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Desde hace unas temporadas, muchos aficionados cántabros vuelven la vista al Burgos BH a la hora de seguir la Vuelta a España. Porque la formación morada aglutina al grueso de corredores cántabros del pelotón profesional. En esta ocasión, ausente un Jesús Ezquerra al ... que las consecuencias del covid siguen pasando factura, Ángel Madrazo era el único cántabro del Burgos BH. Y por extensión, ya que Antonio Angulo se quedó fuera de la formación del Euskaltel-Euskadi, el único representante de la región en la Vuelta a España. El 'Gorrión', en su ya sexta ronda española, no ha podido levantar los brazos como en 2019 en Javalambre. Aquella gran victoria de los burgaleses. Pero ha contribuido como el que más a que el Burgos BH se siga ganando a pulso el cariño de toda la España ciclista. Apenas ha habido fugas en la que no haya habido un maillot morado. Por intentarlo, en una Vuelta en la que pocos equipos han ganado, no ha sido.
Por ese trabajo sin límite del equipo, Madrazo está satisfecho. «Creo que el equipo, en lo colectivo, ha crecido bastante. Hemos hecho casi un top 10 por equipos, ya que nos hemos clasificado en el puesto 12 en la general. Es un balance muy bueno, porque cada día tres corredores del Burgos BH hemos estado delante», añade el santanderino. «A la nota del equipo le pondría un 8, porque el 10 es ganar una etapa».
La fortaleza del Burgos BH, un equipo sin sprinters, escaladores de postín u hombres que disputen la general, se basa en esa insistencia para conseguir el gran premio: la victoria de etapa. Y pocos integrantes de la escuadra morada no han andado en fuga en esta Vuelta. El propio 'Gorrión' lo ha intentado varias veces, la más destacada en la cuarta etapa, que salía de El Burgo de Osma y terminaba en Molina de Aragón. Casi 164 kilómetros sin ningún alto reseñable. Antes de los 20 kilómetros, Madrazo y su compañero Carlos Canal, el corredor más joven de toda la Vuelta a España, se marchaban del pelotón en compañía de Joan Bou, integrante del Euskaltel Euskadi. En ese principio de Vuelta, y con los sprinters aún con las piernas muy frescas, cualquier intento de escapada estaba condenado al fracaso. La fuga murió a 13 kilómetros de una llegada que vio triunfar a Fabio Jakobsen (Deceuninck), pero la escuadra morada vio cómo el 'Gorrión' subía al podio para recoger el premio a la combatividad. En la primera semana de carrera, el Burgos BH ya contabilizaba siete fugas. A una por día. «Hemos sido muy, muy combativos», resalta Ángel Madrazo. «Creo que menos en dos escapadas, hemos estado siempre en las fugas de esta Vuelta. Y en momentos, hemos estado dos o tres corredores escapados. Y las etapas duras de montaña las hemos hecho bastante bien. Hay que estar contentos y ahora a pensar en las carreras que quedan».
Madrazo también resalta la progresiva vuelta a la normalidad de su deporte. Con una Vuelta a España en la que los ánimos han vuelto a pie de carretera. El 'Gorrión' no puede estar más contento del regreso de un público que, sobre todo, le jaleó a más no poder en la etapa entre Laredo y Santa Cruz de Bezana. «Sin toda esta gente, el ciclismo para mí no sirve de nada. Vivimos de los aficionados. De que ellos puedan hacerse fotos con nosotros y cosas así. Para mí es fantástico. Tengo dos hijos pequeños y seguramente el día de mañana, en algún deporte tengan algún ídolo. Me gustaría que sea tipo al ciclismo, y que se puedan juntar con esos deportistas».
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