Víctor González mantiene su racha de triunfos en Molledo

La del Corrobolos de Molledo es una bolera que no regala nada, y eso se notó desde los primeros instantes del concurso. El pueblo estaba en fiestas, los bolos son parte fundamental de la programación y la bolera se llenó para ver las evoluciones de una pléyade de bolistas que buscaban un pase a la final que sólo iban a conseguir los dos mejores registros.

Alberto Díaz se aseguró el éxito al derribar 131 bolos, un registro que le garantizaba pelear por el torneo. Por el camino se quedaron jugadores como David Cecín o Gabi Cagigas, más acertados este curso a nivel colectivo con sus peñas que a nivel individual. El de La Cavada y el de Ambrosero cerraron una clasificación en el que el que más cerca estuvo de pelear por el trofeo junto a los finalistas fue Iván Gómez. El de J. Cuesta, con 122, fue el mejor de los cuartofinalistas sin derecho a final tras un concurso en el que le faltó rematar tanto de tiro como de birle para colarse entre los mejores.

Era una tarde de duelo, entre el blanqueo mañanero y la verbena nocturna, una cita en la que el rival a batir era Víctor González. El de Peñacastillo ha ganado casi todo lo posible este año, en el circuito domina con rotundidad y aterrizaba en el Valle de Iguña a refrendar una vez más su dominio en 2024. Sin semifinales, una fórmula que conlleva la reducción de la duración del torneo y la concentración de la acción en menos concursos, el favorito aguantó el buen registro de Alberto para citarse con él en una final que arrancaba con la emoción de la igualdad.

Jugar un final ante Víctor es una tarde de titanes, una oportunidad a la par que un problema, sobre todo sí, como Alberto Díaz, tiras de postre. El de Guarnizo no alcanzó un gran registro, sólo 123 palos, pero en una bolera de dificultad elevada fue suficiente para triunfar y apuntarse un torneo más esta temporada. El circuito lleva su nombre, los grandes campeonatos llevan su nombre y, el fin de curso, empieza a escribir su nombre.