El 'Memorial Santisteban' se queda pequeño

El inicio de la campaña y los golpes de la pandemia han deparado la suspensión de varias pruebas, entre ellas la primera cita de la Copa de España en Don Benito -prevista para el pròximo domingo-, circunstancia que ha producido un 'efecto llamada' en la carrera cántabra, que de facto será la que comience la temporada para estas categorías en España. «Los equipos y los ciclistas están con muchas ganas de competir y de empezar, por eso todos querían correr aquí y se ha desbordado», explica la directiva del Club Ciclista Colindres, que fue la primera sorprendida al comprobar cómo «las 200 plazas que permite el reglamento se agotaron en apenas unos minutos». La plataforma habilitada en la Federación Cántabra de Ciclismo se mantuvo activa y recibiendo preinscripciones de escuadras al completo y ciclistas -de manera individual- hasta que se cerró con 350 propuestas. «Es probable que algunos equipos han entendido que tenían la plaza garantizada al completar el trámite sin percatarse que era una preinscripción», señala la propia organización.

Por su parte, el Club Ciclista Colindres ha tenido que establecer unos criterios de selección para oficializar los 200 dorsales que estarán finalmente el domingo en la carrera. «Para nosotros es un problema tremendo. Nos encantaría que pudieran correr todos, pero no se puede. Hemos querido agradecer la fidelidad de aquellos equipos que han participado en los últimos tres o cuatro años, los que suelen ser habituales... También les hemos dado prioridad a Conservas Hoya Telenort y Gomur Cantabria-Deporte como equipos cántabros».

Para algunos de los equipos que se han quedado fuera la situación es bastante confusa puesto que ya tenían contratada su estancia en la región para la víspera de la competición y ahora deben cancelarlo con algún sobrecoste con el que no contaban. En una tesitura similar se encuentra el Eolo Kometa, escuadra que se incluye bajo la estructura de la Fundación Contador, así como el Arabai Team, Gsport Team o el Escribano Sport Team. Equipos procedentes de casi todas la comunidades autónomas que ahora tendrán que modificar buena parte de sus planes.

«Es cierto que nos ha sorprendido a todos la cantidad de corredores y equipos. La gente tiene muchas ganas de correr y ha dado la casualidad de que el Santisteban era la primera carrera programada y ha coincidido con todos los ciclistas dispuestos a venir», señala Bruno González, uno de los dirigentes del Gomur Cantabria-Deporte, hijo del carismático director Alejandro González, que estará al volante del coche del equipo el domingo en Colindres. Las dos escuadras cántabras, tanto el conjunto camargués como el Conservas Hoya Telenort, estarán en la línea de salida de una cita que promete ser muy atractiva. «Esta vez le han dado una vuelta muy grande al recorrido y lo han convertido en muy selectivo y duro. Excesivamente, para mi entender», explica Joaquín Rábago, director del otro equipo de la región, que acudirá con diez corredores, cinco de ellos nacidos en Cantabria. «Es un placer poder contar con una prueba como esta y con el nivel que tiene siempre», añade. El trazado que los organizadores de esta edición han preparado para la cita es «exigente y muy complicado», admite Bruno González, quien también adelanta que «al ser la primera carrera es difícil saber el estado de forma de cada uno». El equipo rosa ha realizado una pequeña selección «después de un par de entrenamientos conjuntos por la tierra, pero aún así es muy variable el resultado porque aún no hemos empezado».

Serán 140 kilómetros de auténtico rompepiernas, con numerosas 'trampas' en el trazado, además de las cinco cotas puntuables para el premio de la montaña: Seña, Asón, Alisas, Campo La Cruz y Bueras. «Hemos querido evitar que se produjeran aglomeraciones de los aficionados en distintos puntos del recorrido. Tradicionalmente se daban siete vueltas por el alto de Langustina y allí acudía todo el mundo. Por cuestiones anticovid hemos decidido cambiarlo», indican los integrantes de la directiva del Club Ciclista Colindres.

La pandemia ha condicionado buena parte de la gestiones previas que han sido necesarias para que la competición vea la luz, entre ellas la propia logística ya que se requiere un lugar amplio para ubicar la salida y la llegada así como la caravana de vehículos que compondrá la competición. No estará permitida la presencia de aficionados tanto en la salida como en la meta y se cumplirá un estricto control de seguridad incluido en el protocolo.

«Nosotros tenemos una filosofía muy concreta. Creemos en el crecimiento y en la progresión de los chavales y por eso los nuestros son jóvenes. A ver qué tal se les da un recorrido tan duro como este», indica Rábago. Sus paisanos del Gomur-Cantabria Deporte también destacan la dureza del recorrido y confían en que «no llueva, porque si le da por hacer malo, con todas las bajadas que hay van a acabar la prueba pocos», concluye González.