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LEILA BENSGHAIYAR
Jueves, 26 de marzo 2020, 07:07
Incertidumbre. Como no podía ser de otra manera, el deporte sigue pendiente del desenlace final de la crisis mundial que ha ocasionado la pandemia por el coronavirus. Actualmente son muy pocas las disciplinas deportivas -en las que existen equipos cántabros- que conocen ya con certeza qué ocurrirá con esta temporada, caso del voleibol que ya han dado por acabada la campaña a expensas de dilucidar qué se hace con los ascensos, descensos y títulos. En el rugby, la situación es bastante delicada ya que los clubes han dado por finalizada la temporada, sin embargo la Federación insiste en que quiere buscar unas fechas para que se juegue lo que queda este año. La guerra esta montada. El resto de deportes siguen pendientes; el fútbol maneja varios escenarios posibles y balonmano y hockey se mantienen alertas a expensas de que se levante el veto y a partir de ahí resolver si se acaban las competiciones, se decreta una fecha de comienzo o finalmente se dan por acabadas. Los bolos también esperan que se normalice la situación para reubicar lo que resta de calendario. El ciclismo, por su parte, tiene una fecha marcada para reanudar: 25 y 26 de abril.
Pese a las reticencias de LaLiga por parar el fútbol profesional, finalmente, a su presidente, Javier Tebas, no le ha quedado más remedio que dar su brazo a torcer. Así que el balompié está detenido sin fecha de vuelta. Y los futbolistas del Racing, que se encontraban en plena lucha por realizar una remontada y lograr la permanencia, ahora entrenan en sus casas a la espera de nueva orden. Y con la incertidumbre de qué sucederá si la situación se alarga.
Si dará tiempo a disputar las once jornadas restantes de Segunda División; si se dará por desierto el campeonato; si acabará como está o si se buscará alguna otra solución. Sin embargo, ayer Luis Rubiales, presidente de la Federación Española, publicaba en su cuenta de Twitter que siguen contemplando el escenario de jugar más allá del 30 de junio tanto si se prorrogan o no los contratos de los futbolistas. Más incertidumbre. Más abajo, algo similar sucede con el resto del fútbol cántabro. De Tercera hacia abajo todo se encuentra detenido, también el fútbol base. Y todos los equipos de la Comunidad Autónoma permanecen a la espera.
La Liga Asobal de balonmano también se encuentra suspendida y, salvo el todopoderoso Barcelona, al resto de clubes la situación se les hace cuesta arriba. Por eso, la mayoría, como el Liberbank Cantabria Sinfín se han acogido a la posibilidad de iniciar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo. En el caso de la entidad santanderina, se aplicará a los dieciséis componentes de su organigrama, conformado por jugadores, técnicos y empleados, aunque estos no verán mermados su sueldos, ya que cobrarán el 70% de desempleo y el resto, el 30%, lo completará el club. Antes del parón, el equipo de Rodrigo Reñones se encontraba luchando por la permanencia, en la parte baja de la clasificación. Complicada también es la situación para los clubes de División de Honor Plata, tanto masculinos como femeninos.
El Alisauto Torrelavega, incluso más ajustado en su economía que su vecino de Santander, espera una resolución después de haber optado hasta ahora a meterse en el play off de ascenso. Igual que el Atlántico Pereda en categoría femenina, que ha visto cortada una temporada espectacular en la que marchaba en primera posición. El Pendo Camargo y el Loizaga Construcciones Castro Urdiales trataban de huir de la zona de peligro.
La incertidumbre asola a los equipos cántabros de baloncesto. Ni Igualatorio Cantabria, que estaba disputando la fase de ascenso a LEB Oro ni Solares, AC1+ Piélagos y Arha Hoteles con la Liga EBA suspendida a falta de tres jornadas para que finalizase, no saben que será de su futuro. De momento, la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) ya amplió en su momento la suspensión de la Liga Endesa hasta el 24 de abril y anunció antes de la ampliación del Estado de Alarma que «la voluntad de todos los clubes sigue siendo reanudar la competición y finalizar la Liga» cuando «la situación lo permita». Donde esperan noticias es en las competiciones que gestiona la Federación Española de Baloncesto (FEB) y que mantiene a los cuatros clubes cántabros en vilo pues el aplazamiento de la competición solo llega hasta el 29 de marzo.
De momento, el Igualatorio Cantabria se unió a la solicitud de cancelación definitiva de la temporada, realizada a la FEB junto a otros 19 clubes de la Liga y sigue a la espera de indicaciones por parte del organismo federativo. Mientras tanto, para ayudar a que los jugadores pierdan en la menor medida posible el tono físico, el club ha preparado unas rutinas de mantenimiento que deben seguir durante el encierro.
En el caso de los cántabros que militan en EBA, hasta nuevo aviso por parte del ente federativo, solo cuentan con la confirmación del aplazamiento de las jornadas a disputar hasta el 28 y 29 de marzo en todas las competiciones nacionales de la FEB. Así todo, en próximas fechas no se descarta que se actúe en consecuencia a las disposiciones impuestas tras la ampliación de Estado de Alarma, así como en cumplimiento de futuras medidas que pudieran adoptarse en relación a esta situación de crisis sanitaria.
Ante la complicada situación que se intuía ya en el horizonte la Asamblea General de la Federación Española de Voleibol decidió atajar de forma contundente el problema y con efectos desde el pasado 16 de marzo dio «por finalizadas las competiciones de Superliga (masculina) y Liga Iberdrola (femenina)».
El Textil Santanderina, en el octavo puesto de la máxima categoría, días antes de esa decisión se apresuró a dar por finalizada la temporada -sólo faltaban dos jornadas para la conclusión de la Liga regular- y mandó esa misma semana a alguno de sus jugadores extranjeros de regreso a sus respectivos países. A la amenaza del cierre de fronteras se sumaban más peligros. Y es que para un equipo con economía de guerra, el parón y posterior prolongación de las competición le dejaría sin apenas ingresos y con una avalancha de gastos inesperados a los que hacer frente, al margen de los problemas contractuales. Por eso resolvió los contratos con jugadores y cuerpo técnico de esta campaña. Ahora quedan por resolver los ascensos, descensos, clasificación final y otros efectos posibles, que serán dilucidados «en el momento adecuado». Aunque desde el equipo cántabro se ve con buenos ojos que no haya descensos y suban dos equipos a la categoría para jugar una Liga con 14 equipos la próxima temporada. La misma estela siguieron las Superligas 2 masculina y femenina. En esta última juega el Club Voleibol Torrelavega, a quien la temporada se le estaba haciendo muy cuesta arriba, en puesto de descenso a falta de tres jornadas para el final. Faltará por decidir qué ocurre con la clasificación, los ascensos y los descensos de categoría.
El hockey esta en pausa hasta nuevo aviso. Ni la Real Sociedad de Tenis -con equipos en División de Honor A masculina y Primera División femenina- ni el Sardinero -con equipos en División de Honor B masculina y en la Liga Iberdrola femenina- tienen claro como terminarán la temporada.
Actualmente están pendientes de la reprogramación del calendario después de que la Federación Española, tras la declaración de Alarma Sanitaria por parte del Gobierno y ante la incertidumbre del tiempo de duración de la misma, comunicase el pasado 19 de marzo que «todas las jornadas de las Ligas Nacionales quedaban suspendidas provisionalmente y a la espera de una nueva programación».
Ante esta decisión de la Española y a la espera de nuevas noticias tras la ampliación del Estado de Alarma, con los entrenamientos suspendidos, los jugadores de ambos clubes siguen con su rutina, aunque sea en sus hogares, para que el freno no sea total. No practicarán la parte técnica, ya que no es posible encontrar una simulación, pero sí podrán mantener la forma física hasta que se confirme el fin del confinamiento y el regreso, si procede y en caso de que así se decida, de la competición oficial.
El caso del rugby es hasta ahora el más peliagudo. La semana pasada, tras dos reuniones, el viernes la Federación Española decidía esperar hasta el 30 de abril para trabajar en todos los escenarios posibles. En su comunicado hablaba también de suspensión de las competiciones. Pero pocas horas después, la asociación que engloba a los clubes de la División de Honor -Aldro Energía Independiente y Bathco, entre ellos- decidía dar por terminada la temporada, para retomar la normalidad al inicio de la campaña 2020-2021 y siguiendo el paso de lo que ha ocurrido en otros países como Inglaterra o Irlanda, cuyas -esta vez sí- federaciones han dado carpetazo a la temporada. Los clubes, muchos de ellos ya mermados por marchas de jugadores -además los contratos finalizan en mayo en el rugby- estiman que no es momento de pensar en deporte y sí de centrarse en luchar contra la pandemia del coronavirus. En otro comunicado, el sábado, la Española les acusó de actuar de forma «unilateral e ilícita». Quedará por ver, si se puede retomar la competición en algún momento, qué ocurre.
La opción que ahora mismo contempla la Federación Cántabra de bolos pasa por rehacer el calendario. Hasta comienzo de semana la intención era reubicar los encuentros que no se disputasen de las primeras jornadas en el tramo final de la Liga, pero dado que no es seguro poder empezar la competición antes del mes de mayo, ahora se plantean comenzar de cero y que la liga se adapte a las nuevas fechas.
Una vez que las autoridades permitan que comience el torneo y tras unos días para volver a coger la forma, el ente federativo adaptaría el calendario introduciendo más jornadas dobles de las cuatro previstas y alargando la competición, al menos, hasta finales de septiembre. De momento no se contemplan partidos entre semana ni mover la Semana Bolística, que se disputará entre el 17 y el 28 de agosto en la Yeguada de Ibio. Eso con respecto a la Liga. El resto de competiciones se adaptarán en función del calendario liguero, con la Copa, que este año se juega partido único, como la más fácil de colocar.
Todo en el aire. La federación de Ciclismo tiene a día de hoy una fecha programada para reanudar sus actividad: el 25 o 26 de abril. Sin embargo, muchas de las pruebas que estaban programadas para los meses de marzo y abril han sido aplazadas para los meses de septiembre y en adelante. Otras tantas han sido directamente suspendidas. Este proceder se ha efectuado tanto con las competiciones oficiales como también con las Marchas Cicloturistas que estaban previstas para estos mismo meses, entre ellas la celebración de toda la estructura de Los 10.000 del Soplao. En este caso, la Marcha de ciclismo de carretera se celebrará el 9 de octubre. El resto, suspendido.
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