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I. IZQUIERDO / M. MENOCAL
Jueves, 30 de enero 2020, 07:32
El ciclismo global ya ha arrancado en Australia. Como cada año el World Tour, una pasarela de lujo de 36 carreras y diez meses de competición. El Tour Down Under ha servido de puesta de largo. Parte del negocio mundial del entretenimiento, el gran ... ciclismo también intenta ensanchar sus límites y hará paradas en cuatro continentes, todos menos África. Sin embargo, este deporte sigue siendo un asunto europeo y 30 de las 36 pruebas se disputan en el viejo continente. Australia y los Emiratos Árabes al principio y Canadá y China al final son las concesiones al exotismo. El World Tour aterrizará en Europa el 29 de febrero con la Het Nieuwsblad y no saldrá de sus límites hasta el 11 de septiembre en Quebec.
Las mejores carreras del mundo figuran en el calendario World Tour, incluyendo la Vuelta al País Vasco (6-11 de abril) y la Clásica de San Sebastián (25 de julio). La primera cita por etapas en Europa será la París-Niza (8 al 15 de marzo), que como es tradicional se solapa con la Tirreno-Adriático (11 al 17), detalle que no resta interés, prestigio ni categoría ni a una ni a otra. El primer monumento, la Milán-San Remo, se disputará el 21 de marzo.
El World Tour ha catapultado al ciclismo a las grandes Ligas del deportes espectáculo y no cabe duda de que es un modelo de éxito. Los mejores corredores en las mejores carreras, un cóctel imbatible, muy apetecible para la televisión, en un deporte itinerante como el ciclismo donde la pequeña pantalla juega un papel crucial. Esta pujante realidad funciona, sin embargo, como un potente campo magnético que absorbe todo y atrae hacia sí todos los recursos. Hoy, fuera del World Tour hace frío y no parece que la tendencia vaya a cambiar. Los equipos y las carreras que se quedan fuera están abocados a sufrir.
Esta temporada, la primera división cuenta con un equipo más, el Cofidis, cuya decisión de ascender explica muy bien la realidad. El conjunto francés ejercía los últimos años como World Tour de facto. La política de la empresa era patrocinar carreras y, así, asegurarse invitaciones allá donde le interesaba correr sin tener que asumir las obligaciones de pertenecer a la categoría. Cada temporada estaba entre los fijos en Tour y Vuelta, así como en gran parte de las mejores carreras.
Sin embargo, la reglamentación va evolucionando hacia convertir el World Tour en una Liga cerrada, al estilo de las competiciones estadounidenses y de la Euroliga de baloncesto, y los responsables del Cofidis le han visto las orejas al lobo. Han decidido dar el paso y esta temporada serán 19 los equipos de la máxima categoría, uno más que el año pasado.
También es nuevo el Israel Start Up Nation, que toma el testigo del Katusha. Un equipo israelí que se une a Bahrain, Emirates y Kazajistán, para completar la foto de la globalización. De las escuelas tradicionales, Francia es la que mejor posición puede presentar en el World Tour, con tres equipos: Cofidis, AG2R y Groupama-FDJ. En el otro lado de la balanza, Italia, sin ninguno, aunque es cierto que el sabor italiano del pelotón sigue muy presente, filtrándose en estructuras como Astana, UAE y Trek de forma muy notable. De hecho, hay 54 ciclistas transalpinos en el World Tour, solo por detrás de Francia (56) y Bélgica (55), y muy por delante de los españoles (38). Álex Aranburu, Óscar Rodríguez (Astana) e Íñigo Elosegi (Movistar) son algunos de los que debutan en la categoría.
Este cambio en la normativa es lo que cierra aún más el embudo para los equipos de segunda categoría, este año ProTeam. Dos invitaciones disponibles en el Tour y en la Vuelta (en el Giro ha habido tres porque los franceses han renunciado) son muy pocas. Y no correr ninguna grande representa un problema a la hora de conseguir patrocinadores, lo que hace de las enormes praderas fuera del World Tour un territorio inhóspito. Las de la Vuelta serán, en principio, para el Caja Rural y el Burgos BH de Madrazo y Ezquerra.
Pese a todo, el ciclismo sigue siendo un deporte tradicional y el valor y el prestigio de las partes del World Tour es mayor que el de la suma de competición. Casi todas las carreras del calendario tienen valor en sí mismas y acabar el año como líder del World Tour está bien, pero es secundario frente a ganar la París-Niza, la Vuelta al País Vasco, la Lieja-Bastoña-Lieja o, ni que decir tiene, una de las tres grandes. El calendario de las figuras se sigue organizando en función de las carreras, no de conseguir una clasificación a final de temporada. El World Tour, en cambio, sí sirve de cobertura para pruebas menos consolidadas como el propio Tour Down Under, que ha abierto el calendario mundial, como hoy lo hace la Challenge a Mallorca con el español.
Otra temporada más el pelotón internacional contará con representación cántabra. Nueves ciclistas se encargarán de dar sabor regional a las diferentes pruebas del calendario tanto en el World Tour como en el resto de carreras. Por un lado está el Burgos BH que cuenta con los cántabros Ángel Madrazo y Jesús Ezquerra.
El de Cazoña no tardará en salir a competición ya que arrancará esta temporada 2020 en Arabia Saudí. Ezquerra, que cumple su tercera temporada en el equipo, correrá la Vuelta a Andalucía, que da el salto a la categoría UCI ProSeries. En uno de los equipos más poderosos de la UCI Pro Tour, el CCC, repetirá Fran Ventoso. El reinosano ya debutó en la cita inaugural de la temporada World Tour, el Tour Down Under.
Los otros seis cántabros son el veterano David de la Fuente (Louletano), Álvaro Trueba (Tavira), Antonio 'Chava' Angulo (Euskadi) y José Manuel Gutiérrez, Miguel Ángel Fernández y David Galarreta (Gios Kiwi Atlántico).
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