De marcha por la montañas de Liébana

Más de 700 participantes disfrutaron de la Jubilar Bike, con epicentro en Potes

Pedro Álvarez

Potes

Sábado, 21 de septiembre 2019, 22:17

En Potes no suele haber prisa para nada. Lo mejor es disfrutar de lo que se ve. Ni tan siquiera para llegar. Con el Desfiladero ... de La Hermida como camino más recto ya se pueden ustedes imaginar... Paciencia y a disfrutar. Sin embargo cuando se trata de dar pedales, hay quien se lo toma con más ganas que otros. Y eso fue lo que ocurrió en la Marcha Cicloturista Jubilar Bike, que desde las 9.30 horas dibujo de ciclistas la comarca lebaniega hasta la hora de comerse el cocido en la plaza de la localidad. Fueron más de 700 visitantes los que madrugaron para vestirse de corto y bajar juntitos y como amigos el Desfiladero camino de la Hermida. Luego allí, al girar a la derecha y empinarse el Collado de Hoz, las amistades se fueron distanciando hasta la hora del cocido montañés en el que desaparecieron los dolores. Miguel Ángel Andrés (Norinver) y José Colás (Bezas) fueron los primeros en irse a la ducha, lo mismo que Leire Balzategui (Vibike) y Cristina Oliva (C. Zubero). Ellos fueron los que dieron tiempo a los participantes en los recorridos largo y corto, respectivamente.

Rodar en bicicleta por los alrededores implica subir a las alturas. Por eso primero fue Hoz, luego Ozalba y después Piedrasluengas todo seguido como el pasodoble para los del trazado corto y además la Subida al Soplao y Bielva para los atrevidos. Para arriba y para abajo sin descanso. Por eso la pregunta más repetida era:«¿Tú qué haces el corto o el largo?».

Subiendo el primer coloso del día, los exprofesionales Iván Gutiérrez (exMovistar), el campeón del Mundo Igor Astarloza (exEsukatel) y David López (exSky) marcaron el ritmo. El vizcaíno se permitió el lujo de calentar el gallinero. Disfrutó como uno más de la Marcha.

La Jubilar Bike hizo un parón en Puentanansa para reagrupar –por motivos de seguridad– a los participantes. Algunos se habían apretado para mantener las primeras posiciones y lo celebraron en el avituallamiento:«Voy a engordar, como no salgamos ya», se escuchaba en Puentenansa.

Plátanos, quesadas, queso, pastelitos... Fueron 40 minutos. Alguno llegó a casa con algún kilo de más. Y después de la calma llegó la tempestad. A balón parado, unos para Piedrasluengas y otros para El Soplao. Ya no hubo tiempo para hacer amigos y el que quiso correr lo pudo hacer. Las exigentes rampas del embalse de la Cohilla, preámbulo del eterno Piedrasluengas, dictaron justicia para muchos. En Potes ya humeaba el cocido cuando en el techo de la Marcha le dio por caer cuatro gotas. Falsa alarma.

De uno en uno fueron llegando todos los madrugadores con los deberes hechos. Lo mismo que Sportpublic, la empresa organizadora del evento, que volvió a ser sinónimo de pulcritud.