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Las pruebas de ciclocross de Medina de Pomar, el sábado, día 15 de octubre y Villarcayo, el domingo 16, tenían un participante peculiar. Estrictamente, es un debutante –aunque se estrenó en Villajoyosa a finales de septiembre– en la modalidad de las bicis sobre tierra y ... barro. Pero Ángel Madrazo (Santander, 1988) ya es un nombre importante en el ciclismo español. Todo un ganador de etapa en la Vuelta a España y una de las grandes referencias del Burgos BH. En esas dos localidades burgalesas vieron a un Ángel Madrazo que intentaba aprender lo más posible. Pero sobre todo, a un Ángel Madrazo feliz porque no se lo ha podido pasar mejor. La gran familia del ciclocross ha atrapado al 'Gorrión'.
Con la temporada oficial sobre carretera «ya terminada», al santanderino le ha dado esta vez por probar algo distinto para mantener un poco la forma. Y esta vez se ha decidido por una modalidad que compaginan algunos de sus compañeros, aunque a la inversa también hay ciclocrossistas que compiten en verano en la carretera. «Lo hago por disfrutar. Por hobby. Y por probar una disciplina diferente».
Chulismo fin de semana en Medina de Pomar y Villarcayo disfrutando un montón del CX y todo lo que lo rodea pic.twitter.com/EbrYmWFqbW
Angel Madrazo (@AngelMadrazo) October 16, 2022
Medina de Pomar, el sábado, vio correr al del Burgos BH en su segundo ciclocross. Madrazo ve las muchas diferencias que hay con su 'burra' sobre el asfalto. «Lo primero, la técnica. Cómo se desenvuelven sobre el 'prao'», reconoce el cántabro. «No tenía la confianza de que el tubular pudiese agarrar. Además está el tema de la presión de los neumáticos...». Por otro lado, está la diferencia lógica con los ciclocrossistas que viven de esto «y que salen a disputar». Su puesto 35 «es lo de menos», tras esa carrera a la que venía «sin entrenar» tras unos días de eventos con el equipo. Al día siguiente, en Villarcayo, el Gorrión de Cazoña ya había aprendido unas cuantas cosas para mejorar en la clasificación y firmar una vigésimo tercera plaza. Pero eso no le importa lo más mínimo y con lo que se queda es con las sensaciones del fin de semana. «Estoy encantado. Es la primera vez que hago ciclocross. Y me ha gustado muchísimo». Tanto como para plantearse tomárselo algo más en serio. «En un futuro estaré dando guerra».
Ambiente distinto
Lo que de verdad ha atrapado al santanderino, aparte del reto de aprender los secretos de una modalidad de ciclismo nueva para él, ha sido el ambiente. Porque poco o nada tienen que ver las carreras de ciclocross en España con las pruebas nacionales o internacionales que disputa Madrazo con el Burgos BH. La hiperprofesionalización de esas carreras, la velocidad a la que se va o los autobuses y hoteles de los equipos se convierten aquí en camaradería, en hacer amigos dentro y fuera de la carrera, en dormir en una 'furgo' al lado del circuito la noche antes de la carrera. Madrazo ha pasado un fin de semana en familia en Burgos. «Tengo una furgoneta 'camperizada'. Y hemos dormido en ella. Algo que me gusta muchísimo». Dos de los hijos de Ángel, de diez y siete años –tiene otro más pequeño, de tres–, también han hecho sus pinitos sobre una bici de ciclocross. «Pasas un día en familia», resume el 'Gorrión'. En Villarcayo, una familia que estaba junto a ellos ejemplificó a la perfección la diferencia respecto a su ciclismo profesional de carretera. «Compartimos comida, el cuidado de los niños...». Amigos para toda la vida.
Viendo a @AngelMadrazo en el CX de Medina de Pomar pic.twitter.com/uznYedFFUw
laasunesasi (@laasunesasi) October 16, 2022
Aunque es un debutante, Madrazo no es uno más en una carrera. Y menos cuando va enfundado en su maillot del Burgos BH y en carreras de esa provincia. Al 'Gorrión' se le reconoce al instante. Y el público se volcó en animar a uno de los rostros más queridos de la formación morada. «Me animaban como si fuese el primero», señala Madrazo entre risas. «Y yo, más me venía arriba». Mientras él intentaba aprender todo lo que podía –«en Medina me puse a rueda de un participante para ver cómo trazaba»–, otros se daban el lujo de adelantar a todo un ciclista profesional. «Les gusta ganarme», añade entre más risas en alusión a otros ciclocrossistas que se topan con un novato de semejante nivel.
Ese ambiente del ciclocross ha enganchado tanto al santanderino que hará «alguno más». Pero dentro de poco, en noviembre, empieza ya la temporada con su Burgos BH, con la primera concentración del equipo de cara a un próximo curso que, como muchos anteriores, hay que empezar ya a todo tren. «Con el tema de los puntos es una locura», añade. Pero aún queda tiempo para disfrutar de otra bici. La que va sobre tierra y barro. En carreras más cortas y en la que la gran mayoría de corredores son, además, buenos amigos, en una modalidad, el ciclocross, de la que muy pocos pueden vivir en España. Y ese buen rollo ha enganchado a Ángel Madrazo.
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