Cantabria será protagonista en la Vuelta

Con la presencia de autoridades regionales en el acto de presentación de la Vuelta en Madrid, como la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, o la alcaldesa de Santander, Gema Igual, se daba por descontado que habría etapa cántabra. Y la hay. Una íntegra entre Arnuero y Santander, de 143 kilómetros de recorrido. Será la decimoséptima. Tras recorrer la costa, el pelotón enfilará hacia Santa María de Cayón para dirigirse a la primera dificultad del día, el Alto de la Estranguada (segunda categoría). Una ascensión corta pero bastante dura y rampas muy exigentes. Tras su descenso se enlaza la subida al Alto del Caracol, también de segunda. Su cima está a más de 70 kilómetros de la línea de meta, por lo que ambos puertos no apuntan a jueces decisivos de la etapa.

Con la 'trisca' con la que vendrán los corredores de la etapa anterior, con final en los Lagos de Covadonga, lo más previsible es que los valientes de turno intenten la fuga contra los equipos de los sprinters que intenten apurar una de sus últimas oportunidades en una llegada masiva.

Pero tras la decimoctava etapa –en Álava– y la decimonovena –La Rioja– la Vuelta reserva una sorpresa en forma de protagonismo cántabro. Técnicamente, la etapa transcurre por Burgos, ya que sale desde Villarcayo y termina en la durísima subida al Picón Blanco tras 188 kilómetros de recorrido. Pero entre medias hay una ración de Cantabria con la que los aficionados al ciclismo se relamen y que apunta a ser, si la ronda española no está decidida aún, el gran juez de la carrera. Tras entrar en la región por Estacas de Trueba, empezará un continuo sube y baja con una concatenación de puertos para no dejar un solo metro llano. La Braguía (tercera), Alto del Caracol (segunda), Lunada, de primera; el Portillo de La Sía, de segunda; para emprender la larga ascensión al puerto de Los Tornos, de primera, con la que el pelotón saldrá de Cantabria para poner rumbo hacia el Picón Blanco (primera).

La Vuelta a España de 2024 saldrá desde Lisboa el 17 de agosto, por segunda vez en su historia –la primera fue en 1997–. Portugal acogerá las tres primeras etapas. Al entrar en España, en la cuarta, empieza el baile, con inicio en Plasencia y el final en el Pico Villuercas, de primera categoría. El periplo por el sur de España concluirá tras la novena etapa, con final en Granada –y tres puertos de primera en el recorrido–. De ahí, traslado a Galicia. Los Ancares, León... Llegarán antes del díptico asturiano. La decimoquinta etapa termina en el Cuitu Negru (categoría especial) y la siguiente en los Lagos, uno de los nombres sagrados de la carrera. De ahí a Cantabria para la etapa entre Arnuero y Santander. Y tras la ración extra de montañas cántabras en la vigésima, la Vuelta acaba en Madrid el 8 de septiembre. Pero con un final distinto al habitual. Una crono de 22 kilómetros, llana. Intrascendente o decisiva, como aquella que decidió un Tour a favor de Greg Lemond en los Campos Elíseos por apenas ocho segundos.