La Vuelta a España de 2023 tendrá una etapa entre Liencres y Bejes

La llegada a Bejes «era una petición nuestra», señala Mario Iglesias, director general de Deportes del Gobierno de Cantabria. Por un lado, por poner en valor localidades como ella, «ya que entendemos que si se habla de despoblamiento rural...». Por otro lado, no se quería sobrecargar las otras dos llegadas de los últimos años, Santo Toribio y Fuente Dé en un 2023 que será también Año Jubilar Lebaniego. «En Fuente Dé tendremos el próximo año la Copa de Europa de escalada en bloque», añade Iglesias, «así que queríamos equilibrar».

La Vuelta a España ya trabaja en el desarrollo de una etapa que partirá de Liencres. El recorrido se conocerá en la presentación de la Vuelta que tendrá lugar el próximo 10 de enero en el Palau de la Música de Barcelona. «En principio, era la salida que habíamos barajado. La idea es partir del parking de la playa». Pero Mario Iglesias aventura que la etapa será «corta, porque al día siguiente hay una etapa fuerte en Asturias». En un principio, no habrá que hacer ningún arreglo en la subida, al no ser una carretera perdida en las montañas si no una que lleva a un pueblo «en el que vive gente».

La Vuelta a España tendrá doble presencia en la región, ya que la Vuelta femenina contará con una etapa en Cantabria. Si la región fue el epicentro de la pasada edición, con casi la mitad del recorrido en las cinco etapas, «en 2023 tendrá lugar una etapa con salida y meta en Cantabria», destaca Iglesias, en una ronda que constará de siete etapas.

La ascensión desde La Hermida a la localidad de Bejes es de un poco más de seis kilómetros, pero la subida es dura. Algunas rampas superan el 10% de desnivel. La carretera es estrecha, muy acorde a los finales de etapa por los que está apostando en la última década la organización de la Vuelta, hasta casi convertirlos en una seña de identidad y que incluso imitan en otras grandes rondas. Finales cortos, pero duros. Puertos explosivos.

Desde Bejes hay otros cuatro kilómetros más de subida, pavimentados en la actualidad con hormigón y con desniveles por encima del 11%. Pero en principio no está contemplado que se llegue hasta allí. Ese último tramo se llama el Salto de la Cabra y si se computase toda la ascensión, desde La Hermida, el resultado sería un puerto de diez kilómetros al 9,8% de desnivel medio. Una pared.