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Los aficionados cántabros a buen seguro que torcerán un poco el gesto. Con la de montañas imponentes que hay en la región y las veces que en los últimos años esas montañas han sido decisivas en la Vuelta, y otra vez toca una etapa plana ... y que huele a llegada al sprint. Quizá la última oportunidad de los velocistas en esta Vuelta a España que no termina, como es habitual, en el Paseo de la Castellana en Madrid, sino con una contrarreloj a los pies de la catedral de Santiago de Compostela. Se pronostica 'volata' en las calles de Santa Cruz de Bezana.
La etapa de hoy es prácticamente un calco de la que celebró la Vuelta en la edición de 2020. Aquella partía desde Castro Urdiales y llegaba hasta Suances tras 185 kilómetros de recorrido, con un solo puerto -Alto de San Cipriano, de tercera categoría- en el recorrido. La diferencia estribará en el final. En 2020, la llegada a Suances era una cuesta bastante pronunciada que desarmó todas las posibilidades de los sprinters para que fuese uno de los primeros espadas, el esloveno Primoz Roglic, quien se hiciese con la victoria y, de paso, con el maillot rojo de líder. Esta vez no hay cuesta y el último kilómetro es más liso que un plato llano.
«En teoría es una etapa para sprinters, pero...». A Jesús Ezquerra (Treto, 1990) le toca ver hoy la etapa desde la cuneta. Porque la carrera pasará por su casa, en Treto. El corredor del Burgos BH, que estuvo ayer con sus compañeros en Hoznayo, saldrá hoy «a disfrutar» de una etapa «más de sprinters, aunque creo que será un poco movida al final». Ezquerra indica que, tras pasar el Alto de Hijas -tercera categoría-, en la parte final hay muchos repechos. «Yo lo intentaría en esa parte final de la carrera. Hay terreno».
Si hay una de las típicas fugas que no llegarán a meta, serán «de entre tres y cinco corredores», vaticina Ezquerra. «Y alguno del Burgos BH casi seguro», añade entre risas en relación al papel protagonista del equipo morado en las fugas de esta Vuelta. El covid dejó al de Treto fuera de la ronda española, y aún anda recuperándose y entrenando para coger la forma y «acabar corriendo este año, a mediados de septiembre en Luxemburgo». Pero si él estuviese hoy en la carretera, «a la altura de Puente Arce... Yo atacaría allí».
«La jornada de descanso ha servido para coger fuerzas, pero mucha gente está pensando en lo que viene en Asturias. Y la etapa de hoy es casi la última oportunidad para los sprinters. Hay otra en Galicia, pero esta es la más clara». Antonio 'Chava' Angulo (El Llano, Udías, 1992) verá con «envidia sana» a sus compañeros del Euskaltel-Euskadi por las carreteras cántabras. Una etapa en la que los equipos de los sprinters consentirán una fuga «de tres o cuatro» y que no se vaya mucho. Podría ser como otras escapadas de esta Vuelta, con integrantes del Euskaltel Euskadi, Burgos BH y Caja Rural. «Es obligado estar. Aunque sepas que eres carne de cañón», señala orgulloso por el papel de su equipo en mil fugas en esta Vuelta un 'Chava' que afronta una última parte de temporada con carreras, en principio, «en Italia, Francia y Croacia».
Aunque los repechos de la parte final, con las fuerzas «ya más justas», a alguno les pueden parecer «puertos», podrían hacer que algún equipo, «como el UAE o el Bike Exchange pueden intentar endurecer el final, para Trentin o Matthews, y dejar fuera del sprint a Jakobsen, el gran favorito». Pero a priori, la llegada en Santa Cruz de Bezana será «al sprint».
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