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Sergio Trueba ya es historia en el ciclismo élite-sub 23 de este país. Y lo es porque este pasado fin de semana ha logrado algo que no había hecho nadie hasta el momento en un coto tan privado como el Trofeo Lehendakari: ganarlo ... sin ser vasco. Se trata de una competición de tremendo prestigio y que está considerada como una de las citas más prestigiosas del ciclismo amateur. Hasta la fecha, nunca antes lo había ganado ningún ciclista nacido fuera el País Vasco y el cántabro fue el más regular.
Después de la última prueba disputada en Segura (Guipúzcoa), Trueba logró cuatro victorias (Sopelana, Oiartzun, Gernika y Gatzaga); tres segundos puestos y dos terceros.
Sus triunfos se sumaron al que consiguió su compañero de equipo Samuel Fernández en Llodio. De este modo, el equipo cántabro firmó un bagaje para el club de trece podios y ocho victorias por equipos en las 16 pruebas puntuables. En el podio final a Sergio Trueba (Gomur Cantabria Infinita), le acompañaron Nil Gimeno (Finisher Kern Pharma) y Asier Castilla (Laboral Kutxa Fundación Euskadi).
Sin embargo, el éxito conseguido por Trueba se unió al dominio de la escuadra cántabra que también tiene el honor de ser el primer equipo sin sede en el País Vasco que se lleva la clasificación por grupos. Se trata de un logro que pone en valor el trabajo de esta modesta escuadra, que año tras año con los sencillos recursos con los que cuenta copa las clasificaciones de las mejores pruebas del calendario nacional. En la edición de este Trofeo Lahendakari, sin ir más lejos, se ha impuesto a estructuras como el Laboral Kutxa Fundación Euskadi, con un presupuesto y un concepto de equipo muy próximo al profesionalismo. Además, en tercer posición acabó el Finisher Kern Pharma, equipo filial del conjunto que estuvo presente esta temporada en la Vuelta a España y que brillantemente se convirtió en la sorpresa de la ronda al ganar dos etapas con Pablo Castrillo y Urko Berrade. Este último éxito se une a otros como la primera victoria para el ciclismo cántabro en la general de la Copa de España, años atrás de la mano de Antonio Angulo, que le supuso el paso a profesionales. Pese a su modestia, el Gomur Cantabria Infinita es por méritos una de las referencias nacionales.
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