Igualdad total en la División de Honor

Antes de que algunos espectadores se acomodasen en la bolera Comillas ya ganaba por 3-0 a Camargo. Los de Maliaño, infalibles como locales, sufren más cuando se alejan de su corro y para colmo tenían enfrente a una peña con los deberes hechos y todo por ganar. Los comillanos se habían llevado los parciales de dieciséis, dieciocho y veinte, en dos ocasiones al pulgar y otra a la mano. Un inicio esperanzador que no remataron los locales en el cuarto, donde se quedaron en 38 palos. El líder tampoco cerró, se quedó a un bolo, y se encomendó a otro fallo de los de Nacho Migoya para sobrevivir. Una segunda mala mano puso el 3-1 en el tanteador y, a partir de ahí los visitantes tomaron las riendas y, con acierto de veinte de Alberto Díaz incluido, lograban rescatar un punto que a la larga puede ser decisivo.

No lo tuvo fácil tampoco Peñacastillo, que necesitaba sumar los puntos por encima de otras consideraciones de juego. El duelo respondió a los cánones de tiro corto y emboque fácil por parte visitante y distancias largas por parte de los locales y tuvo de todo, boladas, jugadas polémicas, la entrada de Sebi Iturbe por José Manuel González y una resolución en la que los de Cañas mandaban a ganar a 57 palos y en la que los de Cerrazo tuvieron opciones tras subir 24 con las primeras bolas, aunque al final se quedaron a las puertas.

Más allá de la pelea por el liderato, el interés de la jornada pasada por el acto inaugural de la misma, un dramático Ribamontán-Mali en el que el perdedor estaba casi condenado al descenso, el ganador iba a meterse de lleno en la pelea por la salvación y el empate dejaba heridos a los locales y sentenciados a los visitantes. Fue un duelo lleno de alternativas, disputado de tiro corto y que tuvo dos acciones clave, una en el cuarto parcial y otra en el quinto. Con 1-2 en el marcador los de Loredo no cerraron de catorce metros y Mali no aprovechó el fallo local para poner tierra de por medio, lo que igualó la contienda. En el siguiente el hombre clave fue Raúl de Juana, que embocó con la última bola para poner por delante a los suyos antes de que los de Arce se repusieran para matar los 46 palos derribados por los de casa.

Uno de los equipos que los dos últimos tienen relativamente cerca es Casar, que ayer pudo dejar sentenciada su permanencia y que perdió la oportunidad al dejar marchar una ventaja de 0-2 ante Casa Sampedro. Equipo de todo o nada, en sus tres últimos duelos los 'soperos' o han remontado ventajas abultadas o han dejado escapar dos victorias que parecían seguras. El comienzo de los de Cabezón fue soberbio, con un cierre de 43 de dieciocho metros y un emboque de veinte de Fernando Ocejo para matar la bolada de los de Torres. A partir de ahí los de casa recuperaron su mejor juego, especialmente en los dos últimos parciales, en los que primero a bolos y luego con un acierto sobre la diagonal de Pablo Fernández superaron los 50 palos.

Completaron la jornada tres partidos entre peñas que comparten la zona noble de la tabla. La escalada de Andros fue un paso más allá en La Cavada, donde acabó con la imbatibilidad como local de Riotuerto. Fue el único encuentro de los tres que tuvo buen juego, ya que los otros dos fueron de esos en los que se lleva los puntos el menos malo. En Los Corrales, la Bolística pescó en la resaca sanjuanera después de casi dos horas y media de juego para colocarse en la séptima plaza que da derecho a disputar la Copa Federación, mientras que en Muslera, Los Remedios y Borbolla también tardaron 145 minutos en resolver un encuentro que solo mejoró en prestaciones cuando la noche ya caía sobre Guarnizo. Mal juego por parte de ambos, que optaron por colocar tiros largos y que, finalmente, firmaron un reparto de puntos que mantiene a ambos en la pelea por los objetivos.