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Las perspectivas, allá por el fin de semana del 9 y 10 del pasado mes de septiembre, no eran malas. Los cazadores estrenaban la temporada 2017-2018 con 31 jabalíes en los montes de la Reserva del Saja. Pero de esas primeras 'pateadas' por el ... monte las cuadrillas bajaron con muy buenas sensaciones. Había muchos animales en los lotes. Eso, unido l aumento de cupos que se había establecido para todas las comarcas, auguraba una gran temporada de caza. Y la cifra final con la que la Reserva del Saja ha concluido el curso no ha hecho sino confirmar aquellas buenas sensaciones de septiembre. Los 1.533 jabalíes abatidos son la segunda mejor cifra de siempre. Sólo superada, y por muy poco, por los 1.536 que se consiguieron en la campaña 2015-2016. Y entre medias, los 1.395 gorrinos del curso 2016-2017 que bajan a la cuarta plaza en la lista de los mejores registros. Desde el año 2015, la Reserva vive un momento dulce para la caza.
Las buenas noticias para los cazadores en la Reserva arrancaban meses antes de empezar a andar por los montes. En marzo, el Ejecutivo regional daba a conocer el aumento de los cupos debido al incremento en la población de suidos. Así, en Campoo se pasaba de tres jabalíes por batida a cuatro; en el Besaya, de dos a tres; en Cabuérniga, de tres a cinco; en el Nansa, donde la temporada anterior el cupo oscilaba entre tres y cinco ejemplares dependiendo de los montes, se pasaba a seis en todos los lotes. Y en Liébana, la zona estrella de la Reserva, aumentaba a 12 en todos los montes, cuando la anterior temporada oscilaba entre ocho y 12 animales.
El aumento de los cupos se ha traducido en un incremento de las capturas en casi todas las comarcas de la Reserva. De las cinco que componen el mapa, tan solo en Campoo las cifras han disminuido respecto al curso anterior. Así, de los 97 cerdos salvajes que se cazaron en la temporada 2016-2017 se ha pasado a los 82 en esta. En las otras cuatro comarcas, las cifras sí han aumentado. En Iguña, de 72 a 108 -un 50% de incremento-. Otro incremento algo superior al 50% se ha dado en Cabuérniga, donde se ha pasado de los 139 gorrinos abatidos en la 2016-2017 a los 212 de esta campaña. En la comarca del Nansa, el aumento ha sido más modesto. A los 173 cochinos que se cazaron en sus montes hace dos campañas se han añadido sólo 15 más para llegar a los 188 en esta última.
La comarca de Liébana ha vuelto ser el gran motor de la Reserva del Saja. Sus cifras dejan muy pequeñas a las de las otras zonas cinegéticas. Sus 943 jabalíes son los que han sustentado ese segundo mejor registro de siempre, ya que suponen el 61,5% del total de capturas en esta campaña. Aunque el incremento del total de jabalíes abatidos en la comarca no es exagerado respecto a la temporada anterior. Los 943 jabalíes cazados en esta campaña no son muchos más que los 914 marranos que se abatieron en la temporada 2016-2017, a pesar del aumento del cupo a una docena de gorrinos.
Aún así, hay montes lebaniegos que han dado más animales que comarcas enteras a lo largo del curso. Es el caso de Panda-Carrielda, el lote estrella de toda la Reserva del Saja en esta temporada 2017-2018. Las diferentes cuadrillas se han bajado de ese monte con 107 jabalíes, más que los 82 de toda la comarca campurriana y a uno solo (108) de los que se han matado en la de Iguña. La medalla de plata de la Reserva se la lleva otro monte lebaniego, Arabedes, con 87 marranos abatidos. Bicobres Norte cierra el podio de esta temporada, con sus 79 gorrinos.
En el resto de comarcas, los montes más destacados tienen números acordes a las cifras globales de esa zona. En Rionansa, de sus 188 jabalíes abatidos 30 lo fueron en el lote de Hayedo-Tejeo. En Cabuérniga, La Mahílla reportó 23 animales del total de 212, mientras que Vaocerezo, con 21 cochinos, fue el lote más destacado en la comarca de Valdeiguña. En Campoo, la zona con cifras más modestas de toda la Reserva, Izara Suano fue el lote con mayor número de capturas, con 14.
Ese segundo puesto en la clasificación histórica de la Reserva hace que la temporada no pueda calificarse sino como «muy buena», señala Ignacio Valle, presidente de la Federación Cántabra de Caza. Los 1.533 jabalíes podían haber sido incluso más, «si no se llega a perder una buena cantidad de batidas a causa de la nieve, en Campoo y Liébana sobre todo. La cifra podía haber estado en torno a 50 o 60 animales más». Por otro lado, en un par de montes cabuérnigos (Serradores y La Dehesa) «no se cazó por los incendios del año anterior y esos lugares han servido de santuario para los jabalíes». Al buen comportamiento de los montes lebaniegos para la cifra final de la campaña, Valle añade las buenas prestaciones de los lotes de Valdeiguña, «en los que se ha alcanzado el cupo en casi todas las batidas de la temporada».
Si las cifras de captura de jabalíes han sido espectaculares en los montes de la Reserva, más aún lo han sido en los distintos cotos que hay en la región. «Se habrán cazado entre 2.000 y 3.000 animales», señala el presidente de la Federación Cántabra de Caza. Tanto en los cotos de interior como en los de costa. Es precisamente en municipios pegados al mar donde la población de suidos ha experimentado un incremento más que notable –«en la costa hay demasiados jabalíes»– y donde las cifras en esos cotos costeros han sido más que notables. «En algunos de esos municipios hay explotaciones ganaderas grandes. El jabalí se adapta muy bien a vivir entre los humanos y muchas veces se mete en las llamadas zonas de seguridad».
Aunque en opinión del presidente de los cazadores cántabros, el aumento del cupo en las comarcas para esta pasada temporada no ha sido tan determinante. «Al final, los cupos siempre los pone el monte», estima Ignacio Valle. A la vez, la población de jabalíes en la región está «muy limitada» y la Reserva se ha movido «más o menos en las mismas cifras» en los últimos años. La población de gorrinos se mantiene «estable» gracias también a que las cuadrillas son «muy efectivas. Son muy buenas tirando, cazando, la organización de las batidas es muy buena... Si hubiese cupo libre, la población de jabalíes estaría bajo mínimos. Sería casi la única comunidad autónoma en la que ocurriese».
A pesar de que en los montes ha quedado mucho jabalí, Valle entiende los recortes de cupo que se han aplicado para algunas zonas de cara a la próxima campaña. «En Campoo, que se pasará de cuatro a tres, este año apenas se han hecho cupos. Es una comarca con poca población de jabalí. Mientras, a Cabuérniga -se pasa de cinco a tres animales- se le ha dado mucha 'caña' esta temporada. Y lo mismo ocurre en las zonas bajas del Nansa. Hay que dejar recuperar esas zonas un año». La esperanza es que este invierno sin fin en Cantabria está llenando de agua los montes para todo el año. «El agua es vida. Y con ella se recuperan fuentes, bosques... Con esto, la cosecha de hayuco o bayas será buena. Y si hay comida, hay caza». En pocos menos de seis meses, los cazadores volverán a echarse al monte con las escopetas y los perros. Y con la casi certeza de que los 1.533 jabalíes de esta temporada volverán a estar a tiro. Una temporada que por apenas cuatro animales, no fue la mejor de siempre en la Reserva.
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