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El Pico Jano será el primer gran juez de la Vuelta a España 2022. La cima cántabra, que tal y como adelantó El Diario Montañés el pasado 20 de octubre acogerá un final de etapa de la ronda española, será la primera gran llegada ... en alto de una carrera que partirá desde Utrecht, en los Países Bajos, el 19 de agosto. Seis días más tarde, los ciclistas llegarán a Cantabria en una etapa que partirá desde Bilbao y que tras 180 kilómetros llegará a lo alto del Pico Jano. Antes, el pelotón subirá Alisas y también Brenes, otro paso que adelantó El Diario Montañés el pasado lunes. Un día después, la séptima etapa también tendrá protagonismo cántabro. Nada que ver con la efímera salida desde Unquera en la edición de 2021 para unos metros después, entrar en Asturias, un día después de una etapa íntegramente cántabra entre Laredo y Santa Cruz de Bezana. El 26 de agosto, los ciclistas saldrán de Camargo en dirección a la localidad leonesa de Cistierna (190,1 kilómetros). Y aunque sin dificultades orográficas en el recorrido, el pelotón llegará hasta Potes para dirigirse desde allí al único puerto de la etapa, el de San Glorio. Por ahí abandonarán Cantabria rumbo a León.
La ronda española se presentó ayer en Madrid. Un recorrido de 3.280,5 kilómetros con tres etapas iniciales en los Países Bajos. La primera, una ya poco usual contrarreloj por equipos de 23,3 kilómetros de recorrido. La cuarta y quinta etapa, con finales en Laguardia y Bilbao, son las típicas de recorrido del norte, con trazados rompepiernas y algún puerto. Pero ninguno de la entidad de los que los ciclistas se encontrarán al llegar a Cantabria en la sexta etapa.
La primera incursión del pelotón por Cantabria será por el Valle de Villaverde. Después, tras abandonar Vizcaya, pasarán por Riancho, Ramales de la Victoria, Riva... En Arredondo comenzarán la ascensión a uno de los puertos más conocidos de la geografía cántabra, el Alto de Alisas (segunda categoría).
Tras pasar luego por el valle de Cayón, el pelotón se dirigirá a Puente Viesgo y de ahí, al valle de Buelna. Tras pasar por Los Corrales, en Villayuso de Cieza comenzará el ascenso a Brenes, de primera categoría. El descenso les llevará a Los Llares, y de ahí los ciclistas se dirigirán hasta Bárcena de Pie de Concha, donde comenzarán los casi 13 kilómetros de subida del Pico Jano.
En la presentación de la etapa se ofrecían imágenes, en una pantalla gigante, del primer coloso de La Vuelta con su tramo final aún sin asfaltar. «Con las diferencias que habrá de la crono por equipos, probablemente será un punto que marque más diferencias», señalaba Carlos de Andrés, el comentarista de Televisión Española. Junto a él, Pedro Delgado y Mikel Landa. El ciclista alavés destacaba que el Pico Jano «puede ser el primer test» de la Vuelta. «Es un final exigente y antes se suben un par de puertos. Seguro que habrá alguna diferencia».
La séptima etapa, de 190,1 kilómetros, tiene gran parte de su recorrido por la región. Porque de esos 190,1 kilómetros, casi 126 discurren por territorio cántabro. Los ciclistas partirán de Maliaño para dirigirse a Torrelavega y luego a Cabezón de la Sal. Tras pasar por Labarces, realizarán una pequeña incursión por Asturias antes de encarar el desfiladero de La Hermida y dirigirse a Potes. Desde la capital lebaniega, el pelotón de La Vuelta enfilará la carretera en dirección al puerto de San Glorio (primera categoría), y cuya cima divide Cantabria y Castilla y León.
El Pico Jano será una de las novedades de la Vuelta junto a la Collada Fancuaya (Asturias), el Piornal (Cáceres), la subida al Monasterio de Tentudía (Badajoz) y la cima en el Pico de los Reales, en plena Sierra Bermeja, el paraíso malagueño arrasado en verano por un incendio.
Sin clásicos como el Angliru y los Lagos, a esas cinco metas en cuesta se suman otras cuatro ya conocidas: Les Praeres (Asturias), La Pandera (Jaén), Sierra Nevada (Granada) y Navacerrada, en la sierra de Guadarrama, donde 'Perico' Delgado ganó una Vuelta y Dumoulin perdió otra. «Será una edición divertida, que irá de menos a más, que mantiene nuestra esencia», definió Javier Guillén, director de la carrera.
En otras palabras: jornadas que no superan los 200 kilómetros; sin ninguna etapa brutal, de esas que tanto gustan en el Giro. Los contrarrelojistas se conformarán con la 'crono' por equipos inicial, de 23 kilómetros, y con los 31 kilómetros horizontales, casi cuesta abajo, de la décima etapa entre Elche y Alicante. Situada en el ecuador de la ronda, esa jornada favorece a los especialistas. Un guiño para que Roglic venga a por su cuarto triunfo.
Todo en la Vuelta, como siempre, está diseñado para que dos o tres favoritos lleguen casi igualados a la penúltima etapa, en la sierra de Guadarrama. Los altos de Navafría, Canencia, Morcuera y Cotos componen una baraja perfecta para plantear un órdago. Luego, el 11 de septiembre, sólo quedará el paseo final por Madrid.
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