Víctor González repite en el Memorial Zurdo de Bielva

El torneo rendía homenaje a una figura legendaria de los anales bolísticos, uno de los pioneros, de los que dejaba el dalle para coger las bolas y, boina en ristre, tomaba el mando del corro a base de pulso. El Zurdo de Bielva es una leyenda que debería estudiarse en los colegios, como los Mallavia, como Gándara, como los Colosos, como el Tete y como tantos otros jugadores que hicieron grande el juego de los bolos. Al menos en Herrerías se acuerdan cada año del mito con una competición que, además de contar con importantes premios, congrega cada año a los mejores bolistas del circuito de puntos.

Unos cuartos de final a estilo concurso iban a dar paso a una final a tres en la que, como favoritos, aparecían los de siempre: Víctor González, Óscar González y, en este caso, un Manuel Domínguez que cada torneo que juega da un paso más hacia los grandes. El Junco tomó pronto la delantera, y eso que Mario Pellón e Iván Gómez habían abierto la tarde con 134 y 131 respectivamente, el de Torrelavega con un emboque. Con Penagos ya fuera de la final con 127, el de Liérganes se fue hasta los 140, una cifra que le ponía con pie y medio entre los tres mejores.

Más bajos de forma en las últimas semanas, ni Jesús Salmón ni Carlos García lograron colarse entre los mejores, mientras que Manuel Domínguez, esta vez, se tuvo que conformar con ver la resolución desde una grada repleta de aficionados durante toda la tarde. Tras derribar 143 bolos, Víctor avanzó como el mejor a las últimas ocho manos, que arrancaban de cero y congregaban a los dos grandes gallos del circuito bolísticos y a uno de los llamados a tomar su relevo en un futuro cercano.

Fue una final que el Campeón de España dominó desde la primera mano, cuando la caldera hizo mella en sus oponentes, que arrancaron con diez y siete palos cada uno. A partir de ahí la resolución del torneo quedó condicionada por la ventaja acumulada por Víctor, que pese a tener el trofeo ya en el bolsillo quiso agradar a los aficionados y finalizó el concurso con 144 palos. Óscar, brillante de tiro largo, fue segundo con 123 y Pellón tercero con 99 bolos.

Buena tarde de bolos y gran ambiente en una de las catedrales de los bolos en Cantabria. Y, como es ya tradición, al acabar todos a la verbena.