, Jesús Salmón, que llega acompañado de Pedro Gutiérrez y David Penagos para respaldar a los dos jugadores que se mantienen en la partida, Carlos García y Óscar González.
Pese a la necesidad de victoria, o precisamente por ella, el presidente de la entidad, José Luis Díaz, reconoce que no se plantearía como un fracaso no llevarse la Liga. «No nos estamos planteando eso, a lo que aspiramos, lo primero, es a ser un equipo reconocible, a jugar bien y a hacer disfrutar a la gente. Lo demás vendrá por añadidura». Más allá de eso, el mandatario no oculta que tienen «un quinteto con un potencial brutal, muy bueno, no nos vamos a engañar».
Disfrutar y hacer disfrutar, dos situaciones que en deporte, muchas veces, son contrapuestas. Y es que, hasta ahora, el problema de Andros no había sido de nivel sobre la arena, ni siquiera de cantidad de bolos derribados, si no de sensación de sufrimiento sobre la bolera durante varias fases del curso. Por eso, más allá de tener enfrente a peñas como Camargo o Peñacastillo, su némesis estos años, la partida de Las Fraguas se ha encontrado con que cualquier contratiempo suponía una montaña insalvable.
Una presión, a la que los bolistas de Andros están acostumbrados, y que Díaz espera que este año no repercuta sobre la plantilla a las primeras de cambio. «Llevamos cinco años y todavía no hemos ganado casi nada, lo tenemos todo por hacer. Los jugadores son ganadores y la competición nos tiene que llevar a ello, pero todos los equipos se construyen desde la cohesión».
Como en todos los deportes, la cohesión depende de la gestión de vestuario, un trabajo que en bolos se ve más debido al corto número de componentes de las peñas. Con tanto gallo en el corral, Díaz tiene claro el camino para el éxito. «Lo importante es que cada uno sepa cuál es su rol, si cada uno lo tiene claro el problema interno no existe. En este momento cada uno sabe su papel en la partida, todos tienen su importancia, también el quinto, que tenemos uno de garantías. Es una estructura con pilar, si falla uno fallan todos».
Dinamizadores de los bolos en toda la zona, su escuela camina con paso firme y ya cuenta con medio centenar de alumnos, mientras que en la Liga de Aficionados que causa furor en los valles de Iguña y Anievas el pasado año se llevaron el gato al agua. Con buenas entradas en El Carmen cada domingo, Díaz palpa este año que las llegadas de Salmón y Pedro han causado más expectación todavía de la que ya generaban. «El año pasado fue duro y este se nota que va a haber más expectación. Ya teníamos bastante gente en la bolera, pero en 2024 vamos a tener más apoyo, tener el corro lleno es un acicate extra para todos».
Parte de la Apebol y peso pesado dentro del mundo bolístico, la entidad respaldó la candidatura encabezada por Paulino Pinta en las últimas elecciones, una decisión que volvería repetirse en caso de que el taniego optara a la reelección. «No nos estamos metiendo mucho en ello, pero iremos con una candidatura que sea más de bolos, con la candidatura que se presente contra la actual. Entendemos que lo mejor es una de consenso».
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