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Arriba, Jesús Ezquerra. Abajo, Ángel Madrazo y a la derecha, Fran Ventoso.
A la cola de un pelotón en crisis
Ciclismo

A la cola de un pelotón en crisis

Anemia. El ciclismo cántabro, cada vez con menos profesionales, se ahoga atrapado en un bache de resultados en el que ya es el peor año del deporte de la bicicleta en España

Leila Bensghaiyar

Santander

Lunes, 30 de noviembre 2020, 07:23

El ciclismo español tiene que reiniciarse. El cambio generacional y la crisis económica han abocado al pelotón español a su peor año. Es decir, que los corredores patrios han ido en este segundo tramo de temporada casi siempre a la contra, y su preparación les ha llevado a cuajar el curso más aciago en cuanto a resultados en mucho tiempo. Un ejemplo claro fue el rendimiento de Movistar, único equipo de la máxima categoría, en los primeros meses de competición. O el esfuerzo de Mikel Landa en el Tour para estar en su mejor versión. A todos les costó mucho coger el punto de forma óptimo, y para cuando lo lograron se les notó la fatiga acumulada por tratar de estar a la altura de los mejores cuando su nivel no era el mismo.

Y es que ha irrumpido con fuerza una nueva generación que promete quedarse durante mucho tiempo. Los Van Aert, Van del Poel, Evenepoel, Pogacar, Geoghegan Hart, Hirschi, Ganna, Hindley... Han sido los grandes protagonistas de esta campaña y han dominado buena parte del calendario. Solo un hombre de la vieja guardia permanece imperturbable y siempre en forma: Primoz Roglic. Y aunque perdió el Tour en la última crono de la manera más dolorosa, su segunda plaza y su victoria en la Vuelta le mantienen como referente.

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El caso español es bien distinto. La cuarta y la quinta plaza de Mikel Landa y Enric Mas en el Tour, así como la quinta del balear en la Vuelta, son más destacados en cuanto a resultados en las grandes carreras. Y si se vuelve la vista hacia Cantabria la situación no mejora. Más bien al revés. Al ciclismo regional le ha entrado 'la pájara' y a los corredores de aquí les toca chupar rueda. Quizá no les falte fondo, pero si conquistas. Cada vez con menos profesionales, con la excepción de un puñado que se agarra a la élite a tumba abierta, el ciclismo cántabro ni levanta cabeza ni suma victorias. La más reciente es la de Ángel Madrazo (Burgos BH) en la quinta etapa de La Vuelta 2019 con final en el Alto de Javalambre, una excepción dentro del páramo en que se ha convertido el escenario regional de las dos ruedas. Triunfos esta temporada: cero. Pero esto no es una novedad.

No es ningún secreto. La falta de equipos profesionales y la escasez de escuadras amateurs en Cantabria -el Gomur y el Conservas Hoya Telenort son los únicos representantes de estas categorías- contribuyen a que el panorama pinte así de desolador. Los ciclistas cántabros se ven obligados a salir fuera de la región e incluso en muchas ocasiones fuera del país para obtener la oportunidad que tanto esperan. En World Tour sólo hay un cántabro, Fran Ventoso (Reinosa, 1982), que se mantiene en la élite con el CCC Team, aunque acaba contrato este año. El de Reinosa se está pensando si continuar, aunque avanza que si el patrocinador -una firma polaca de bolsos y zapatos- renueva y no cambia la estructura del equipo, él se decantaría por mantener su compromiso con la escuadra.

Otros dos exponentes de la cantera cántabra pedalean en la división Continental. Son Ángel Madrazo (Santander, 1988) y Jesús Ezquerra (Adal-Treto, 1990) en las filas del Burgos BH. El equipo ya ha presentado a su nueva escuadra y los dos corredores forman parte de ella. En Continental también está Antonio 'Chava' Angulo (El Llano, 1992), en el Euskaltel Euskadi, que este año se quedó fuera de la Vuelta al no recibir una de las dos invitaciones reservadas para los equipos de la división de plata del ciclismo profesional -una de ellas se la llevó el Burgos BH-. El 'Chava' fue uno de los que tuvo que emigrar, primero a Israel y luego a Portugal, para labrarse un futuro a base de dar pedales.

Nuevos destinos

El vecino luso es un recurrente destino de adopción. En sus tiempos Tino Zaballa quiso recuperar la sonrisa en Portugal y buscó hacer una temporada brillante allí. No era el único. Vidal Celis también probó suerte como velocista. Ahora le toca a las nuevas hornadas. Y si no se que se lo cuenten a David de la Fuente (Reinosa, 1981), en el Aviludo-Louletano desde 2017; y a Álvaro Trueba (Santander, 1993), que desgasta rueda en el Sporting Tavira. Por esa misma escuadra pasó Mario González (Torrelavega, 1992) antes de engrosar las filas del Euskadi Murias. El equipo vasco anunció en 2019 que no continuaría y González aparcó la burra, al menos de momento.

Y los gallegos , pero con licencia venezolana, Gios Kiwi Atlántico, también de Continental, cuentan con tres cántabros: José Manuel Gutiérrez (Santander, 1998), David Galarreta (Ramales de la Victoria, 1993) y Miguel Ángel Fernández (Santander, 1997). Parece que el futuro está fuera de las fronteras montañesas para quien quiera confirmar su clase. Aunque hubo tiempos mejores. Cuando Cantabria cobijó equipos como el Liberty Seguros y el Saunier Duval. El hilo de esperanza para el ciclismo cántabro es que ese adiós quiere ser un 'hasta luego'.

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