Desastres que también pararon el fútbol

En situaciones de incertidumbre es importante conocer el pasado para comprender el presente y construir el futuro. En plena crisis sanitaria por el Covid-19, la pandemia acorraló al fútbol y, mientras el mundo está en alerta, tanto la UEFA como las federaciones nacionales han terminado cediendo y parando el balón. Puede que la situación parezca novedosa, y en cuanto a su expansión global sí lo es, pero no es la primera vez que las enfermedades y epidemias que han agobiado a la humanidad obligan a parar tanto al deporte rey como al resto.

Hay muchos precedentes tanto de enfermedades como de guerras u otras situaciones políticas que obligaron a buscar soluciones ante la imposibilidad de cumplir con los calendarios previstos. A pesar de los problemas siempre se intentó buscar una solución para que, al menos, las adversidades no dejasen las competiciones a medio disputar.

En esta ocasión, los cambios están llegando a situaciones como el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio a 2021, situación que no se había dado hasta ahora. Desde Atenas 1896, solo las dos guerras mundiales habían detenido los Juegos. De todas formas, en Europa, Asia, África y América hay ejemplos de que se puede recuperar la normalidad aunque no sea fácil. Igual el ejemplo más similar al actual tuvo lugar al principio del pasado siglo. La gripe española obligó a suspender la Copa América de 1918 que se debía jugar en Río de Janeiro. Ahora la historia se repite con la que debía disputarse en 2020 en Argentina y en Colombia.

Ni la pandemia ni la Primera Guerra Mundial, en la que España fue neutral, llegaron a detener el fútbol en la península y aquel año el Real Unión se coronó campeón de Copa en medio de una pandemia que dejó más de 50 millones de muertos en todo el mundo. También en la historia reciente hay precedentes de suspensión. Hay que remontarse hasta 2001. Aquel año la fiebre aftosa que afectó a Reino Unido e Irlanda obligó a la Federación Irlandesa a suspender durante dos jornadas la Liga para evitar los contagios. El deporte rey no fue el único daño colateral, ya que también se optó por posponer el Rally de Gales.

Sólo dos años después, el Mundial femenino que debía celebrarse en China en 2003 se trasladó a Estados Unidos con motivo del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) que asolaba el oriente. Esta neumonía, además, obligó a cancelar el Torneo Internacional sub 23 que debía celebrarse en Tailandia y los partidos clasificatorios para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 entre las selecciones de Singapur y Taiwán y las de Hong Kong y Sri Lanka.

La gripe aviar llegó en 2003 y se prolongó hasta el punto de que, tras ocasionar un gran problema de salud global, en 2006 la exministra alemana Bärbel Höhn puso en duda la celebración del Mundial de fútbol que se iba a celebrar en el país germano como método de prevención del contagio. Al final el Mundial se realizó pero bajo las órdenes de salud del gobierno.

El año 2009 llegó con la gripe A y se ensañó especialmente con México. En un principio la Federación optó por organizar los partidos a puerta cerrada, ya que la obligaron a tomar medidas preventivas por órdenes sanitarias. Aquel año las jornadas 15, 16 y algunos partidos de la 17 en el Torneo Clausura se disputaron sin público. Las complicaciones no terminaron ahí y se trasladaron a la Copa Libertadores, lo que llevó a la Conmebol a aplazar varios duelos.

El ébola obligó a la FIFA a adoptar en 2014 nuevas medidas de seguridad en los estadios de diferentes países de África. En las Ligas de países como Sierra Leona y Congo suspendieron el ingreso del público a los estadios durante varias temporadas. Además, se cambió la sede de la Copa de África, prevista para 2015 en Marruecos, que ante la negativa de este país a celebrarla se trasladó a Guinea.

En España nunca se ha dado ninguna suspensión por epidemias, pero sí durante la Guerra Civil, aunque en aquel caso la competición ni siquiera había arrancado. El golpe del 18 de julio sorprendió a los equipos aún en plena pretemporada, y aunque hubo competiciones locales en las dos Españas, la Liga como tal no regresó hasta el curso 39-40.

Las dos guerras mundiales interrumpieron competiciones en los países en los que ya las había. No en España, que era neutral y que en tiempos de la Gran Guerra no tenía competición de la regularidad. Pero sí en Inglaterra, donde en 1915 los futbolistas se veían ya venir el parón con el consiguiente varapalo económico. Así se produjo uno de los grandes escándalos del fútbol inglés, conocido como The Fixed Game. Los futbolistas del Manchester y el Liverpool pactaron un 2-0 por el que jugaron en las casas de apuestas, y el resultado se mantuvo aun a costa de que el capitán del United echara estrepitosamente fuera un penalti. Aquel jugador se llamaba Paddy O'Connell y casi dos décadas después, ya como entrenador, haría al Racing subcampeón de Liga.

Mientras se recuperaba la competición dentro de las fronteras españolas, en Europa todo se complicaba y buscaron diferentes soluciones para responder a estas situaciones. En 1948 la Federación Albanesa aprobó un calendario para el otoño y la primavera siguiente que no llegó a superar su sexta jornada, ya que otro organismo federativo -la Federación de Deportes Nacional- lo suspendió para recuperar el orden inverso, primavera-otoño, ya que era el periodo marcado desde el Kremlin. Aquel año no hubo campeón ni se aplicaron ascensos y descensos.

En Alemania los vacíos provocados por las dos guerras mundiales hacen que cada campeonato regional interrumpido se considere como no disputado debido sobre todo a los incidentes y dificultades para disputarse con regularidad las Ligas por el vaivén entre las fronteras durante el siglo pasado y los cambios de regiones y participantes. Su sistema de una fase inicial basado en competiciones regionales y una posterior con los equipos clasificados fue insostenible durante los conflictos bélicos.

La Segunda Guerra Mundial es, sin duda, el acontecimiento histórico que más marcó el fútbol continental hasta el extremo de que las tensiones políticas y militares entre varios países llevaron a suspender la Copa del Mundo (Alemania era la candidata a organizarla en 1942) y el desastre de la posguerra no permitió que se celebrara una nueva edición hasta 1950 en Brasil. En Francia la Federación suspendió la Liga y la sustituyó por lo que se denominó el Campeonato de Guerra. Con el país dividido en zonas, los campeones de cada área se debían enfrentar en una final. En el sur no hubo problemas en completar el torneo, pero en la zona norte no se pudo. Posteriormente, y hasta el final de la contienda, las competiciones se duplicaron ya que se disputaron tanto en la Francia ocupada como en la libre, aunque no se reconocieron nunca como títulos nacionales.

Solo en Inglaterra el fútbol no llegó a parar del todo durante este conflicto. La Liga se suspendió en la tercera jornada de la temporada 39-40, pero los ingleses se negaron a parar el balón. Sus competiciones tampoco tuvieron reconocimiento oficial de la Football Association, pero fueron decenas de equipos los que se organizaron a través de varias competiciones regionales con restricciones como la limitación del aforo en lo que se llamó la Wartime League.

Se repitió así lo sucedido en las islas durante el primer gran conflicto mundial cuando al no disputarse la competición los equipos se organizaron por Ligas menores de carácter no oficial. En el Calcio italiano hubo relativa normalidad hasta que se suspendió el Scudetto en 1943. En su lugar se disputó el Campeonato Alta Italia, que reunió en la competición a equipos tanto militares como civiles.

Las dos grandes guerras no fueron más que un punto y aparte en el capítulo de competiciones aplazadas o suspendidas. El siglo XX siguió avanzando pero el fútbol mundial no consiguió desvincularse de los principales conflictos políticos. Como ejemplo se puede tomar Israel y los problemas entre Ucrania y Rusia que provocaron el cambio de sede de varios equipos. En el caso de Israel, la Guerra de los Seis Días -entre el 5 y el 10 de junio de 1967- hizo que la Liga de esa temporada se prolongase hasta el año siguiente.

Mucho más reciente -2014- fueron los conflictos fronterizos entre Rusia y Ucrania, que obligaron a los principales equipos ucranianos a cambiar su sede a localizaciones más occidentales para finalizar la Liga. La situación obligó a intervenir a la UEFA, que no permitió ese año encuentros en competiciones europeas entre equipos de los países implicados. En consecuencia, se impidió que el Zenit y el Dnipro se cruzasen en el sorteo de la tercera ronda de clasificación de la Liga de Campeones. No fueron los únicos países con restricciones por parte del organismo europeo, ya que también anunció que no se podrán jugar partidos en Israel de la máxima competición continental o la Liga Europa hasta nuevo aviso por razones de seguridad.

Más llamativos son los campeonatos ligueros españoles de la temporada 27-28. Sí: dos. Aquella temporada debía haber arrancado en España la Liga, un proyecto largamente madurado que iba a ver la luz en 1927. Sin embargo, el desacuerdo entre los clubes sobre el número de integrantes de la máxima categoría llevó a la organización de dos competiciones. Ninguna llegó a terminarse, y se suspendieron cuando el Racing era líder de una de ellas aunque con más partidos disputados en medio de un caótico calendario que fue precisamente uno de los problemas. Después del verano de 1928 se organizaría la actual Liga, que arrancó ya en 1929 con el Racing como uno de los diez equipos fundadores de Primera División y la Gimnástica como uno de los equipos enrolados en el Grupo B de Segunda División.

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