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Cantabria tendrá ración y media de Vuelta ciclista a España en 2025. La Comunidad Autónoma no contará este año con una etapa reina, pese a la variedad montañosa del territorio. Pero sí albergará una jornada íntegra que puede ser divertida y propicia para fugas ... y sustos y, al día siguiente, el punto de partida hacia una de las ascensiones señaladas: L'Angliru. En total, serán 177 los kilómetros que recorrerá la carrera por el asfalto montañés.
El jueves 4 de septiembre, en un momento intermedio de la ronda, el pelotón unirá Laredo y Los Corrales de Buelna a través de 143 kilómetros por las carreteras de Cantabria. Un recorrido corto. Para el director técnico de La Vuelta, Fernando Escartín, la tierruca «volverá a dejarnos una etapa rápida, nerviosa y divertida. La subida a Alisas puede servir para formar la escapada del día y, ya en la parte final, la dura ascensión a la Collada de Brenes hará la selección final. Los favoritos deberán estar atentos para no ceder en su cima, ya que la parte final hasta la meta será muy rápida».
Más allá de que el aragonés tiene que vender su producto y que Cantabria tiene posibilidades para albergar etapas más interesantes –la cercanía de las cimas asturianas suelen opacar a menudo las jornadas montañesas–, el vaticinio del exciclista se puede ajustar al recorrido.
Tras salir de Laredo, la carrera se dirigirá hacia el sur, hasta Ramales de la Victoria. Desde ahí, girarán para dirigirse hacia Arredondo, donde arrancará la ascensión a un clásico de las carreteras cántabras como Alisas. Para los ciclistas profesionales no supone un gran obstáculo. Son 8,9 kilómetros de ascensión, con una pendiente media del 5,7 por ciento. Tiene alguna rampa aislada del 12 y 512 metros de desnivel positivo. Un Segunda categoría, cuya cumbre quedará a cien kilómetros de meta.
Tras el descenso, los corredores alcanzarán la localidad de Liérganes y de ahí a Sarón, donde volverán a tomar dirección sur hasta Vega de Villafufre. En Santibáñez de Carriedo tomarán el giro a la derecha para subir el Alto de San Martín, que no será puntuable. Desembocarán en las cercanías de Puente Viesgo, donde ascenderán otra tachuela que tampoco contará como cota en esta edición:el Alto de Hijas. Son 3,7 kilómetros al 7,4 por ciento que para calentar las piernas no están mal.
La etapa entre Laredo y Los Corrales será de transición, antes de que la carrera llegue a la montaña asturiana, con L'Angliru y Farrapona
La Collada de Brenes puede dar emoción a la jornada cántabra, especialmente si llueve, por su peligroso descenso a veinte de meta
En principio, las escuadras participantes pasarán una noche en hoteles de la Comunidad Autónoma, antes de la etapa entre Cabezón y L' Angliru
La jornada con salida en Cantabria recorrerá apenas treinta kilómetros por carreteras montañesas, antes de adentrarse en Asturias
La carrera pasará por primera vez por Los Corrales de Buelna, antes de afrontar la subida más importante del día, la de la Collada de Brenes. Esta cota ya se subió en la edición de 2022, antes del final en el Pico Jano. Desde Villasuso de Cieza, son unos 6,3 kilómetros de ascensión, con una pendiente media del 8,8 por ciento. Es duro. Y tiene alguna rampa del 14, el 15 y hasta el 16 por ciento.
Pero si la subida puede marcar diferencias entre los que busquen la victoria de etapa –los favoritos probablemente vayan resguardados a la espera de lo que tendrán por venir–, lo que sí que puede ser más decisivo es la bajada, peligrosa, si le da por llover. En ese caso es donde más cuidado tendrán que tener los aspirantes al podio de Madrid. La collada está catalogada como de Primera categoría y se coronará a menos de veinte kilómetros de la meta. Una llegada que estará situada en Los Corrales de Buelna, aunque la organización aún no ha especificado el lugar exacto.
Cantabria tendrá tiempo de despedir a La Vuelta aún al día siguiente. Eso significa, en principio, que los equipos pondrán su campo base en territorio montañés a la espera de la siguiente etapa. Un recorrido, el más largo de la ronda de 2025, de 202 kilómetros, que arrancará en Cabezón de la Sal, que se encaminará hacia la costa hasta llegar a San Vicente de la Barquera y abandonará la Comunidad Autónoma por Unquera después de poco más de treinta kilómetros de jornada.
143 kilómetros
tendrá la etapa entre Laredo y Los Corrales.
30 de los 202 kilómetros
de la etapa 13 serán en Cantabria.
Ya en Asturias, la carrera permanecerá pegada al litoral pasando por Vidiago y Posada, hasta llegar a Ribadesella. En esta localidad la carrera virará hacia el sur, camino de Arriondas. A partir de ahí, el recorrido comenzará a picar hacia arriba. Primero se pasará por Nava, y de ahí, a El Entrego, con un pequeño alto no puntuable en medio.
Desde la localidad minera arrancará la ascensión al primer puerto puntuable de la jornada: La Mozqueta. Será por su vertiente más corta, pero con rampas de hasta el 12 por ciento y una pendiente media del 6,3. 9,8 kilómetros en total de subida.
El descenso de La Mozqueta llevará hasta Figaredo y, encadenado, otro puerto clásico de La Vuelta: el Cordal. Casi siempre unido a L'Angliru. 5,49 kilómetros de ascensión, con un exigente 9 por ciento de pendiente media y rampas de hasta el catorce por ciento. También está catalogado como de Primera categoría.
Será el segundo plato, antes del postre. L'Angliru espera a los corredores al final de esta larga etapa. Ya se sabe de lo que es capaz el coloso asturiano. 12,4 eternos kilómetros, con una pendiente media de 10,2. Los seis primeros kilómetros, bueno. Pero los seis finales son demenciales, con un 14,2 de pendiente media y rampas de hasta el 23,6 por ciento. Que si La Huesera. Que si la Cueña des Cabres... Una subida que puede encumbrar a unos y descartar a otros de cara al podio final en Madrid.
Para Fernando Escartín, «la primera parte irá en paralelo a la costa, para adentrarse en Asturias y encontrar la dureza concentrada en el tramo final. La Mozqueta y el Cordal, ambos de Primera Categoría, serán la antesala de la subida final al durísimo Altu de L'Angliru. Afrontar La Huesera con casi 200 kilómetros en las piernas será una prueba de fuego para los favoritos que, si tienen un mal día, podrían decir adiós a La Vuelta».
Dos periplos fuera de España (el arranque italiano y la etapa de Andorra), nada menos que diez finales en alto, con pasos por L' Angliru, Cerler, la Bola del Mundo, El Morredero, Pal y la Farrapona –entre otros–, y dos muy cortas contrarrelojes (por equipos en Figueres e individual en Valladolid). Estos son algunos de los hitos de la Vuelta 2025. Será además una 80ª edición muy del norte, porque el trazado transcurre casi por completo (excepción hecha del arranque italiano) por la mitad septentrional de la península.
La ronda arrancará el 23 de agosto en Turín, completará sus cuatro primeras jornadas en Italia, pasará, como ya es tradición en los últimos tiempos, por Cantabria y concluirá el 14 de septiembre en Madrid. Lo hará además con la incógnita de si Tadej Pogacar estará en la línea de salida y con la constancia, salvo que se produzca un cambio de planes, de que no lo hará Primoz Roglic. El cuatro veces ganador se centrará en 2025 en Giro y Tour, de modo que no optará a batir el récord de victorias absolutas que comparte, con cuatro, con Roberto Heras.
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