La Liga Femenina no es lugar para peñas veteranas

La no participación de Zurdo de Bielva deja a la competición huérfana del único equipo que había completado las 26 Ligas disputadas hasta el pasado curso. La intención de las de Herrerías es retornar a las boleras el año próximo, pero las lesiones en algún caso y las obligaciones laborales en otros han provocado que en 2023 no contasen con jugadoras suficientes para afrontar el torneo con garantías.

Es por ello que Campoo de Yuso se ha quedado como la peña decana de la competición. El conjunto que comanda Chapi Saiz comenzó su andadura en 2002 a orillas del pantano del Ebro y dos décadas después, pese a las dificultades, se mantienen como una de las peñas punteras, y eso que ha arrancado esta campaña con dos derrotas. Junto a ella se sitúa en el ranking de veteranas Casar de Periedo, fundadora liguera, y que tras catorce años alejadas de los corros se reincorporó en 2015 a una Liga que, aquel año, estaba compuesta por nueve partidas, las mismas que en la vigente edición.

Las 'soperas' son una peña de cantera, que con diferentes patrocinadores ha subsistido hasta la actualidad con buena salud y que cuenta con un elenco de bolistas que ha ido de menos a más en las últimas temporadas. En 2024 cumplirán diez años sobre la arena, una cifra que solo Carandía tiene a tiro en los próximo años. Las de Piélagos son otra de esas entidades que cada año pelean por completar su plantel, que basa en la juventud su conjunto y que forma parte del pelotón de futuro de la competición. Su primer año fue 2016.

A partir de ahí el resto de equipos apenas llega al lustro de vida. De la competición actual, la Bolística comenzó su andadura en 2018, Deva en 2019, Camargo en 2020 y Peñacastillo, Rebujas y Los Remedios en 2021, es decir, el primer año de relativa normalidad tras la pandemia. Un desembarco liderado por varias peñas de Apebol (cuatro de las nueve en liza tiene peña en División de Honor) y que, en algunos casos y debido a sus prepuestos ha ayudado a seguir en competición a las jugadoras más veteranas.

Por el camino, además de Bielva, han caído La Carmencita (2022), San Lorenzo (2020), Concejón de Ibio, una de las fundadoras y que también dio un paso atrás con la pandemia, o Cubas, un proyecto liderado por Iris Cagigas y que compitió durante dos temporadas, 2017 y 2018.

Con todo, la tendencia de aparición y desaparición de peñas ha sido una constante en una Liga Femenina que alcanzó su cénit de partidas en 2002, cuando se juntaron doce, tres más que ahora. En algunos casos fue la retirada de las bolistas, en otro su cambio de equipo y en varios la falta de dirigentes para tirar del día a día de la entidad, pero por el camino se han quedado conjuntos históricos como El Caserío, Mazcuerras, Calixto García, Sarón o Castilla Hermida, cuadrillas que compitieron durante varios años por los títulos en juego.

Más efímera fue la vida de otras peñas, nacidas por unión de una serie de jugadoras y que después de dos o tres temporadas (en algunos casos una) dijeron adiós a las boleras. Y es que hubo equipos en Somo, en Cartes, en Puente Viesgo o en Suances. Zonas bolísticas que solo necesitan un estímulo para volver a resurgir.