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En el año más incierto para el deporte mundial, la gran cita del ciclismo nacional arranca este martes en Irún. Una Vuelta a España marcada por las dudas. La primera causa, como todo en estos tiempos, lleva el nombre de covid-19. Ese ... maldito para siempre coronavirus. El bicho que todo lo amenaza y que ha obligado a trasladar la ronda española a un inicio ya en este tardío octubre. La otra gran duda viene precisamente de estas fechas. Porque en su calendario tradicional de finales de agosto y principios de septiembre, el solazo y el calor están casi garantizados. Pero lo que empieza heste martes es otra historia. Las borrascas, el frío e incluso la nieve amenazan al pelotón en este año maldito en el que, para más inri, hasta parece que el invierno le ha robado fechas al calendario.
Lo que no cambiará respecto a la edición anterior es la representación cántabra. Al igual que en 2019, Ángel Madrazo y Jesús Ezquerra (Burgos BH) y Fran Ventoso (CCC) serán los tres ciclistas que representen a Cantabria en la Vuelta. Y casi son las únicas opciones. El reinosano, por integrar un equipo de la élite World Tour, y el santanderino y el de Treto, por militar en un Burgos BH que acude con invitación, aunque ganada a pulso por su formidable participación en la edición anterior, donde el 'Gorrión' Madrazo alcanzó la gloria para sí mismo y su equipo al ganar en la cima de Javalambre.
«Estoy en el mejor momento de la temporada. Todas las etapas tienen una 'x' marcada»
«En lo deportivo ha sido un año difícil. Espero estar a disposición del equipo y dar el máximo»
«En esta temporada extraña he corrido poco. Vengo a ayudar al equipo y a disfrutar al máximo»
Ángel Madrazo (Santander, 1988) viene pletórico a la Vuelta. «Llego bien, después de haber competido en la Vuelta a Portugal. Luego, tras un resfriado, en Ordizia no pude estar al cien por cien, pero ahora estoy en el mejor momento de la temporada», señala. «Como digo, no sólo es el cuerpo, sino la mente. Ahora llega el máximo reto y hay que estar a tope. El objetivo marcado es que en cada etapa alguno de los ocho tenemos que dar batalla. Y luego, ver en el día a día para ver si conseguimos el gran objetivo del equipo que es ganar una etapa». La estrategia de la formación morada no varía. Batalla, batalla y más batalla. No en vano, esa combatividad le he hecho un hueco especial al equipo burgalés en los corazones de todos los aficionados españoles.
Madrazo quiere volver a volar alto en la Vuelta. La carrera que ya le ha marcado para siempre. Por eso no señala ninguna en especial y señala todas. Bueno, casi todas. «De 18 etapas quito la contrarreloj. Quedan 17. Pero para mí todas tienen una 'x' marcada. No hay ninguna que esté por encima de otras. En la que coja la fuga, tengo que dar batalla e intentar llegar lo más lejos posible. Y si es levantando los brazos, mucho mejor».
Otro de los protagonistas de la escuadra burgalesa en la Vuelta será otro cántabro, Jesús Ezquerra (Treto, 1990). Otro de los 'pesaos' oficiales por meterse en mil y un fugas. Como los compañeros para los que la Vuelta es la única 'grande' del año y la principal oportunidad para brillar, el de Treto afronta la carrera «con un poco de incertidumbre. Ha sido un año un poco difícil para mí y para el resto del mundo. En lo deportivo ha sido un año difícil». Aún así, confía en estar a la altura. «Espero estar a disposición del equipo y para lo que necesite, dar el máximo».
Ezquerra tampoco ha marcado en rojo una etapa en concreto para intentar la gran gesta. «No tengo especialmente una. Es verdad que sí he mirado algunas para intentar hacer algo diferente. La de casa o diría también alguna de las de la segunda semana, estaría bien». El cántabro del Burgos BH es de los que en esta edición puede hablar con propiedad de esa etapa 'de casa'. Porque la décima, el día 30 de octubre, discurre entre Castro Urdiales y Suances y pasará por Treto. No será raro que al pasar por su casa, Ezquerra esté escapado para darle una alegría a los suyos.
No le importaría reverdecer viejos laureles, pero el campurriano Fran Ventoso (Reinosa, 1982), ya no tiene entre sus objetivos prioritarios el pelear por una victoria de etapa en una gran vuelta. A sus 38 años es ya uno de los ciclistas más longevos del pelotón mundial. Y toda esa experiencia es de lo más valorada en su equipo, el CCC. Ventoso ha hecho del trabajo para otros todo un arte que le ha permitido seguir en activo en la élite del ciclismo mundial.
Por eso, el reinosano no tiene otra meta en esta Vuelta que «ayudar a mi equipo y disfrutar lo máximo de cada día». Al igual que para todo el pelotón mundial, «está siendo una temporada extraña, en la que he corrido poco, así que hay que ir día a día y aprovechar cualquier oportunidad». Del recorrido tampoco se ha fijado en ninguna etapa en concreto, aunque «la de Cantabria seguro que es especial».
Ganador de la pasada edición y segundo en el Tour, aspira a todo pese a la fatiga.
Ha sido uno de los sostenes de Roglic en el Tour y ahora puede ser su turno.
Correrá con Froome a su lado. En el Tour fue de menos a más y es candidato a todo.
Nota el paso de los años, pero en la Vuelta siempre rinde a su mejor nivel.
Segundo en la edición de 2018, viene de ser quinto en el Tour. Ejercerá de líder.
Todo han sido dificultades para montar esta edición, que a punto de comenzar sigue en vilo por la segunda ola de la pandemia. Se han eliminado los actos paralelos, como la caravana publicitaria o la Vuelta júnior. Los equipos vivirán aislados con el mismo protocolo que funcionó en el Tour. No habrá público en ningún final en alto, ni en puertos como Orduña, ni en las metas y las salidas. «Este año hay que animar por la tele», pide Javier Guillén, el director de la Vuelta, y las autoridades de cada territorio por el que circulará la carrera. España está en plena batalla contra el virus, con comunidades en las que se empieza a hablar de niveles de confinamiento. La guerra está lejos de terminar. La Vuelta no se rinde. Llegar a Madrid el próximo 8 de noviembre será su mejor triunfo.
Contra el virus y la nieve, esta edición presenta una parrilla de favoritos de primer nivel, muy superior, por ejemplo, a la del Giro. El dorsal número uno lo lleva Primoz Roglic, vencedor de la pasada edición y derrotado ante Pogacar en la contrarreloj final del último Tour. Asumió el golpe y venció luego en la Lieja-Bastogne-Lieja. Su equipo, el Jumbo, viene con otra baza, Tom Dumoulin, y con gregarios como Kuss, Bennett y Gesink. La escuadra que maniató el Tour tiene talla para hacer lo mismo en la Vuelta a España.
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No le faltarán rivales. El Movistar, en especial. También alineará el bloque de la Grande Boucle, con Enric Mas, Valverde y Soler. Para el equipo español, la Vuelta es su gran objetivo.
Hay más. El Ineos trae a Richard Carapaz, que acabó el Tour en plenitud, a Sosa y a Froome, que lucha aún contra aquella caída en el Dauphiné 2019 que le rompió el esqueleto. Y más todavía. Thibaut Pinot y Gaudu (Groupama), Poels y Teuns (Bahrain), Chaves y Nieve (Mitchelton), Guillaume Martín y Barceló (Cofidis)... Completan un caudal de nombres para protagonizar una gran edición, la número 75, si el covid lo permite.
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