Carlos García, millonario en su año más complicado

El cheque gigante que recibe el ganador ya no encierra los 6.000 euros que anuncia el nombre del concurso, pero da igual. Podrán salir más concursos al KO pero el torneo del millón siempre será el mejor, el original, el de las noches de verano de helado y bolos al fresco. En una maratoniana jornada que arrancó a primera hora de la mañana, el torneo se disputó dentro de la semana política en el Polideportivo de Treceño y acabó con la victoria de Carlos García, que se impuso en una épica final a Óscar González.

Apenas diez horas después de que acabasen las semifinales de la Copa Federación, la madera sonaba otra vez en Treceño. Lo hacía con la apertura del torneo, protagonizada por Pedro Gutiérrez y David Gandarillas. Una eliminatoria dominada por el de Andros y que tuvo un instante tan curioso como elegante cuando una bola del de Sobarzo cayó entre la fila del medio y la del pulgar y el efecto del golpe derribó el bolo del caballo. En un primer instante, el colegiado Toni García Oslé señaló la infracción, pero tras revisar árbitro y jugador la marca de la bola, cual torneo de tenis de tierra batida, dio el lanzamiento por válido.

La primera sorpresa de la mañana llegó con la eliminación de Jesús Salmón. Sorpresa relativa, porque el camargués tenía enfrente a Vicente Diego, que jugaba al lado de casa y que pasa por ser un bolsita capaz de doblegar a cualquiera. El de Roiz derribó 135 frente a los 129 del de Andros, lo que le colocaba en cuartos de final.

Pero el adiós de Salmón no iba a ser el único bombazo de la sesión matinal. Casi a la hora de comer, cuando en los bares de Treceño se apuraban los blancos, el vigente campeón dijo adiós a la competición. O mejor dicho, Luis Vallines despidió a Víctor González en una ronda de octavos en la que el laredano, con una bola queda, superó a un rival desconocido, que mantuvo el irregular tono de los partidos anteriores con Peñacastillo y que no ha comenzado la Semana Bolística con buen pie. En el resto de duelos, con mejor o peor juego, los favoritos como Carlos García, Manuel Domínguez, Rubén Haya u Óscar González alcanzaron los cuartos.

Se abría un torneo nuevo, había caído el vigente campeón, un bombazo que agotó las sorpresas en la competición. Los cuartos se desarrollaron acordes al guion establecido, con la salvedad de un cara a cara entre Manuel Domínguez y Pedro Gutiérrez en el que el favoritismo estaba dividido. Al final, un bolo de diferencia separó la victoria del corraliega de la derrota del de Borbolla. Torneo al KO por excelencia, las mejores sensaciones fueron para Carlos García, que tuvo que emplearse a fondo para doblegar a Héctor Salmón. Más discretos en su juego, la segunda semifinal iba a enfrentar a Óscar González, verdugo de Vicente Diego, ante Rubén Haya, que por dos palos dejó fuera a Luis Vallines.

La noche del Millón es, probablemente, la más especial del curso bolístico. Ayer hacía bueno, era sesión de helado, pipas y jersey al hombro para ver una fase final que abrieron Pedro y Carlos. Oficialmente compañeros de equipo, aunque con la tirantez propia de la abrupta salida del zurdo de Andros, fue García el que dominó desde el inicio con una primera tirada de veinte bolos. El corraliego no encontró sintonía con la caja y llegó a raya alta menos dos frente al más diez que figuraba en el marcador del rival. Los diez bolos derribados por Gutiérrez en la sexta mano sentenciaron el pase a la final del futuro jugador de Camargo.

También había rencillas, antiguas, en la segunda semifinal entre Óscar y Haya. Viejos conocidos, dos clásicos que se han visto muchas veces las caras y que ayer se enfrentaban con un cheque de fondo. A raya alta El Junco dominaba por siete bolos, una ventaja cimentada en su mayor regularidad y en sobrevivir a una mala tercera mano por ambas partes. Poco a poco Óscar mantuvo el ritmo para certificar su pase a la pelea por el torneo.

La final que también tenía su intrahistoria enfrentaba a Carlos García y a Óscar González fue un duelo de poder a poder de los que hacen afición de los que mantienen la tensión en los espectadores y de los que derriban bolos muchos bolos. Marcando territorio cada uno desde el comienzo de las hostilidades a raya alta el junco dominaba por tres bolos, una ventaja que se redujo a dos palos al acabar la sexta mano. 108 para Carlos 110 para Óscar. El tira y afloja se mantuvo hasta una última mano que inició Carlos García con un bolo de ventaja. El zurdo no subió bien, pero aprovechó el birle para derribar 17 bolos y mandar a ganar a 19 al de Liérganes, que tampoco aprovechó la subida. Pese a ellos, tras bajar tres con la primera y cinco con la segunda se dejó a tiro de cuatro la iguala y a tiro de cinco la victoria en el torneo. Se repetía la misma situación que en el Regional de hace dos temporadas, aunque esta vez Óscar no acertó y derribó tres bolos. El Millón se iba para Santa Cruz de Bezana.

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