Los ERTE salpican al deporte cántabro por el parón de las competiciones

No es el caso del Racing, que continúa a la expectativa de lo que ocurra en Segunda, descarta el ERTE como mínimo hasta Semana Santa y es muy improbable más allá de esa fecha y como el resto de los clubes deberá habilitar una solución si la Liga se reanuda y se prolonga más allá del 30 de junio, cuando terminan su contrato muchos de sus futbolistas.

El Liberbank Cantabria Sinfín, por su parte, ya lo tiene en la gestaría y lo presentará en breve, los equipos de rugby pueden ver cómo algunos jugadores extranjeros comienzan a abandonar Santander en lo que puede ser un goteo. El Textil Santanderina ya no tiene ese problema. La Española de Voleibol dio por suspendida la Superliga Masculina.

Con la excepción del Sinfín, todos los equipos han evitado por ahora el ERTE, pero eso no significa que no puedan llegar más. El Igualatorio Cantabria Estela aún no ha decidido nada al respecto. Su presidente, Ulises Corona, explica que todo depende de lo que decida la Federación. «Nosotros y otros 19 equipos de LEB Plata hemos pedido que se termine la temporada, pero hasta que nos digan algo estamos atados de pies y manos». Así, esperarán a que se aclare el futuro, o al menos se tenga alguna aproximación, para presentar o no un ERTE que tampoco está descartado.

El Ford Alisauto Torrelavega, por su parte, no se plantea el expediente de regulación. No hay programada ninguna reunión en las próximas fechas que pueda cerrarse con esa decisión y solo si la situación actual se prolongara demasiado en el tiempo se podría abrir un nuevo escenario, como ocurre con todos los deportes.

Tampoco los equipos de Tercera División, formalmente aficionados -como, de hecho, la abrumadora mayoría del deporte español, salvo LaLiga y ACB- han tomado una decisión. Sin embargo, Gimnástica y Laredo no descartan la posibilidad de poner en marcha uno parcial.

No compiten ni entrenan, lo que implica, entre otros motivos, la falta de ingresos por la taquilla de los partidos, pero esta falta de ingresos no evita que las plantillas sigan cobrando sus honorarios mensuales por desplazamientos y, en aquellos casos en los que los tengan, sus sueldos.

De los veinte clubes que componen el Grupo III de la Tercera División, a 16 (Cayón, Escobedo, Bezana, Barreda, Barquereño, Cultural, Siete Villas, Torina, Sámano, Textil Escudo, Solares, Ribamontán al Mar, Vimenor, Albericia y Cartes) no les concierne esta situación, dado que no tienen ningún jugador con ficha profesional. Mientras que los otros cuatro, Laredo, Gimnástica, Tropezón y Rayo Cantabria, responden a otro perfil. El Charles y el Trope han confirmado que, al menos por el momento, no recurrirán a esta medida, que no está sin embargo descartada. En cuanto al Rayo Cantabria, al ser el filial del Racing, seguirá la misma tónica del primer equipo. Por último, la Gimnástica sí que estudia la posibilidad de presentar un ERTE parcial a cinco trabajadores, pero todavía no ha tomado una decisión definitiva y está, como el resto de clubes, a la expectativa de lo que suceda.

El Charles, que más allá de otro personal solo tiene un jugador al que el club le podría aplicar el ERTE si fuera necesario, confía en no llegar a ejecutar esa posibilidad. Entre tanto, se mantendrá atento a las indicaciones sanitarias y »deseando seguir defendiendo el liderato de la categoría y aspirando a conseguir materializar todos nuestros retos», explica su presidente José Miguel San Román.

Ante tantas dudas sobre cuándo volverá a arrancar la Liga, el presidente de la entidad pejina tiene la certeza de que podrá terminar la temporada sin generar déficit. «Es cierto que los futbolistas no juegan partidos, pero están haciendo entrenamientos individuales, por lo que sí están desarrollando un trabajo». De momento, la opción está ahí, pero primero hay que tener alguna certeza acerca de lo que va a suceder con la competición. Y antes de ello, hay que saber cuándo se va a poder salir de casa. Mientras, cada futbolista se ejercita en su domicilio para mantener el estado de forma.

Por su parte, el Tropezón se mantiene a la espera de las decisiones que tome la Federación, consciente de que no va a ser nada sencillo retomar la temporada, y que las decisiones que se tomen no acabarán de satisfacer a todos. «Lo primero es controlar esta enfermedad para poder después volver a retomar la normalidad», señala el tesorero del club, Carlos Orcajo.

El mensaje que los dos dirigentes lanzan a los aficionados es de tranquilidad y confianza. «Es una situación única que requiere la responsabilidad individual de cada uno, y por lo tanto está en nuestras manos cambiar el rumbo y salir adelante. Pronto volveremos a disfrutar juntos del fútbol en Cantabria, y mientras tanto, hay que quedarse en casa», aseguran.

El Ademar León ha anunciado un ERTE a sus 40 trabajadores que tiene, incluidos jugadores y técnicos, por la expansión de la pandemia. El Valladolid también lo presentará en los próximos días y afectará a los 32 empleados con los que cuenta la entidad, incluyendo los jugadores y técnicos del primer equipo, personal de administración y entrenadores de cantera. Otros clubes como el BM Huesca o el Teucro también han mostrado su voluntad de aplicar esta medida a sus empleados.

En el baloncesto, el primer club en anunciarlo ha sido el Mallorca Palma de LEB Oro. El Peñas Huesca de la misma categoría lo ve como «una medida necesaria para poder asegurar la pervivencia del club», en palabras de su presidente Antonio Orús, presidente de la entidad aragonesa. También lo baraja el Leche Río Breogán.

En cuanto al fútbol, y al margen de los equipos profesionales de LaLiga, que ya abordaron el jueves la posibilidad -algunos incluso habían llegado a sugerirla-, clubes de Segunda B como el Castellón y la Balompédica Linense son los que se han mostrado dispuestos a someter a un ERTE a su plantilla.

En Europa ya se han dado casos estos días. El Sion, octavo clasificado de la Superliga de Suiza, se convirtió en el primer club que despedía a todos sus futbolistas. Esgrimió fuerza mayor como causa jurídica legitimadora del despido, mientras en Francia, el Lyon ha suspendido temporalmente de empleo y sueldo a su plantilla deportiva. Y el Borussia Mönchengladbach alemán ha tomado la iniciativa de recortarse los salarios. Muchos clubes de toda Europa, de España; de Cantabria, pueden seguir alguno de esos caminos.