Secciones
Servicios
Destacamos
Son nueve, pero podían haber sido más. El año 2024 que ya se escapa del calendario ha dejado en las boleras récords, remontadas y unas elecciones que ha sido la culminación de la campaña cuyos nombres propios han sido los de Víctor González, Marta Castillo, ... Carlos García, Ángel Gutiérrez o Iris Cagigas.
Parecía, hay que recalcar el parecía, que la temporada de Víctor González iba a quedar incompleta al no ganar el Nacional. Eso fue hasta semifinales, la ronda en la que el tiburón sacó las fauces para, dentellada a dentellada, recortar los 36 bolos de desventaja que tenía con Carlos García. El zurdo había sido el mejor hasta que se convirtió en humano, algo que Víctor no perdona. Fue el remate de una temporada superlativa del de Peñacastillo, que ha dominado todos los campeonatos oficiales, el circuito de bolos y puntos y ha llegado a la treintena de torneos individuales, amén de la Liga y la Copa Presidenta conquistados con la peña. Sin duda, una temporada para la historia. Meritoria temporada también la de un Carlos que siempre ha estado en la pelea.
Los cardiólogos nunca han estado más cerca de tener trabajo por culpa de los bolos que en la última jornada de la Liga Femenina y en la final de la copa de la misma categoría. En Maliaño, un empate le valía a Camargo para ser campeón, algo que tuvo lejano cuando la Bolística, su rival por el título, se puso 1-3. Un agónico quinto parcial, con varias bolas visitantes rozando el cachi, permitió respirar a las camarguesas. En Borleña, Deva se llevó una intensa final que estuvo en el aire hasta la última bola.
Hombre de carácter, unas declaraciones de Carlos García en Onda Occidental cuando la cosa ya estaba torcida dinamitó la temporada de Andros a finales de abril. El zurdo valoró a sus compañeros, desveló entresijos de vestuario y se despachó con palabras que, aunque posiblemente fueran ciertas, no sentaron bien en el seno de la entidad. Una salida por la puerta de atrás dio paso a un tramo final de curso que los del Valle de Iguña arreglaron con un agónico título en la Copa Federación con el birle más agónico del año (todo al panojo para acabar con la iguala en semifinales ante Riotuerto) incluido.
El 16 de mayo de 2024 quedará para siempre marcado en los anales bolísticos. Ese día Ángel Gutiérrez, jugador en edad juvenil de la peña Fernando Ateca, se convirtió en el primer bolista de la historia en derribar por segunda vez ocho bolos. La primera la había logrado en La Planchada y esta segunda la hizo ese día de mayo en Corvera de Toranzo en una noche de Copa Federación. Dos bolas de pegar, dos hitos que colocan al santanderino en el olimpo de la madera, toda vez que pocos son los que han logrado derribar ocho bolos de una tacada, pero sólo él lo ha hecho en dos ocasiones.
Todos los años los bolos pierden a figuras importantes, aunque en esta ocasión las boleras se quedaron sin uno de los más grandes, un todavía habitual de las arenas que siempre tenía un consejo, un saludo y un cariño para jugadores y aficionados. Rafa Fuentevilla se fue al cielo de los bolistas en el mes de julio para dejar huérfanos a tantos y tantos amigos que le acompañaron y aprendieron a su vera durante los últimos 60 años. Atrás quedan títulos y tardes de gloria, porque en el de Cudón el trofeo era tan importante como el cante y el abrazo. Amigo de los que le conocieron, venerado por el resto y admirado por todos, con él se fue un trozo de la historia.
Tras cuatro años de legislatura Norberto Ortiz no encontró los apoyos necesarios para seguir al frente de la Federación, lo que abrió un periodo electoral en el que Luis Sañudo parecía el ganador antes de la irrupción de Julián Vélez como candidato para encabezar una asamblea continuista. Una campaña agresiva, la falta de impulso de la candidatura de las peñas de Apebol y la ayuda del entorno le dieron al ex alcalde de San Vicente el triunfo en una jornada lluviosa en la que los bolos más modestos dictaron sentencia. Una nueva etapa con viejas tareas que, de momento, ha arrancado con diálogo entre las partes.
Ella misma confesaría después que, incluso en ese momento, la procesión iba por dentro. Sin embargo, el rostro relajado de Marta Castillo cuando, tirada a tirada, se aproximaba al histórico récord absoluto de Judit Bueno daba buena cuenta de que la corraliega está en plena madurez bolística. Lo ocurrido la tarde del 25 de agosto en Treceño, donde finalmente no hubo mejor marca, pero sí una exhibición para la historia, fue la culminación del mejor año de su carrera.
Fue una mañana de emociones, de satisfacción por el trabajo realizado. Este año el premio Muslera quizá haya tenido menos renombre en cuando a sus galardonados, toda vez que es la primera vez que lo gana una modalidad ajena al bolo palma, pero que Las Cárcobas y Villaverde subieran al escenario de la sala Bretón a por el trofeo supone un reconocimiento al trabajo de base, a las tardes de sol y moscas en campas y arenas y, sobre todo, a la romántica lucha por perpetuar una modalidad, en este caso el pasabolo tablón, que sobrevive a base de trabajo y trabajo.
Tuvo, incluso, una mano de relax, la séptima, en la que sólo derribó diecisiete palos. En el resto del concurso, Iris Cagigas llegó o superó los veinte bolos para establecer, con 172 bolos, el récord de palos sin emboque en un concurso individual. Fue en las tiradas clasificatorias del trofeo Ayuntamiento Val de San Vicente cuando la de Cubas dio un paso más para entrar en la historia. Pese a llegar tocada a la tarde, en cuatro manos ya había derribado 88 bolos, lo que unido a los 47 de las dos primeras de tiro largo convirtieron un concurso rutinario en uno de los momentos del curso bolístico 2024.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.