«Creo que los bolos necesitan estar unidos para tener más fuerza»

Los bolos tendrán el próximo mes nuevo presidente. Norberto Ortiz no seguirá al mando de la Federación Cántabra después de una legislatura de conflicto y, de momento, la única candidatura confirmada para su relevo, amparada por las peñas más fuertes de Apebol, está encabezada por Luis Antonio Sañudo (Renedo de Piélagos, 25 de noviembre de 1972), que tiene como principal tarea que los bolos remen unidos en busca de un futuro mejor para todos.

«Los bolos tienen mucha vida, eso quiero que quede claro», apunta Sañudo, que posa relajado en la bolera de Vioño, una de las varias que pisó en su época de jugador de categorías inferiores y, posteriormente, cuando fue concejal de deportes de Piélagos. «La afición me viene desde muy pequeño, jugué hasta infantiles en Renedo. Cuando yo jugaba el mejor equipo era Virgen del Milagro de Torres, allí jugaban Trápaga, Rebolledo, Sanz y Cipitria», rememora el candidato. «Después he sido cercano al grupo Vela y a través de Renedo he tenido mucha relación con los bolos, nunca me he desconectado». Se confiesa deportista y, por supuesto, reconoce que dentro de un ayuntamiento como el de Piélagos no se puede ser ajeno a los bolos. «Soy un aficionado más, me queda mucho por aprender».

Sañudo es el hombre de futuro de la Apebol, el líder que aglutina a una candidatura que tiene como ejemplos representantes a conjuntos como La Cavada, Peñacastillo, Los Remedios o Camargo y que, además, es la única, de momento, que tiene confirmados a sus 50 integrantes. «A mí me llamó Alejandro de la Hoz, concejal de deportes de Astillero, para decirme que había escuchado mi nombre en una conversación. Yo al principio pensé que era una broma, me lo tomé a cachondeo. A los pocos días me han llamado de peñas como Boo, Peñacastillo o La Cavada, que consideraban que podía hacer una buena función».

Una decisión complicada tras unos últimos cuatro años han sido convulsos. El enfrentamiento entre parte de la asamblea, el presidente federativo y la Apebol es notorio, un tira y afloja que Sañudo tiene claro que no es bueno para los bolos. «Desde la distancia lo veo dividido, hay bastante polarización. Algunos argumentos los veo bastante radicalizados, creo que los bolos si algo deben intentar es estar unidos para tener fuerza, que la tienen si están unidos», reclama el que también fuera alcalde de Renedo. «Se ven posturas encontradas y entre todos tenemos que bajar los decibelios para poner un poco de equilibrio para que los bolos estén lo más unidos posible».

Después de unas elecciones en las que Norberto Ortiz se llevó el gato al agua prometiendo unos ingresos económicos que nunca llegaron, Sañudo argumenta que «los bolos tienen que tener una protección especial, ya que a nivel privado las empresas están como están, vamos a trabajar para sacar patrocinadores que ayuden al mundo de los bolos, pero no puedo prometer el oro y el moro, sólo el trabajo para intentar buscar una financiación extra». Un dinero, el Santo Grial de cualquier deporte, de cualquier federación o de cualquier colectivo, que tienda puentes entre la Apebol, es decir la élite, y una masa maderera que puebla las boleras cada fin de semana. Y que, evidentemente, a nivel de repercusión, no puede compararse con los primeros niveles bolísticos. «Yo cuando jugaba al fútbol sabía cuáles eran mis limitaciones, los jugadores tienen que saber cuáles son las grandes peñas, porque tienen los mejores jugadores, que además tienen la suerte de tener más ingresos y más presupuesto. Hay que intentar que todos sepamos el rol que tenemos que desempeñar».

La élite, los famosos, los conocidos, un concepto casi tabú en los bolos actuales y que representan los Víctor, Óscar, Salmón o Carlos. Sin más datos. «Mi prioridad es el deporte base, los niños se fijan en quien se fijan», confiesa Sañudo. «Tienen que ir de la mano, pero no hay que olvidar la Segunda, la Tercera, los Veteranos o las Féminas». Con partidarios y rivales en todos los estamentos, el futuro candidato no encoge la mano a la hora de tendérsela a los miembros de la asamblea actual. «Yo ahora necesito aterrizar y hacerme mi propia visión de los bolos, siempre apoyado en la asamblea, porque sin ella no soy nada».

Deporte vernáculo, sí, y también arma política, los bolos tienen la capacidad de no dejar indiferente a nadie, ni a amigos ni enemigos, una figura, esta última, que el de Piélagos no tiene miedo pese a proceder del partido que gobierna en la región y haber militado en otro. «Al final quiero pensar y confío en la responsabilidad de quien está en las administraciones públicas, los bolos tienen que estar por encima de todos los colores y de quien los represente. Hoy están los verdes, mañana los azules y pasado los rojos. Si alguien quiere algún tipo de revancha no lo tiene contra mí, lo tiene contra los bolos».

Con varias peñas y mandatarios fuertes en su candidatura, Sañudo no cree que vaya a haber conflicto entre los intereses de éstos 'gallos' y su manera de dirigir la Federación. «No tengo miedo de que me impongan ideas, son sensatos y quieren un giro en el estado actual de los bolos. De todos modos, si ellos son mis avalistas son los primeros a los que tengo que convencer, no sólo a ellos sino a todo el mundo de los bolos». Para acompañarle en un posible futuro camino (todo apunta a que no va a tener rival en las elecciones), el candidato se apoyará, si nada cambia, en viejos conocidos del mundo bolístico como Eduardo Herrera, David Abascal o Darío Bustamante y en personas de su confianza. «Tengo a Alfredo Escalada, presidente del club Piélagos Deporte, o Fidel López, persona muy conocida dentro del mundo del deporte, que me gustaría que fuera el vínculo con las modalidades diferentes al bolo palma», apunta.

De momento es sólo candidato, aunque se prepara para aterrizar en un mundo complicado, convulso, en el que le van a exigir desde todas las aristas. Quizá la política curta en ese aspecto. Sólo el tiempo lo dirá.

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