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El cierre de la temporada del salmón en Cantabria deja tras de sí cierta desazón en los aficionados a la pesca. Los escuálidos números con los que se ha saldado esta campaña no son motivo de alegría para un sector que ya se vio ... en apuros al abrirse la veda a la pesca con la crisis del coronavirus en lo tocante a obtener los permisos de los cotos. La campaña se cierra con 53 piezas, más otras tres en el tramo del Deva compartido con Asturias y que no contabiliza para el cupo. Una cifra un tanto pírrica si se compara con los 67 capturados el año pasado y se tiene en cuenta que, en total, la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente había establecido un cupo máximo de 100 salmones para los 29 cotos habilitados este año. Nueve en el río Asón, ocho en el Pas, ocho en el Deva y cuatro en el Nansa.
Que los ríos arrojen poco más de la mitad de lo esperado es producto de lo que le cuesta crecer al salmón en los arroyos cántabros. Y es que la pesca deportiva de salmón se ha visto reducida en los últimos años para intentar favorecer su recuperación en Cantabria. Casi ha sido una imposición motivada por las pretéritas temporadas de sobrepesca que hubo el siglo pasado y que recientemente se han intentado compensar con sueltas millonarias de alevines.
El Asón ha sido la cuenca más productiva. Con un cupo de 30 piezas los pescadores han logrado extraer de sus aguas 22 salmones, el último el 26 de junio, justo cuatro días antes del cierre de la temporada. Aunque el río dio además el 'campanu' el pasado 10 de mayo. Entonces, el pescador Bernabé Ortiz Ortiz, vecino de Gibaja (Ramales de la Victoria), aperos en mano, capturó el primer salmón de la temporada, el 'Campanu', en el pozo La Hoyuela con un peso de 3,570 kilos y 72,5 centímetros.
El río Pas ocupa el segundo lugar del ránking con 20 piezas de las 30 posibles que ofrecía el cupo. Y además en sus aguas se capturó el mejor ejemplar de toda la campaña. Un salmón con un peso de 6,100 kilos y 83 centímetros pescado con cebo de quisquilla en el coto libre de Renedo y el Pozo Nuevo.
Por contra, en el Deva y el Nansa los pescadores no tuvieron mucha suerte. El Deva cuenta con ocho cotos y un cupo de 20 piezas, pero únicamente se han logrado capturar cinco. Con mucho intento y poca pesca el bajo nivel de capturas empieza a alarmar. La situación mejora milimétricamente en el río Nansa, que le lleva la delantera con un salmón más. Seis es el saldo de piezas que han dado su aguas, aunque en este caso es casi tradicional que la cuota de salmones no sea muy cuantiosa dado que el río únicamente cuenta con cuatro cotos de pesca.
El coronavirus, que ha trastocado todos los aspectos de la sociedad, también ha dejado secuelas en la temporada de pesca. El 25 de mayo Cantabria entró en la fase dos del desconfinamiento y la pesca en los ríos de la región volvió a estar permitida, pero no todos los pescadores que tenían coto de salmón pudieron hacer uso de él al no haberlo abonado y no existir un sistema telemático para hacerlo, lo que generó malestar en el sector pesquero. Finalmente, la Consejería subsanó la situación habilitando una vía telemática, que empezó a funcionar el 1 de junio, para distribuir los permisos sobrantes de pesca para que los pescadores de salmón que tenían adjudicados sus cotos desde el pasado mes de octubre, y que no habían efectuado el abono de los mismos, pudieran al fin obtener el permiso y por ende acudir a pescar dentro del marco de la legalidad.
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