Los bolos no son deporte olímpico, al menos de momento, que todo se andará. Pero, en un año en el que los Juegos de París ... han acaparado buena parte de la atención mediática, el deporte regional también se merece su propio medallero individual. Por eso José Ángel Hoyos, el hombre de la estadística, ha elaborado un ránking de la madera en base a medallas de oro, plata y bronce en el que Víctor González y Marta Castillo también imponen la superioridad demostrada durante 2024, lo que les coloca en el primer lugar del podio y, por consiguiente, hace sonar los himnos de El Astillero y Los Corrales de Buelna.
Con trayectorias paralelas durante el curso, ambos han sido, sin duda, los reyes absolutos de la olimpiada bolística, puesto que a sus conquistas individuales han sumado, además, varios títulos colectivos, una trayectoria que Víctor verá reconocida justamente con un Premio Bolístico en la Gala del Deporte de Cantabria en el que Castillo no ha tenido cabida. Más allá de eso, la diferencia entre ambos estriba en el número de competiciones ganadas (teniendo en cuenta también que en categoría masculina hay bastante más) ya que el de Peñacastillo ha sido 28 veces primer clasificado, siete segundo y tres tercero, con lo que ha obtenido 38 medallas individuales.
Campeón regional y de España, de parejas en ambos torneos y de quince de los 23 concursos del circuito, el de Guarnizo no ha dado opciones a sus rivales más allá de los concursos 'millonarios', que en 2024 han sido para Óscar González (Banco Santander) y Carlos García (El Millón). El zurdo ha sido, junto a Jesús Salmón, el único capaz de ganar dos torneos puntuables, aunque sus once medallas le dejan en cuarto lugar de la clasificación, por detrás del Junco, con 29, y del camargués, con 24.
En total han sido 30 jugadores los que han logrado puntuar, dieciséis de ellos con un oro. En torneos del circuito tocaron pelo Óscar, Vicente Diego, Alfonso Díaz y Jonathan García, un impulso que unido a su otro triunfo este curso coloca a Diego como uno de los destacados con dos triunfos, los mismo que Luis Vallines y Lolo Lavid, logrados ambos en torneos no puntuables. Entre el resto del elenco de medallistas aparecen veteranos como Pedro Gutiérrez o Nacho Migoya y jóvenes realidades como Néstor Viar y Marcos Sobejano.
Más allá de los datos, el medallero deja claro que, por mucho que pasen los años, las viejas glorias nunca pasan de moda y que Óscar y Salmón todavía tienen algo de cuerda para dar guerra en el largo calendario bolístico. Y, con ellos, Carlos García, que tuvo en su mano romper su maldición en las finales en una 'champa' final del Nacional en la que la llegada por detrás del ogro fue demasiado. Con todo, pasará las Navidades con la satisfacción de haber triunfado en una de las mejores finales de El Millón de los últimos años.
En la categoría femenina son menos, once, las jugadoras que han logrado alguna medalla. La que más veces ha ocupado el podio ha sido Marta Castillo, que en diecinueve ocasiones se ha colado entre las tres mejores, cinco veces más que Iris Cagigas. La de Cubas ha sido la gran rival de la corraliega, hasta el punto de que ha ganado una cita más del circuito (cinco), que la gran dominadora del curso. Sin embargo, ha sido su gran juego en los grandes campeonatos y su regularidad lo que le ha aupado en un medallero en el que la tercera plaza ha sido para Andrea Gómez, que con los mismos oros que Laura Abascal y las mismas medallas en el total se impone al sumar dos platas más.
Copado el circuito por estas cuatro bolistas, han logrado alguna victoria, además, en 2024, Judit Bueno y Naomi Solórzano (campeonas de parejas), y Rebeca Bustara, mientras que han alcanzado lugar de podio también Noemí Pelayo, Cristina Cabielles, Laura Sainz y Lucía Terán, que ha irrumpido con fuerza en la élite y ha logrado ser tercera en tres competiciones.
Si en la Primera masculina, con la excepción de Víctor, son los veteranos los que copan la tabla, entre las féminas la alternancia es mayor entre las novatas y las que más años llevan en el circuito. Un escalafón renovado, en el que Laura Abascal ejerce de guardia pretoriana y en el que la media de edad de sus tres compañeras en el podio es de 25 años.
Más preocupante está la categoría a nivel cuantitativo. Hay pocas jugadoras y menos todavía con capacidad para competir a alto nivel para acabar entre las tres primeras. Hasta que la base tome vuelo el medallero estará copado por nombres que se repiten año a año y que, de momento, tienen visos de perdurar los próximos cursos.
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