El millar de jabalíes, ya a la vista

Tres de las cuadrillas se bajaron del monte con la mejor de las sonrisas al atinar con sus respectivos plenos. En Cieza Norte y Rodil La Bacera, ambos lotes en la comarca de Iguña, las cuadrillas 23 y 163, que lideran Román Varela y Manuel Udías, respectivamente, atinaron con los tres gorrinos que contempla el cupo. El pleno más lustroso se produjo en el monte de Casal Norte, en la comarca de Rionansa. Los componentes de la cuadrilla 88 que lidera Eduardo Alonso abatieron a la media docena de cerdos salvajes que allí está permitido cazar. Cerca del pleno se quedaron los cazadores de la 115 que manda Juan Manuel Díaz. En el lote cabuérnigo de Mozagro, abatieron cuatro de los cinco jabalíes que permite el cupo.

Por muy poco la cifra en Casal Norte no fue la más alta de todo el fin de semana. Tan solo por un gorrino ese privilegio correspondió a un monte de la comarca estrella de la Reserva, Liébana. En el lote de Bicobres Norte, los integrantes de la cuadrilla 159 que capitanea Óscar Gutiérrez cazaron siete cochinos.

Otros montes lebaniegos se quedaron cerca de esa cantidad. En Arabedes y Cuesta Bernizo, las cuadrillas 61 -Óscar González- y 35 -Jaime Parra- atinaron con media docena de jabalíes. Y con cinco se bajaron del monte de Vallejas de San Pablo los componentes de la 55 que lidera Domingo Bueno.

A partir de ahí se registraron cifras más modestas en los montes de la Reserva. En el lote de Caviña, en Rionansa, los cazadores de la 112 que comanda Rodrigo Pérez abatieron a tres de los seis animales permitidos. Y con un '3 de 5' se bajaron del lote campurriano de Palombera Oeste los componentes de la 60 que capitanea Manuel Antonio de Celis, lo mismo que los de la 125 -José Manuel González- en Fontecha. Además de las siete batidas aplazadas, en varios montes hubo poca o ninguna suerte para lastrar esa cifra provisional de 53 suidos. Así, Sobrebodia y La Hoyona, en Liébana, dieron tan solo un jabalí a los cazadores. Y peor aún fue en Milebaños, también en Liébana y Negreo, en Rionansa, donde los cazadores se fueron de vacío.