Secciones
Servicios
Destacamos
Susana Echevarría
Miércoles, 31 de agosto 2016, 22:48
Vivir una etapa desde la cuneta de un puerto es una de las mejores sensaciones que puede tener un aficionado al ciclismo. Ver pasar, a tan solo unos centímetros, a Nairo Quintana, a Froome, a Alejandro Valverde, a Alberto Contador e incluso al cántabro Ángel ... Madrazo y animarles hasta desgañitarse es un subidón para los que aman este deporte. Y para vivir algo así, Peña Cabarga tiene el honor de ser uno de los mejores escenarios del mundo ya que es un puerto pequeño y estrecho en el que se vive el ciclismo intensamente. La mítica montaña cántabra reunió este miércoles, a miles de personas en los 5,9 kilómetros de ascensión. Gente apostada a un lado y a otro de la carretera, durante casi 6.000 metros. Una postal de ciclismo en un puerto que nunca falla.
La llegada de una carrera como la Vuelta a España reúne siempre a lo mejor del ciclismo. Hay algunos que nunca fallan. No pueden faltar los exciclistas. Este miércoles, allí estaban, entre otros, Nacho Santamaría, Alfonso Gutiérrez o Antonio San Miguel, que a sus 96 años todavía tiene humor para ir a ver etapas; ni tampoco los ciclistas en ciernes como los de la escuela de Efraín Gutiérrez, que subían las cuestas moviendo desarrollos de vértigo, o como los juveniles del Codelse, los del Banco Santander, los del Isidoro San Justo o los niños de la escuela del Bathco. Tampoco pueden fallar, y de hecho nunca lo hacen, los cientos de cicloturistas de todos los tamaños y colores que, vestidos con el maillot de su club o con el de campeón del mundo (da igual el caso es que no ajuste mucho), suben en bici y se lucen en cada rampa. Y cuando llega la carrera se saben el nombre de todos los ciclistas que pasan y se quedan obnubilados viendo las impresionantes bicis que llevan los coches de equipo en sus bacas.
Y por supuesto, los que nunca fallan son los aficionados al ciclismo rasos, venidos de muchos lugares: Inglaterra, Francia, Colombia, País Vasco, Asturias, Aranda de Duero... Esos que nunca han montado en bici, pero que les gusta este deporte más que nada en el mundo y por eso no les da pereza subir andando los seis kilómetros que tiene Peña Cabarga. De estos últimos también había muchísimos este miércoles en las rampas del pico Llen.
Desde primeras horas de la mañana, los aficionados poblaron la subida. "Hemos llegado a las 12 de la mañana aquí arriba", decía Juan Carlos, sentado, junto a su mujer, en una ladera, a 500 metros de la meta, y con una vista espectacular. Con el día libre por delante y con muchas ganas de ver a todos los corredores "pero sobre todo al nuestro, a Madrazo", Juan Carlos y su mujer habían empezado el ascenso dos horas antes. Y es que lleva un rato largo subir esos kilómetros tan 'pindios' de Peña Cabarga.
Los que no tuvieron el día libre este miércoles fueron varios trabajadores de la planta de Hematología del hospital Valdecilla, pero a ellos les dio igual. No iban a perderse la Vuelta. Así que decidieron, que según saliesen de trabajar, a las tres menos cuarto, y con unos bocadillos en la mochila, llegar hasta Heras, aparcar los coches y subir andando. Y encima, con una pancarta en la mano para dejarse ver. "Somos un grupo de trabajadores de Hematología de Valdecilla y a todos nos encanta el deporte, así que aquí estamos, a ver la carrera", decía Amalia Cuesta, portavoz improvisada del grupo.
Monte a través
Los hay que incluso que decidieron llegar monte a través. Como Fredo y su hijo Quique, todos ellos de la Peña Roberto Sierra. Fredo Carrera es veterinario y un apasionado del ciclismo. "Hemos subido despacio, con la mountain bike, por la ladera Sur de Peña Cabarga, pero está fatal para subir. Nos hemos pinchado las piernas", contaba mientras tomaba una lata de cerveza para hidratarse. Fredo estaba entusiasmado con el ambiente de Peña Cabarga. "Esto es espectacular. La mayoría de la gente que estamos aquí disfrutamos con este deporte. Nos da igual que gane uno u otro. Lo que nos gusta es el ciclismo", relataba justo antes de comerse un bocadillo para reponer fuerzas y ponerse a seguir la etapa a través del móvil de un amigo cicloturista conectado a TVE.
Y también a 500 metros de la meta, en un alto desde el que podía divisar una de las rampas más duras de la subida, estaba el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, al que su coche oficial y acreditado había dejado unos metros antes. El presidente saludó a los muchos aficionados que se encontró en el tramo de subida que hizo a pie y habló de las maravillas de Cantabria y de lo importante que era esta llegada a Peña Cabarga "para poder 'vender' la imagen de la región a través de la televisión". No duró mucho Revilla en su 'tribuna' de 'prao', porque tres cuartos de hora antes de que llegasen los corredores, tuvo que marcharse hasta la meta. Allí pudo ver la ascensión por la tele y posteriormente cumplir con el protocolo de entrega de premios. Obligaciones de presidente.
Mireia Belmonte
Así que cuando los primeros corredores llegaron al punto donde se encontraba esta periodista, la carretera que con tanto empeño había ensanchado la Guardia Civil, comenzó a estrecharse. Pasó el coche de dirección de carrera, con la doble medallista olímpica Mireia Belmonte, asomada por techo y saludando, y hubo gritos, aplausos y piropos en honor a la nadadora.
Pero los decibelios subieron cuando Nairo Quintana pasó por delante de Froome. Las banderas colombianas salieron de las cuentas. Los aficionados cántabros, a falta de un Juanjo Cobo con el que desgañitarse, no se rindieron al colombiano, así que aplaudieron y animaron por igual a Quintana y a Froome. El sudafricano debió acordarse en ese momento de la Vuelta de 2011, en la que le ganó a Cobo con sus últimas fuerzas, y repitió la misma jugada. A 500 metros de meta, lanzó un ataque que dejó sentado al ciclista de Tunja. "Mira, tío, que ataca Froome, que clase tiene, que pedazo de ciclista es". Y tenía mucha razón ese cicloturista que instantes antes había gritado "vamos Nairo", porque el triple ganador del Tour de Francia iba lanzado al triunfo en la meta de Peña Cabarga.
Uno de los mecánicos de Sky, sentado sobre la puerta de su coche de equipo y esperando a que terminase la ceremonia del podio decía: "Froome no falla en Peña Cabarga, ni Sky tampoco. Las tres últimas veces que hemos subido este puerto hemos pillado" Y así ha sido, las tres últimas han sido tres victorias del equipo británico. Dos de Froome (2011 y 2016) y una de Vasil Kiryienka. (2013).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.