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Cuando alguien se imagina a un jugador o jugadora veterana, de cualquier deporte, la fotografía refleja a alguien, al menos, entrado en años. Curtida en mil batallas, harta de victorias y derrotas y, con perdón de la expresión, con 'el culo pelado' de batirse ... el cobre. Ayer una corraliega, zurda para más señas, tiró por tierra cualquier tópico al demostrar que, con apenas 22 años, las tablas están en la cabeza y no en las horas y kilómetros echados. Marta Castillo ganó el Campeonato Regional femenino, el segundo de su carrera, al imponerse, con récord incluido, en la final a Noemí Pelayo después de bordarlo durante toda la jornada en un evento disputado en la bolera Mateo Grijuela de Peñacastillo. Lo hizo ante una rival, la de Renedo de Piélagos, que dejó claro que ya es una bolista a tener en cuenta en todos los grandes torneos.
Las apuestas, que en bolos desaparecieron hace años y que para acertar con los pronósticos de un torneo femenino lo iban a tener difícil, contaban esta vez un valor seguro: se iban a derribar muchos bolos. La calidad de las participantes y dos corros en perfectas condiciones para el campeonato auguraban que había que atrapar mucha madera para ganar el trofeo.
El récord del campeonato, logrado por Iris Cagigas en 2020, peligraba después de una primera fase que acabó con Marta Castillo al mando. La corraliega abrió su mañana con 159 palos en Cueto, una cifra que le disparaba hacia el liderato de la clasificación, sobre todo después de refrendar que está de dulce con otros 136 en Cañas. En total 295 palos, cinco más que Noemí Pelayo y quince más que Cagigas, que embocó en su concurso en la Mateo Grijuela. Con el corte de cuartos en 263, la criba matutina dejó igualadas a Blanca Gandarillas y a Naomi Solórzano, obligadas a desempatar para abrir los cuartos de final.
Fue la de Polanco la que se llevó el gato al agua y estrenó una ronda en la que cayó a la lona la campeona. Iris no estuvo fina, sobre todo de tiro, donde no encontró el primero, y además perdió una bola en la caldera, lo que dejó su registro en 119 palos. Las primeras tiradas vespertinas mantuvieron como líder a Castillo, que con una mano de 24 encarriló un comienzo discreto, y que mandaba con quince bolos de ventaja sobre Noemí Pelayo, 21 sobre Andrea Gómez y 24 sobre Laura Abascal, que pese a una mano de once realizó un gran concurso.
Las dos bolistas de Peñacastillo venían de menos a más, jugaban en casa y acumulaban más experiencia, sobre todo Laura, en momentos decisivos. La de La Cavada, que en su peor mano derribó dieciséis palos, se plantó en los 154, con lo que obligaba a sus antecesoras en la tabla a no fallar para llegar a la final. Como dos veteranas, Pelayo y Castillo dieron una exhibición de temple, de juego y de calidad para superar la obligación, que era de 146 en caso de la primera, y empezar a medirse en la lucha por el título regional.
A las ocho últimas manos llegó la corraliega con diez palos de ventaja y con el récord del campeonato a tiro de 129 bolos. A medio concurso, como si fueran un espejo, ambas calcaron los 60 palos con una bola menos, las dos de caldera. El paso de las bolas decantó la balanza poco a poco hacia la zurda, que con el trofeo en el bolsillo quería llevar a su terreno también el récord. Tras la séptima mano, Castillo tenía la marca a tiro de trece bolos, un registro que logró con su segundo birle. La tercera derribó otros tres. Total, 722 y una exhibición a la altura de una gran jugadora.
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