Peñacastillo cae en Noja y podría perder el liderato

El primer tramo de partido tuvo de todo. Emboques, bolas quedas (muchas), una bolera peligrosa, cierres hechos que se perdían en el limbo y la sensación de que la definición del partido estaba en manos de los locales. Y es que Peñacastillo, ya fuera por nervios, por falta de adaptación a la bolera o, simplemente, porque no era su día, no acertó a despegar su juego habitual e, incluso, hizo su mejor tirada tras perder tres bolas en la caldera, lo que le valió de segundas para hacerse con el chico.

Lo hizo, eso sí, porque Borbolla perdonó. Lo había hecho en el primer chico, cuando con 33 palos derribados y cuatro birles por delante se quedó en 38, aunque al final terminó por llevarse el parcial. Los costeros se llevaron el segundo, como la apertura disputado de tiro largo, y con todo a favor para ponerse 3-0 desperdiciaron las dos tiradas. De primeras, tras no cerrar su rival de dieciséis metros, no pasaron de 30 palos, mientras que de segundas y después de abrir David Cecín con quince la tirada se perdió en la nada.

Claro que, si algo ha caracterizado a Borbolla este curso ha sido los latigazos de calidad. Equipo imprevisible y capaz de lo peor y de lo mejor en apenas unos minutos, de nuevo de tiro largo y al pulgar en el cuarto se quedaron en 38 tras llevar 34 cuando restaban tres bolas por lanzar y, como quiera que los visitantes tampoco se salieron, se descolgaron en la segunda mano con 23 palos de tiro para un total de 53 y una obligación para Peñacastillo de 60. Sin la defensa del emboque (había raya de butrón), los locales se aseguraban un punto.

Al líder le tocaba de nuevo realizar un ejercicio de supervivencia, algo que esta temporada le había salido en varias ocasiones de manera positiva. Sin acertar tampoco a bolos, un lanzamiento de Rubén Haya que pegó en la cabeza del bolo salió disparada hacia el emboque para, al menos, imponer una obligación a los de casa. Las dos bolas de David Cecín rozaron sin éxito el cachi, el resto ni siquiera se acercó y el partido que llegaba al último chico con un punto por repartir.

Borbolla se fue a la distancia máxima, veinte metros, a lo que Peñacastillo opuso una raya al medio a la mano que subía para poder colocar el emboque de veinte. Un riesgo ante una peña como la local y una defensa en caso de bolada rival. Inspirados de nuevo de tiro, los costeros sacaron su mejor versión para mandar a ganar a 51, y eso que no redondearon el gran birle que habían dejado. Los bolistas capitalinos buscaron el acierto supremo desde la primera bola. Algún lanzamiento toco el primero, el segundo de José Manuel González se escapó al caballo y, la última bola de Haya, lo rozó por el lado bueno…sin acierto. El partido se quedaba en Noja y el liderato queda en manos de lo que ocurra en el Camargo-Casa Sampedro.