Marcos Freire debuta este mes como profesional con el UAE

Lo hará sin haber cumplido aún los 19 años con la Challenge de Mallorca, la Clásica de la Comunitat Valenciana y la Ruta de la Cerámica, en Castellón como primer calendario. Aunque los planes no han cambiado demasiado y seguirá rodando con el U23, Matxin ha decidido hacerle debutar muy joven, como ya hizo con otras promesas a sus órdenes, con el equipo del World Tour, con el objetivo de que se foguee progresivamente entre los profesionales mientras continúa su formación en la escuadra continental, con la que firmó a principios de noviembre un contrato de dos años. Pero sin descartar estar presente en alguna cita más en un equipo que tiene como jefe de filas nada menos que a Tadej Pogacar.

El torrelaveguense ha dado el salto a una de las formaciones más poderosas del ciclismo mundial desde el Bathco, donde ya había destacado tanto en el calendario cántabro como en el español (ocho victorias y presencia en el combinado nacional, entre ellas dos en etapas contrarreloj). También había tenido ya una primera experiencia con el UAE gracias precisamente a Matxin, director de Freire en categorías inferiores y durante una época en el entonces denominado ProTour y con el que le une una estrecha relación.

Como cadete de segundo año ya estuvo en concentraciones de cantera de la escuadra y repitió experiencia el año pasado, ya en edad juvenil, en lo que constituyó finalmente un prólogo de su fichaje. En aquel momento lo hacía para el sub 23, aunque tras su firma no se le anunció aún un calendario de pretemporada que ha comenzado a conocer ahora. Ya entonces dejaba claros su objetivo: dar el salto a profesionales, aunque consciente de la dificultad. «Depende de cómo lo haga. Si lo hago bien...», reflexionaba.

El propio Freire se define como un corredor «rápido. Un puerto de alta montaña será difícil que lo pase, pero si hay uno de cuatro o cinco kilómetros, y tras él se plantea una llegada al sprint... Eso puede ser que se me adapte bien». Ahora le toca demostrarlo. Y no hay prisa.