Meruelo inicia la carrera por la División de Honor

Cual puesta de largo de adolescente americano cuando llega a la mayoría de edad, los jugadores lucieron sus mejores galas, en este caso los relucientes polos de las catorce peñas de la División de Honor, prendas en las que ya luce la publicidad de Tektia y con las que cada partida afronta una Liga que se abrirá con una jornada en la que el duelo más destacado medirá a Hermanos Borbolla y Riotuerto en Noja.

Más allá del estreno, que servirá para sacudir los nervios, las primeras jornadas serán clave para definir el resto de la competición. Aunque suene a tópico, los últimos años han demostrado que un aspirante puede caer a la lona si no arranca con buenas sensaciones y que un candidato a las primeras plazas puede acabar en Primera. Con Adrián Guardo y Martín Ceballos como encargados de repartir suerte, el sorteo deparó que los dos gallos de la Liga no se vean las caras hasta bien entrada la competición, el 1 de mayo en la novena jornada. Será en Las Fraguas, mientras que el duelo de vuelta entre Peñacastillo y Andros, que puede decidir la Liga, se jugará a mediados de julio, en la vigesimosegunda jornada.

Con todo, las miras están puestas en Las Fraguas. Allí Andros afronta su cuarto asalto a los cielos, cuarto año en la Liga Apebol y cuarta oportunidad de lograr su primer torneo de la regularidad. En los tres anteriores, con plantillas de garantías para pelear por todo, la presión del tramo final de curso en unos casos y un mal comienzo en el caso de 2023 lastraron sus opciones de quitarse por fin la espina de no tener el trofeo en sus manos. Tras intentar el fichaje ya de cara al pasado año sin éxito, esta vez Jesús Salmón no pudo rechazar la oferta económica y deportiva y cambia Maliaño por el Valle de Iguña para liderar un proyecto en el que se mantienen Carlos García y Óscar González, al que retorna Pedro Gutiérrez como campeón regional y en el que también desembarca David Penagos, un jugador que parte como quinto y que muchas peñas quisieran para sí como jugador franquicia. Salmón será la cabeza, los ojos y la voz de una partida cuya mayor pelea, de entrada, será contra sus propios fantasmas.

La gran rival de Andros por el título será Peñacastillo, la que ha sido su némesis en los últimos años. El Madrid-Barça de la segunda década del siglo XXI, dos colosos frente a frente de nuevo con, esta vez y siempre sobre el papel, los de Cañas llevando el papel de aspirantes a derrotar al favorito. Para ello cuentan con las armas de siempre, es decir. Víctor González, su hermano José Manuel, Rubén Haya, Sebi Iturbe y Senén Castillo; y con la incorporación de un Mario Pellón que se ha forjado a orillas del Besaya antes de dar el gran salto. Del nivel del jugador torrelaveguense dependerán en buena medida las posibilidades de una partida que, pase lo que pase, ya ha demostrado que el que quiera batirla tendrá que luchar mucho.

A partir de ahí la competición se convierte en un laberinto del que varias peñas cuentan con opciones de salir a la primera. Con un objetivo diferente al de los dos años anteriores, Camargo defiende título tras perder a Salmón y a Pedro, con Gonzalo Egusquiza y Mario Pinta como chicos nuevos en la oficina y con la necesidad de que los secundarios el pasado año (no por juego, sino por rol en la partida) Alberto Díaz y Gabi Cagigas den un paso adelante. Hermanos Borbolla, Riotuerto, Torrelavega... Varias son las peñas con potencial para estar entre los mejores, siempre y cuando sus partidas respondan al envite de pelear por todo.

El grueso del pelotón liguero se repartirá el resto de posiciones, con la vista puesta en ser los primeros atacantes de un torneo en el que, de momento en 2024, perderán la categoría dos peñas. Pontejos y Casa Sampedro son las señaladas en una porra demasiado aventurada y en la que puede acabar implicado cualquier equipo que se despiste en los albores del torneo. Más allá de ellos, Los Remedios, que si evita los infortunios de los últimos años aspirar a estar más arriba, José Cuesta, Comillas o La Rasilla son partidas que oscilarán entre la sexta y la decimocuarta plaza en función de rachas, salud, mentalidad y, por supuesto, del factor suerte. Que siempre existe.

Más allá de la División de Honor y su calendario, de la entrega de trofeos a las tres primeras partidas clasificadas del año pasado, del desfile de jugadores por el estrado y de los discursos de las autoridades (el presidente de la Cántabra no acudió al coincidir el acto con la gala de presentación de las Ligas de pasabolo tablón), la cita sirvió para que el presidente de la Apebol, Fernando Soroa, desvelase que la entidad va a poner en marcha una nueva competición, la Copa Apebol femenina. Una competición que, al igual que la masculina, estará patrocinada por El Corte Inglés y a la que sólo falta buscar fecha. Otro golpe en la mesa de las peñas de la máxima categoría, cuyo torneo de pretemporada pondrá en marcha un curso bolístico que se presume intenso, igualado y, como no, también polémico.

La gala sirvió para fotos curiosas, como la de los ocho jugadores más jóvenes de la competición, es decir, los ocho jugadores nacidos en el siglo XXI que disputarán el torneo.