Víctor González e Iris Cagigas gobiernan en el PRC

La cita ponía frente a frente a los ocho mejores del circuito de puntos en categoría masculina y a las dos mejores tras los cuartos del miércoles en categoría femenina. Sin semifinales, con los González como favoritos, Víctor y Óscar, y con varios bolistas atentos a dar la sorpresa, los primeros en saltar al corro fueron Federico Díaz y Lolo Lavid. Fue el de Los Remedios el primero en imponer un corte elevado, 130 bolos, que ya suponían una cifra respetable para sus rivales.

Tras arrancar con 24 palos, la progresión de Pedro Gutiérrez se frenó en seco a la par que lo hizo su última bola a raya alta, lo que dejó su registro en 117, insuficientes para asustar a los favoritos. Y es que por delante quedaban jugadores como Óscar González, que empezó como un ciclón, se plantó en 73 a raya alta y, pese a fallar al pulgar de tiro largo, superó con 134 la cifra de Fede. Quedaban Víctor y Carlos, campeón y subcampeón de España respectivamente, que cogieron caminos contrapuestos en sus ocho manos que permitieron al defensor del torneo, no sin apuros, citarse con El Junco en la final y al zurdo quedarse a las puertas de pelear por el torneo.

Las dos finales comenzaban de cero. En la femenina Iris inició el asalto al título con 23 bolos, lo que ya le dio una ventaja que, a medio concurso, era de doce bolos al acumular 78 palos frente a los 66 de Laura Abascal. El ritmo de la de Atlético Deva no se detuvo de tiro largo y, al final, se impuso en uno de los últimos torneos individuales de la categoría al derribar 150 bolos.

Para rematar la doble sesión bolística del regionalismo se veían las caras Víctor y Óscar, quizá el duelo más esperado de cada evento. Fue el de Andros el que tomó la delantera en la segunda mano y el que, gracias a tocar mucho el primero de tiro, derribó 80 palos a medio concurso para mandar con siete de ventaja. Al tramo final, a ese pulgar en el que el de Peñacastillo sentencia buena parte de sus voladas, el Junco llegó con cinco de margen. Apretó Víctor, que se quedó a dos antes de una última mano de infarto. La octava fue la peor tirada de Óscar, que con todo derribó 148 bolos y mandaba a ganar dieciséis. Víctor resolvió con una bola de cinco al castro antes de, con un panojazo, sentenciar un nuevo título este curso. Una gran final que no se resolvió hasta la última bola.