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Aldro Team: todo o nada. El equipo ciclista que nació el pasado 6 de septiembre de 2015 ha cumplido tres temporadas y ha decidido dar un salto cualitativo. Surgió como una escuadra para corredores sub23 con vocación formativa, pero siempre con el deseo de llegar ... al campo profesional:cumplida esa primera etapa, la estructura busca ser un «equipo amateur, pero con mucha más presencia internacional», según asegura Manolo Sainz (Torrelavega, 1959), manager general. Aldro busca quién le sustituya en la financiación del proyecto, «sin apartarse». Se trata de buscar un copatrocinador que sufrague ese salto, pero el tiempo de búsqueda tiene fecha de caducidad: 31 de octubre.
–Hace tres años (el 6 de septiembre de 2015) se presentaba en sociedad el Aldro Team, un equipo ciclista sub23. Han pasado tres temporadas y aquello que nació con vocación formativa y con intención de crecer se encuentra en un punto de no retorno, ¿cuál es exactamente la situación del proyecto?
–Ahora mismo nos hemos dado plazo hasta el 31 de octubre para conseguir un spónsor que nos permita crecer y convertir a la escuadra en una estructura más internacional. Buscamos un patrocinador que sustituya a Aldro en esta andadura en la que la intención es dar un paso hacia delante. No se trata de que Aldro se aparte, ni mucho menos;ellos seguirán apoyando como hasta ahora, pero es cuestión de que Aldro ya no da para más. Nosotros creemos que nuestra labor formativa ha ido cumpliendo etapas, hemos ido trabajando en esa idea originaria que nos propusimos, pero ahora queremos seguir siendo un equipo amateur más internacional; profesionalizarse y progresar para poder ser competitivos.
–Dice que Aldro no da para más, ¿Qué quiere decir?
–Es algo muy sencillo. No hay nada que reprocharle, todo lo contrario, debemos de estar absolutamente agradecidos porque apostaron por el ciclismo y nos han permitido cumplir un cometido muy interesante durante estas tres temporadas.Pero ahora es normal, este salto que pretendemos y que es lógico en la trayectoria no pueden soportarle en exclusiva. Han apostado por colaborar con el equipo de fútbol de esta región y contribuir en ascenderlo a Segunda, también con el rugby... Están apoyando el deporte y no da para todo.
–¿Quiere decir que el futuro pasa por convertir al equipo en continental profesional o la desaparición?
–No es así exactamente. Lo que necesitamos es dar un paso más y ser un conjunto amateur, pero mucho más internacional y eso conlleva un salto elevado de presupuesto. Ser Continental en España, propiamente dicho, es algo distinto. Cuando apareció este tipo de estructuras semiprofesionales en España había siete u ocho equipos profesionales con todos los recursos necesarios. Para ayudar al último de ellos, al que le costaba mantenerse en ese status, se legisló de una manera que hoy en día no sirve; la coyuntura es totalmente diferente. Necesitamos cambiar la reglamentación para poder ser competitivos con los demás países como Bélgica, Holanda, Alemania... Allí, la calificación de Continental no es profesional y por tanto nos sacan muchísima ventaja.
–¿A qué se refiere con que los demás países europeos le llevan ventaja a España?
–Hablar de dinero es muy complicado. Nosotros nos amoldamos a todo y a lo que cualquier spónsor que quisiera trabajar con nosotros pretendiese. Para hacerse una idea, el paso que nosotros queremos dar requiere de 200.000 a 500.000 euros. E insisto, montando un equipo amateur internacional que pueda competir con los que realmente son sus rivales y estar donde debe estar. Para explicar el contexto; montar un equipo continental profesional en España puede costar algo más de un millón de euros, mientras que en los países del centro de Europa puede salir por 500.000 euros. Su legislación es distinta, no tienen gastos de seguridad social, los sueldos son diferentes y sobre todo no podemos olvidar que nosotros estamos en el sur y muy a desmano. Para un equipo español viajar al norte o al centro de Europa supone cada vez que toca competir alrededor de 3.000 kilómetros, noches de hotel, viajes... En cambio ellos están en el entorno de 300 o 400 kilómetros.Para ellos es como para nosotros desplazarnos a Madrid. La diferencia es enorme.
El Aldro Team puso en marcha un proyecto que comprendía una labor de formación –trabajar con corredores sub 23– encaminada a la competición. Durante los tres años que ha llevado a la escuadra a este punto se han potenciado con los recursos con los que se ha contado;una residencia, un centro de tecnificación con fisios, biomecánicos, médicos... «Ahora es cuando más partido le estamos sacando», asegura Sainz, que lamenta que «no pudiera seguir su crecimiento si finalmente el proyecto no continúa». Sainz no dejó pasar la oportunidad para agradecer «a toda la gente que de una forma altruista ha colaborado con el equipo, por ellos merece la pena confiar hasta el final».
–Es decir, lo que se busca es un paso previo al profesionalismo absoluto, algo que vendría después...
–Se puede llamar así. Claro que el futuro es, sin lugar a dudas, ser profesionales. Esto es algo que nosotros deseamos y que España necesita. Ahora mismo sólo existen dos equipos profesionales en este país, Movistar y Caja Rural. Ser un equipo continental tampoco es algo que pueda ser atractivo del todo porque no hay muchas posibilidades de competir, hay pocas carreras aquí. Además, nuestra idea nunca sería la de no disputar la Copa de España, ni las vueltas de categoría sub 23 y las que se compiten con élite. Sería una forma de seguir con el proceso formativo, pero creciendo.
–¿Por qué cree que España va a contrapié del resto de Europa en materia de formación?
–Muy sencillo. En mi otra época los ciclistas pasaban a profesionales con 20 años; con 21 ya teníamos dudas de pasarles o no. Hoy en día pasan con 24 o 25.Ese es el retraso que tenemos con el resto. No hay equipos a los que pasar, tan solo Movistar y Caja Rural, como digo, y ellos pasan a uno o dos y no se les puede pedir que pasen a más. Es obvio que deben fichar a otros corredores de otros países si quieren ser competitivos. Incluso a nivel formativo también vamos por detrás;en España, las carreras amateur son de alrededor de 120 kilómetros y en el extranjero aquellas en las que participan los World Tour son de 180 o 200. La diferencia es obvia
–¿Por qué ahora una decisión tan drástica: todo o nada?
–Han pasado tres años en los que se ha mantenido una trayectoria creciente;siempre hemos mantenido la misma pretensión desde que el proyecto nació en 2015. El segundo año estuvimos a punto de conseguir ese apoyo que hoy buscamos.Este mismo año hemos estado cerca. Se ha buscado con decisión, pero... Yo entiendo que la sociedad española es la que es. Somos 48 millones de habitantes y las grandes firmas ya están copadas;Movistar, con el ciclismo;Iberdrola, con el apoyo a la mujer;el Banco Santander, con el fútbol, y BBV con las motos y los coches. Hay que buscar algo más.
–Restan 22 días para que se cumpla el plazo que se han dado, ¿qué sensación tiene usted de lo que puede ocurrir?
–Mi sensación es buena. Cuando te metes en plazos de tiempos y de días es una situación difícil. Yo entiendo que los tiempos de las empresas de ahora no son los tiempos de hace años. Antiguamente las decisiones las tomaba una persona y ahora deben pasar por un Consejo de Administración. Es normal, todo se retrasa.Ahora mismo estoy tranquilo, no sé como estaré el día 25 si no lo hemos solucionado.
–Es evidente que si España da para lo que da, Cantabria...
–Hay que ser realista y saber qué comunidad autónoma tenemos. Aquí las empresas más potentes son el Gobierno de Cantabria y Valdecilla. Yo extiendo que exista cierto recelo;ahora oigo que no crecemos al ritmo estipulado, que hay otra vez recesión y los empresarios s lo piensan. Lo entiendo.
–Usted lleva muchos años abogando por una ley de mecenazgo que sigue sin ser planteada y que también deja en desventaja a quien no la tiene...
–Ya no la ley de mecenazgo, que sigo pensando que sería la solución, sino solicitar la utilidad pública, es decir, que la inversión que hacen los patrocinadores les pueda repercutir fiscalmente. Que se beneficien de su apoyo. En el País Vasco sólo por ser un equipo ya se beneficia de esa ventaja fiscal y en Cantabria no son más que trabas.
–¿Qué pasaría con Aldro sino se consiguiera ese copatrocinador?
–Seguiría apoyando a la base, al ciclismo amateur. Buscaría la manera de apoyar a un equipo base. Ellos tienen vocación deportiva y no hay nada que reprocharles.
–¿Y de Manolo Sainz?
–No pasaría nada. Tengo la vocación de agradecer al ciclismo lo que me ha dado pese a lo que me hizo. Es una obligación personal.Yo quiero poner el broche de mi despedida.Empecé de cero y creo que aporté cosas y ya llegará la hora de decir adiós definitivo.
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