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Cuando su primera bola murió a milímetros de la raya, la participación de Óscar González en el Campeonato de España parecía torcerse. Nada más lejos de la realidad. El golpe fue un estímulo, un paso atrás para coger impulso y desplegar un abanico de recursos ... que derivaron en 145 palos, con una mala última tirada, para empatar en el liderato del torneo con Fran Rucandio. El defensor del título, Víctor González, no le fue a la zaga y se plantó en los 144 bolos después de un gran tramo final de tirada.
El de ayer era el día en el que todo lo vivido atrás perdía importancia. Ligas, Copas, circuitos y torneos varios cedían su lugar al evento supremo de la temporada. Y es que, aunque a efectos prácticos sean dos títulos parecidos, el aura del Nacional ensombrece hasta al título regional. Fue precisamente lo ocurrido hace un mes en Oruña lo único que hacía dudar a los aficionados del favoritismo de Víctor, que, eso sí, se había encargado de dominar con holgura el mes de agosto para llegar a la cita como rival a batir. Quedarse con el trofeo en propiedad al ganarlo por tercer año consecutivo era un acicate más para un bolista que este curso ya había levantado los torneos de parejas.
Enfrente, el pelotón habitual. Los Óscar, Salmón, Carlos o Pedro Gutiérrez se han turnado los últimos años para hacer frente al de Guarnizo, con el mérito de que entre El Junco y Pedro le han robado varios campeonatos en los últimos años, el último de ellos este mismo año. Con todo, a cinco vueltas, el de Liérganes parecía el único hombre capaz de soportar el ritmo del favorito.
Los primeros bolistas en saltar a la arena tenían un triple objetivo: el primero, y fundamental, pasar el primero corte, para lo que los 127 palos que había derribado Alberto Díaz el martes eran buena referencia. El segundo era colocarse en buena posición para avanzar a octavos y, el tercero, si se daba bien la tirada, hacer una bola que les acercase a puestos de cabeza, que les hiciese vislumbrar el podio y, con él, la posibilidad de participar en el Torneo del Santander 2024. Que no es cosa baladí.
El paso de los minutos tranquilizó los ánimos del de Quijas, que rápidamente vio que tenía plaza fija en octavos y, además, no en las últimas posiciones. Y es que antes del parón ningún bolista había superado su registro. Lo tuvo cerca David Gandarillas, que tiró con su hermano Carlos, y que se quedó en 125 con una bola queda, cuatro más que los derribados por el de Los Remedios, que no pasó de 121 con un emboque. Lastrado por problemas lumbares derivados de la longitud del curso, Pedro Gutiérrez, campeón regional, sólo pudo brillar en un póquer de bolas de tiro consecutivas de cuatro y no superó los 123 después de pecar de irregularidad en la bajada. La primera mitad de la sesión se cerró con otros 121, los de un Iván Gómez que dependía para pasar de que alguno de los ocho jugadores restantes no llegase a su número.
Turno para los favoritos
La segunda parte de la tarde era harina de otro costal. Era el turno de los gallos, de los que, a priori, se iban a jugar la Copa del Rey. Abrió fuego Óscar González, que se estrenó con una jugada polémica. La primera bola del Junco derribó cuatro palos y se deslizó paso a paso hacia la raya alta, de la que, según el colegiado, se quedó a escasos milímetros. Bola queda. No hizo mella el contratiempo en el de Liérganes, que salvó la tirada con dos birles de cinco, arriesgó de tiro corto, bajó como en él es habitual y llegó a falta de una mano con 133 en el esportón. Lo tenía todo a favor para dar un golpe en la mesa, pero dos blancas de subida y un pitonazo de bajada lastraron un final que no tapó el gran concurso del de Andros. Total, 145 palos.
No lo hizo David Penagos, lo que dejaba el corte final en 121, y si Ico Núñez, que será el único representante 'foráneo' en los octavos de final de hoy. La traca final la inició Manuel Domínguez con un lanzamiento que se quedó sobre la raya alta. El de Meruelo es uno de los mejores bolistas del curso gracias a su regularidad y completó ocho manos que le auparon al pelotón de cabeza con 135 bolos. Cuatro palos más derribó Jesús Salmón. El camargués siempre está, siempre se le espera y cimentó en el birle ocho manos en las que, sobre todo, se dejó madera en las subidas al pulgar.
La primera tarea de Víctor y Carlos, que cerraban la primera vuelta, era acabar la raya alta sin perder bolas. El zurdo lo logró, aunque sólo acumuló 62 palos a medio concurso tras abrir con 24 en las dos primeras. Un escueto más dos que le obligada a acelerar el ritmo en el segundo tramo para no descolgarse de la cabeza. Sin alardes, sabedor de que de su mayor potencial está en el tiro largo, el de Peñacastillo aterrizó en el ecuador con 72 bolos. Con el registro de Óscar flotando en el ambiente, llegadas las manos al pulgar ambos bolistas se agarraban a mantenerse en torneo. Un esfuerzo extra que culminó con 139 palos para el de Andros y con 144 para un Víctor que cerró la maratoniana jornada con una mano de 24 bolos.
Esta tarde la acción volverá a arrancar a las 15.00 horas con los octavos de final, una ronda en la que comparecerán los dieciséis primeros de la tabla en orden inverso a la clasificación y que cerrarán los protagonistas de la fase final.
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