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La historia del deporte la escriben los héroes. Personajes anónimos o conocidos que, de vez en cuando, tienen su momento de gloria. Ayer le tocó a Rubén Rodríguez, que de veinte metros y en el desempate ejecutó la remontada que le dio a Camargo ... el título de la Copa Federación. El de Villanueva de la Peña demostró que el que tuvo retuvo y, además, que 2023 es el año de Camargo.
Con los antecedentes favorables a los campeones de Liga, que habían ganado los cuatro partidos disputados entre ambos este curso, arrancó un encuentro en el que los de Maliaño tuvieron una baja clave, la de Gabi Cagigas, aquejado de una bursitis en su codo derecho. Clave en el buen devenir de la partida este curso, su ausencia suponía un contratiempo importante. Con todo, su sustituto era un jugador de garantías como Rubén Rodríguez, que con el paso de las bolas se convirtió en el mejor de los suyos para ser decisivo en el desenlace del choque.
De entrada, las dos partidas variaron sus tácticas recientes. Andros, la primera en ir al tiro, se colocó en los diecinueve metros, mientras que Camargo subió la raya hasta el límite máximo y aposentó el cachi en la estaca de la mano. El tiro largo fue una losa demasiado pesada para los de Maliaño, que no pudieron competir con dos tiradas rivales en las que contaron con una mala subida y un buen birle en la primera e invirtieron los papeles en la segunda.
La Santiago Galas volvió a presentar una gran entrada, con más de sus tres cuartas partes cubiertas y con ese ambiente de ovaciones y rumores de las grandes tardes. Los dieciséis metros en los que han cimentado los de Gerardo Castanedo el título liguero no sirvieron esta vez para empatar el duelo. Necesitaban bolada, por eso Salmón se fue a birlar afuera cuando tenían el cierre a dos por bola, y los 42 planteados en el envite fueron insuficientes para contrarrestar una tirada de Andros que remataron con sendos panojazos finales de Lolo Lavid y Gonzalo Egusquiza.
Camargo necesitaba un golpe de efecto, mantener el cachi en la estaca era como combatir tanques con cuchillos. Salmón cruzó la raya por la fila del medio y la subió lo justo en la zona de la mano para poner el emboque sobre la diagonal de valor veinte. Andros cumplió y superó los 40, pero los visitantes, con Rubén Rodríguez de ejecutor, mostraron su mejor versión, la de la mano. La última bola del tiro del Junco, que cayó de lleno sobre el primero, fue decisiva para la resolución de un cuarto chico en el que, desde catorce metros, los visitantes habían llegado a los 45 palos. La bajada quedó en posición franca, entre Óscar y Lolo birlaron quince bolos 'por debajo de la pata' y el encuentro se quedaba a tiro de un chico para Andros.
Cerrar un partido, eso sí, siempre es lo más complicado. A la mano Camargo fue Camargo y cerró sin apuros para recortar distancias. Por delante quedaba el sexto, plata o plomo, gloria o desempate para Andros. La situación se les puso cuesta arriba cuando, de nuevo de tiro corto, los de Maliaño derribaron 48 palos. Esta vez no valía cumplir con la subida y arreglarlo en el birle, el chico pedía doce por barba sólo para empatar... Que fueron justo los que hicieron. De segundas otro recado y el encuentro que se iba al desempate.
Andros se colocó en los veinte metros pensando en lo que había perdido. Camargo, en lo que tenía por ganar. Los de Las Fraguas no cerraron y, cuando la tirada de los camargueses no llevaba buen marchamo la segunda bola de Rubén Rodríguez estacó, derribó el emboque y llevó el éxtasis a la partida de Maliaño. El trabajo estaba hecho, pero por si acaso Salmón embocó de nuevo para redondear una temporada que nunca olvidarán en El Parque.
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