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A veces, en bolos bastan unas bolas para cambiar un partido. Una dinámica positiva se convierte en negativa y acaba con el buen juego de un equipo, algo que le ocurrió ayer a Comillas en un duelo ante Casa Sampedro que dominaba por 0- ... 2 y que acabó perdiendo tras un mal birle en el tercer chico que, sobre todo, sirvió para relanzar la moral de los de Torres.
A la capital del Besaya llegaba una cuadro comillano lanzado, imbatido en Liga y que durante la Semana Santa se impuso a Andros en Las Fraguas y a Mali en la Villa de los Arzobispos. Enfrente, los de Torres habían igualado ante Andros y Camargo en casa, aunque un año más el duro calendario le estaba pasando factura a nivel clasificatorio. Y es que en el único encuentro disputado lejos de su corro ante un rival de la zona baja tampoco pasaron de la igualada ante Los Remedios después de tres horas de juego.
LOCALVISIT TIRO RAYAEMB.
1 32 (11+21) 55 (20+35) V16 Alta/Mano D20
2 32 (12+30) 48 (20+28) L19 Alta/Mano S10
3 42 (13+29) 37 (20+17) V16 Alta/Pulgar D20
4 36 (15+21) 37 (14+23) L20 Alta/Mano S10 42 (16+26) 21 (11+10) 78 58
5 64 (32+32) 45 (19+26) V16 Alta/Pulgar D20
6 59 (40+19) 42 (26+16) L20 Alta/Mano S10
LOCALVISITANTE
Emboques 4 1
Bolas nulas 0 0
Bolas quedas 1 1
Marcador: 0-1, 0-2, 1-2, 2-2, 3-2, 4-2.
Tiempo de juego: 95 minutos.
Con la inercia del que llega al envite con confianza, Comillas comenzó el encuentro como un tiro. Un alto cierre de mano en el primero y una gran tirada en el segundo, desde diecinueve metros, y que sirvió para matar un buen parcial de los locales, pusieron en ventaja a una partida que sabía que podía acabar el fin de semana como líder provisional de la competición.
Mal de altura, exceso de confianza o, simplemente, que los bolos son un deporte muy complicado, a los comillanos se les atragantó el birle del tercer parcial, algo que Sampedro no perdonó para recortar distancias. Los de Torres llevaron el partido un paso más allá, a los veinte metros, desde los que, con dos sólidas tiradas, empataron la contienda.
El partido había cambiado de signo, y los emboques hicieron el resto. La figura de Alfonso Díaz emergió para lograr un acierto de veinte en el quinto, y acabar con el resurgir visitante, y para sentenciar un sexto parcial en el que Comillas había colocado un emboque visto en busca de rascar al menos un punto. Pese a birlar mal Sampedro llegó a los 59 palos, una obligación demasiado lejana para un cuadro capitaneado por Nacho Migoya que dejó escapar un partido que tenía encarrilado. Los locales, por su parte, mantienen el nivel en su feudo y ya acarician los puestos altos.
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