Isabel Martín estrena la Copa de España 2024

Lo tuvo todo: exigencia, velocidad, nervios, peligro, frío y agua. Mucho agua. La meteorología apenas dio un respiro a las corredoras y las azotó con toda la virulencia posible en un día de inverno sobre la bicicleta. La primera categoría en abrir la mañana fue la cadete, donde sobre un recorrido de 33 kilómetros Maialem Narbona no dio opciones a sus rivales. La carrera se rompió pronto y el grupo fue perdiendo unidades a lo largo de la primera y única vuelta al circuito preparado por la organziación, el club Ciclista Meruelo Río Miera, que de nuevo apostó por una trazado sinuoso, cerca de la Villa y con un par de tachuelas que selecionarán al grupo. Sobre las cadetes cayó la mundial; agua y granizo aderezados con viento racheado. Pero aguantaron estoicamente las 'pequeñas' de la mañana.

Acto seguido llegó el turno de las junior, a quienes acompañaron las cilistas Máster, para totalizar un pelotón de 135 unidades. Paula Ostiz no dio ninún tipo de margen a la especualción. Se marcó una contrarreloj individual y dio una exhibición para aplaudir. La corredora del Café Baqué, que debutaba ayer en la categoría después de firmar una de los mejores trayectorias en cadetes que se recuerdan.

No en vano, la ciclista ya está inmersa, pese a su corta edad, en la órbita de Movistar, de hecho ayer corrió sobre una bicicleta prestada y montada por el equipo navarro. Paula arrancó la moto en el kilómetro quince y sumó 45 más en solitario. Llegó a meta con más de dos minutos y medio sobre Flora Revetria (U. P. Valencia), la uruguaya que trató de seguirla y se conformó con hacer de puente.

A más de tres minutos y medio entró el grupo con Izaro Etxarri (Andoaingo) dando tiempo a lo que quedaba de pelotón. Un recital el de Paula Ostiz.

En la categoría absoluta, la élite y sub-23, 140 corredoras se juntaron en la línea de salida de Noja, donde la lluvia les dio un respiro para que se cofiarán. A partir del kilómetro 40, mediada la carrera, comenzó nuevamente a diluviar, dotando de un ambiente caricaturesco a lo que quedaba de mañana. El viento volvió a pegar de lado y trasnformó la etapa en un ejercicio de fortaleza y gestión de cáculo de fuerzas. En la línea de salida, para el corte de cinta, además de las autoridades se acercaron las hermanas Laura y Lucía, Ruiz, formadas en las filas del equipo de casa, el CC Meruelo Río Miera, y tras pasar por esta categoría y salir de casa ahora son corredoras del Movistar.

La carrera salió muy lanzada. con las ciclistas del Eneicat, una de las escuadras más potentes del pelotón femeino nacional, decididas a llevarla lanzada. Tanto fue así que al primer paso por el Alto San Mamés de Meruelo, su corredora Adriana Gilabert se fue en solitario. Se dio una cabalgada de cincuenta kilómetros sola contra el viento y el agua, pero fue engullida por las supervivientes de una carrera muy dura al paso por el último premio de montaña. Allí tomó el mando su equipo para que en los últimos metros Isabel Martín ganase la prueba imponiendo su punta de velocidad en Noja.