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Una foto en Instagram muestra a un grupo de críos delante de una línea de salida. 'Reinosa, 1990', pone en la parte superior. Uno de aquellos chavales se ríe ahora. «No es el primer año. Porque empecé en el Club Ciclista Campurriano en 1989. Pero ... no he encontrado fotos. Esa es con el Club Ciclista Argoños'. Francisco José Ventoso Alberdi (Reinosa, 6 de mayo de 1982), el único cántabro que competía en la categoría World Tour, la máxima del ciclismo mundial, cerró este jueves ese círculo vital que empezó en ese 1989 e ilustraba esa foto llena de ilusión en su pueblo. Camino de las 39 primaveras y con 17 de andadura en el ciclismo profesional, Fran Ventoso dice adiós.
El campurriano lo hacía público este jueves. Y en su voz, lejos de la emoción que suele presidir el día de la retirada del oficio -y en este caso también la pasión- de uno, había tranquilidad. Y hasta cierto punto, alegría. Porque la decisión estaba tomada desde hace tiempo. «Lo tenía muy claro desde enero del año pasado. Por eso no estoy triste. Para nada. Todo tiene un principio y un final». En los últimos años en el CCC, ni siquiera la reestructuración del equipo, integrado ahora en el Intermarché, le privaba de sillín en el pelotón. «Podía haber seguido, pero ni siquiera he llegado a hablar con ellos. Tenía claro que era el último año». El propio Ventoso veía que era difícil llegar «al nivel que yo me exijo en las carreras», hasta el punto de que en el mes de agosto pasado le dijo a su representante que no buscase nada.
Su andadura entre los profesionales comenzó en 2004. Saunier Duval, Andalucía o Carmiooro fueron los equipos de Ventoso antes de llegar en 2011 a un Movistar con el que brilló por entonces como velocista, con dos triunfos de etapa en el Giro de Italia (2011 y 2012). En su palmarés también luce una victoria de etapa en la Vuelta a España (2006) o el Campeonato de España de fondo en carretera (2012). Seis campañas en el equipo azul dieron paso a otras cuatro en la estructura de Continuum Sports, primero en el BMC (2017 y 2018) y luego, en el CCC, desde 2019 hasta 2020. En estas últimas campañas, el campurriano se ha ganado un merecido respeto por su labor de gregario de lujo. Y su pervivencia en el pelotón es algo que valora especialmente. «En los primeros años, cuando eres rápido y ganas, es más fácil que los equipos te quieran. Pero cuando ya no ganas es más complicado», reconoce. «Estoy súper orgulloso de estos últimos años. Porque he 'ganado' carreras con compañeros, como el Giro de 2014 con Nairo Quintana».
Las 31 victorias que ha conseguido en su carrera le dejan más que satisfecho al reinosano. «Me hubiera gustado una medalla en un Mundial, pero siendo realista no creo que hubiese optado a ganarlo». Con triunfos en Vuelta y Giro, solo faltó el Tour para ganar en las tres grandes. «Pero he estado tan lejos siempre», dice entre risas. «Mi mejor puesto es un sexto o séptimo». Tras la 'Grande Boucle' de 2011, «cuando sufrí muchísimo», no se volvió a presentar voluntario para ir al Tour de Francia.
Del ciclismo se queda «con la buena gente que he conocido». Como profesional, «he viajado a sitios que no hubiera podido conocer». Y también con una enseñanza para la vida. «El ciclismo implica una autoexigencia, de estar bien, de hacer unas cosas para estar en la élite. Te obliga a ser muy autónomo». Aunque tantos años en la 'burra' han dado también algún que otro mal momento. «Hay una etapa del Giro de 2012, la penúltima, de la que no recuerdo los últimos tres kilómetros. Acababa en el Stelvio. Solo recuerdo que había un hotel cerca de la meta. Y volví a tener consciencia allí», rememora entre risas. Eso, y en la carrera rosa, «subir algún año el Zoncolan. Es que hay cinco kilómetros sin descanso: 15, 16%...».
Aquel chaval que con 22 años dio el salto a profesionales - «ese año pasamos 60»- ha visto cómo cambiaba su deporte, «sobre todo a nivel de entrenamiento. En la preparación, en la alimentación...». También en que ahora, cada carrera de la temporada se disputa a muerte. «Antes, ibas a Mallorca a entrenar, y ahora si no vas con 5.000 kilómetros de entrenamiento, sufres». En los últimos años, uno de los los 'abuelos' del pelotón ha visto llegar a una generación casi de adolescentes -Bernal, Pogacar, Evenepoel..- a asaltar el podio del ciclismo. «Sorprende que tan jóvenes tengan capacidad de fondo, de recuperar. Ahí se nota el cambio a nivel de preparación».
Con un panorama «difícil» en el ciclismo español y cántabro, Fran Ventoso ya ejerce de exciclista. «Ya estoy comiendo un poco más», señala entre más risas. La familia, los amigos y dos perros, uno de ellos adoptado en la última Vuelta a España, empezarán ahora a recobrar momentos que antes robaba el ciclismo profesional. Con algunas ideas para el futuro, «pero en concreto, ninguna», Ventoso seguirá afincado en San Sebastián de los Reyes (Madrid), pero «subiré bastante a Cantabria». A su tierra, donde en 1989 dio su primera pedalada y empezó una carrera de esfuerzo, sacrificio y buen trabajo que terminó este jueves, día 7 de enero de 2021 «Hubiese merecido la pena incluso si no hubiese pasado a profesionales. Estos 17 años me han compensado con creces».
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