Una tarde de bolos para recordar a un amigo

Presidente de la peña desde 1982, cuatro años después de su fundación, Oliva fue presidente, gestor y, por encima de todo, amigo de sus jugadores. Un hombre de bolos irrepetible, que aseguraba el presupuesto de la entidad con un año de antelación y que supo aprovechar sus buenas relaciones profesionales para atraer gente a su bolera. Un carisma único y un amante de lo que representaba Casa Sampedro para Torres.

El momento más emocionante llegó antes de la final, cuando la junta directiva de Casa Sampedro leyó un manifiesto a modo de homenaje al que fue su presidente, un mensaje que escucharon emocionadas sobre el corro la viuda -Luci- y la hija -Cristina- de Manolo Oliva, junto a los jugadores participantes en el evento. En la bolera estuvieron también presidentes de otras peñas de Apebol o exjugadores históricos como Agustín Fernández o Tete Rodríguez, cuyos hijos militaron en las filas de los de Torres.

Tras las tiradas clasificatorias del memorial, a seis manos, los mejores fueron Rubén Rodríguez, Pedro Gutiérrez y Jairo Arozamena, que se midieron en una final a estilo concurso en la que el ganador final fue el jugador de Camargo Pedro Gutiérrez, con 124 palos.