Una sangría que no cesa

No es ningún secreto. La falta de equipos profesionales y la escasez de escuadras amateurs en Cantabria contribuyen a que el panorama pinte así de desolador. Los ciclistas cántabros se ven obligados a salir fuera de la región e incluso en muchas ocasiones fuera del país para obtener la oportunidad que tanto esperan. Pero eso pasa ahora y también pasaba antes, hace diez años, cuando, por ejemplo, Roberto Cobo, que contaba con 26 años y se estrenaba como profesional, se marcaba como objetivo trabajar para el conjunto italiano Selle Iitalia-Diquigiovanni, que lideraba Simoni y cuyo objetivo era lucirse en el Giro de Italia. O Carlos, el pequeño de los Nozal, que afrontó su cuarta campaña en el ciclismo portugués con el Liberty Seguros, equipo al que llevo a su hermano Isidro. Y uno de los mejores corredores que ha dado esta tierra, Tino Zaballa, quería recuperar la sonrisa en Portugal y buscaba hacer una temporada brillante en el país luso. No era el único. Vidal Celis también probó suerte como velocista en el país vecino, un recurrente destino de adopción.

Otros se quedaron en España. Entre los Saunier Duval cántabros destacó Juanjo Cobo, que trataba de confirmar su gran clase. O Iván Gutiérrez. El de Hinojedo, con su gran nivel, se había convertido en un imprescindible en el Caisse d'Espargne de Eusebio Unzue. Fran Ventoso, por su parte, dejó el Saunier Duval para fichar por el Andalucía-Caja Sur y labrarse un futuro como sprinter. A día de hoy lo ha logrado. El de Reinosa es el único cántabro en categoría ProTour y corre ahora en el BMC, con quien ha renovado para el próximo año 2019. Eso sí, la escuadra, aunque mantiene su estructura, cambiará de nombre y pasará a llamarse CCC, una firma polaca de bolsos y zapatos que será su patrocinador principal el próximo año. El también campurriano David de la Fuente es el otro superviviente y ahora corre en categoría continental en el luso Aviludo-Louletano.

También en la división Continental está el Burgos BH, que tendrá en sus filas a Ángel Madrazo y Jesús Ezquerra. Este último, que ya ha corrido con los castellanos este 2018 tras abandonar Portugal, ha firmado su renovación para la temporada 2019. Y también el próximo año aterriza Madrazo en la escuadra burgalesa. El santanderino, con nueve campañas como profesional a sus espaldas, regresa a España tras dos años en el Delko-Marseille donde los resultados no le han acompañado demasiado. Este último ejercicio, entre sus logro más destacados figuran sus dos 'top 10' en las vueltas de Asturias y Castilla León, donde tuvo muy cerca una ansiada victoria de etapa que finalmente se le negó.

Ahora quiere aportar su experiencia a un equipo en el que se espera de él, además, que sepa aprovechar su visión de carrera para estar presente en las fugas y la media montaña. Aunque el futuro de los castellano es incierto. La escuadra burgalesa cuenta con el patrocinio de la Diputación de Burgos, que se está pensando si mantiene su mecenazgo, de unos 150.00 euros, después de los positivos de sus corredores David Belda e Ibai Salas. Esto ha provocado que la UCI abra un expediente al equipo, sobre el que pesa una amenaza de suspensión, que de materializarse, podría condenar a los cántabros a buscar otro destino para continuar pedaleando en la élite.